TRAMO SEÑALIZADO. Entrevista a Emilio Quintanilla Buey: El Entusiasmo de ser escritor
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| El escritor Emilio Quintanilla Buey |
"Sin la Literatura sería muy difícil encontrarle un verdadero sentido a mi existencia"
"Hoy es siempre todavía". Y es cierto. Machado tuvo razón, y el tiempo no existe para comenzar un nuevo camino o para empezar a recorrer la senda de tu vocación. Porque la vida aplaude a las personas valientes y verdaderas, y así lo demostró el escritor español Emilio Quintanilla Buey (Juneda, Lérida) a finales de la década de los 90. A los 64 años, cuando ya muchos cierran las puertas a nuevos retos, él se dispuso a realizar su vocación de escritor ("mis ocupaciones laborales me absorbían demasiado"), y a partir de aquí inició una carrera llena de publicaciones y reconocimientos. Charlamos con este autor amable y educado, pero tremendamente apasionado por la literatura y por la vida. Su obra y su experiencia son una clase magistral de compromiso y entusiasmo. Todo un caballero.
PREGUNTA. Emilio, ¿sabes que creo que eres uno de mis artistas entrevistados que más lugares ha recorrido de España durante toda su vida? Naciste en Lérida, y tu niñez la pasaste entre Cataluña, País Vasco, Galicia y Castilla y León; y tu juventud en el pueblo palentino de Venta de Baños. Después pasas por Madrid, Aragón, y por último Valladolid, donde resides desde agosto de 2022. ¿Qué te han aportado todos estos lugares?
RESPUESTA. Efectivamente, mi padre era ferroviario y los traslados en la época de mi infancia fueron muy frecuentes. Vivimos en Cataluña (Juneda, Lérida, donde yo nací), después en el País Vasco (Hernani), Galicia (Betanzos y Rábade), y Castilla y León (Magaz de Pisuerga). Finalmente, mi padre fue trasladado a Venta de Baños (Palencia), donde ya fijamos una residencia que se puede considerar definitiva con algunos breves traslados a Lezama (Álava) y Miranda de Ebro (Burgos). De hecho, en Venta de Baños, transcurrió lo que podríamos considerar mi infancia consciente y mi juventud. No cabe duda de que, para un muchacho sensible como creo que era yo, el paso por todos esos escenarios tan cambiantes dentro de la geografía española, incluso con idiomas distintos en alguno de ellos, fueron configurando y enriqueciendo mi personalidad y haciendo de mí un pequeño observador, analítico y con tendencia, ya desde niño, a plasmar por escrito mi visión del mundo. Después, iniciada ya mi vida autónoma de adulto, mis prolongadas etapas en Aragón y en Madrid también han contribuido a ampliar y enriquecer el panorama. Y ahora, recientemente, desde agosto de 2022, como señalas en tu pregunta, he fijado mi residencia en Valladolid, lo que supone de alguna manera mi retorno a la tierra que más me ha marcado y donde me encuentro muy a gusto.
PREGUNTA. ¿Crees que España es un gran país?
RESPUESTA. Sin duda lo es. Tenemos la suerte de vivir en un gran país. En alguno de mis poemas dejo constancia de ello.
PREGUNTA. Otro dato curioso de tu biografía es que comienzas a escribir tarde, a los 64 años, a finales de los años 90; eres un escritor tardío. Hasta entonces, disfrutabas de la lectura, pero mirabas el oficio de escritor como a una amada lejana. ¿Por qué esperaste tanto tiempo para ponerte a escribir? ¿Lo tenías pensado y planeado tras el cese de tu actividad laboral como director de Recursos Humanos?
RESPUESTA. Así es. Aunque mi pasión por la poesía se despertó ya en mis años infantiles, y desde entonces he escrito mil cosas; lo cierto es que gran parte de esos escritos ya no existen. Mi etapa realmente creativa llegó tarde, probablemente porque mis ocupaciones laborales me absorbían demasiado. De hecho, ha sido ya en el siglo XXI, abandonadas ya esas obligaciones profesionales, cuando mis poemas han ido viendo la luz. Fue decisivo, a este respecto, un período de varios años que pasé en un pueblo zaragozano de la ribera del Ebro: ahí dio comienzo mi etapa más productiva por cuanto se refiere a la creación literaria.
Sin duda es en el mundo poético, en la poesía, donde me desenvuelvo con más soltura y donde he encontrado más satisfacciones
RESPUESTA. Es cierto que he hecho varias incursiones en la novela, el relato, el ensayo y el análisis crítico, pero sin duda es en el mundo poético, en la poesía, donde me desenvuelvo con más soltura y donde he encontrado más satisfacciones. Soy, fundamentalmente, poeta, y creo que en mi vocación poética algo tienen que ver los genes. En mi línea materna hay poetas notables; uno de ellos fue Eusterio Buey Alario, hermano de mi madre. Por otra parte, todos mis hermanos son creadores de una obra lírica muy estimable. Mi hermano Andrés, fundador de la Academia Castellano y Leonesa de la Poesía, ha dejado en Valladolid y en Palencia un gran recuerdo como poeta y como promotor de importantes iniciativas culturales, todas relacionadas con la poesía. Hoy día, la viuda de mi hermano Andrés, Araceli Sagüillo, también gran poeta y directora durante cuarenta y dos años del importante evento semanal “Los Viernes del Sarmiento”, que se celebraba en la sede del BBVA en Valladolid, está tratando de que no se olvide el importante legado que Andrés Quintanilla Buey ha dejado en Castilla y León y en toda España.
Éxitos en los concursos literarios
PREGUNTA. Vemos que ya desde la infancia la literatura tiene un peso importante en tu vida, al igual que en otros muchos escritores. Pero, Emilio, ¿qué es la literatura para ti?
RESPUESTA. En mi casa había una nutrida biblioteca donde abundaban los libros de poemas, que despertaron mi interés cuando apenas había aprendido a leer. En este sentido, y respondiendo de forma concreta a tu pregunta, he de decir que la literatura es el motor de mi vida, y que sin ella sería muy difícil encontrarle un verdadero sentido a mi existencia.
PREGUNTA. Al leer tu currículum literario, es imposible no dibujar un gesto de asombro y también de admiración, de mucha admiración. No ya por tu larga lista de obras editadas, también por tu interminable lista de importantes premios literarios conseguidos. Entre ellos, en poesía, el Luis Cernuda (2001), el Vicente Aleixandre (2002), el Manuel Alcántara en 2006, finalista del Premio Fray Luis de León en 2009, en 2013 finalista del Premio Jaén, y otros muchos más. En Narrativa, el primer premio Alberto Magno de novela de Ciencia Ficción (2003), el "Giralda" de novela corta (2011), el premio de relato Junta de Extremadura (2001), y una larga lista más. ¿Qué importancia tienen los premios literarios para un escritor? Hay autores que abominan de ellos, ya que opinan que "desnaturalizan" el trabajo del escritor. ¿Qué opinas de todo esto?
RESPUESTA. Los premios siempre constituyen un estímulo. El hecho de que el presidente de un Jurado te informe, casi siempre telefónicamente, de que eres el ganador, te dispara la moral. Después viene el viaje al lugar donde has de recoger el premio, la ceremonia de la entrega que a veces constituye un acto brillante, la lectura de algunos textos… Sin embargo, no hay que sobrevalorar los premios. En ocasiones la suerte es decisiva, y sin duda pueden quedar en la estacada obras de tanto o más valor que el trabajo premiado.
PREGUNTA. Te gusta también la vida literaria, compartir y vivir la literatura con otras personas en asociaciones y grupos literarios. Has sido vicepresidente de la Asociación Aragonesa de Escritores; también miembro de la directiva de la Asociación Aragonesa de Amigos del Libro o vicepresidente del Club Cultural 33, en la capital zaragozana. Pero hay un aspecto del que quiero preguntarte, y es sobre la serie audiovisual "Acércate a la Poesía" del que eres creador. Es un intento de acercar a las personas la poesía española, desde sus inicios hasta este siglo XXI. ¿Cómo surgió este proyecto?
RESPUESTA. La idea surgió a raíz de una invitación que se me hizo para divulgar el conocimiento de la poesía en algunos Institutos de Enseñanza Media de Zaragoza. Me pareció conveniente, para despertar el interés y la atención de los chicos, utilizar el medio audiovisual. Se limitaba, concretamente, a la poesía española, y preparé una serie en Power Point, dividida en cuatro partes, donde, en una primera parte, hablaba de la poesía medieval: de las jarchas a los primeros romances. Una segunda parte abordaba la etapa desde el Renacimiento al Romanticismo. Una tercera parte iba desde el Realismo a la Generación del 27, y finalizaba la serie abordando el período que va desde la poesía de posguerra hasta las últimas tendencias. Aunque tuve que condensar mucho los temas, el experimento resultó bastante eficaz para crear un ambiente propicio y despertar la curiosidad y el interés de los chicos.
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| Emilio Quintanilla Buey |
PREGUNTA. El lector que se acerque a tu obra descubre a un escritor con mucho talento, muy maduro, dueño de una voz y un estilo muy reconocibles. En tu poesía reina la emoción más cautivadora y una mirada pura, que parece, en cada verso, descubrir por primera vez el mundo. Es una poesía que consuela el alma. Siempre has dicho que no quieres encuadrarte en ninguna corriente literaria. He enumerado algunas de tus características como poeta y escritor, pero, aunque sé que para uno mismo es difícil, ¿cómo te definirías como autor? ¿Qué quieres conseguir con tu obra en los lectores?
RESPUESTA. Soy, fundamentalmente, un poeta lírico que rinde culto a la métrica y a la rima. Es cierto que en los tiempos que corren este estilo parece estar pasado de moda, que va contra la corriente de los tiempos, que no tiene mucho sentido, pero lo cierto es que, en mi caso, no solamente tiene sentido, sino que constituye el armazón en el que se sustenta la mayor parte de mi obra. Y he de decir que tengo muchos seguidores, incluso entre la gente joven. Pero es importante conseguir que el resultado final sea una poesía que no suene a rebuscada; que métrica y rima fluyan con absoluta naturalidad. No es fácil. En el año 2005 obtuve en Málaga el Premio Internacional “Manuel Alcántara”, precisamente con tres sonetos encadenados compitiendo con poemas modernos de gran altura. Creo que, si el poema es profundo y cala en el lector, la musicalidad que aportan la métrica y la rima constituyen un plus que puede añadir belleza a la obra terminada. En mi caso, esto es fundamental. Con el bolígrafo en la mano o ante el teclado del ordenador, ponerme a escribir poesía es ponerme a versificar, entendiendo el verbo como ir volcando, en forma de versos, ideas, imágenes y conceptos que te vienen a la mente. Es lo que se entiende por Poética: expresar la belleza de una idea por medio de palabras “sujetas a cierto ritmo y a cierta medida”.
PREGUNTA. ¿Qué autores te han marcado y te han influido? ¿Cuáles son tus referencias?
RESPUESTA. Todos los buenos poetas a cuya obra he tenido acceso han influido de alguna manera en mi forma de escribir poesía y han ido configurando, con su magisterio, mi estilo y mi proyección lírica. Pero, sobre todo, hay tres que han constituido siempre mis tres faros de referencia y que son, cada uno en su época, mis verdaderos maestros. Me refiero a Jorge Manrique, Rubén Darío y Miguel Hernández. De ellos he aprendido mucho y su poesía está en la médula de mi propia obra.
Si un poeta no tiene nada que decir, lo mejor es que se abstenga de demostrárnoslo con unos versos estólidos. La poesía (ya lo decía Platón) tiene que ser capaz de transmitir entusiasmo
PREGUNTA. Ponnos, Emilio, por favor, un ejemplo de tus versos.
RESPUESTA. Como ejemplo, bien podrían servir unos sonetos. Incluyo a continuación mi poema Vista cansada:
VISTA CANSADA (*)
Tengo, de tanto ver, vista cansada.
Pero no tengo esa visión borrosa
que llega con la edad. Es otra cosa
lo que empiezo a sentir en la mirada.
Es que me cansa ver. Que no me agrada
mirar el pino, el pájaro o la rosa.
Es que mi vista, siempre tan curiosa,
ya no encuentra curioso casi nada.
Hoy noto que he perdido aquel anhelo
que sentía por ver. Hoy imagino
las cosas sin mirarlas. Ya no suelo
mirar la rosa, el pájaro o el pino.
Ahora una de dos: o miro al cielo
o me miro los pies mientras camino.
Hoy no miro la vida; la recreo
virtual, con el encanto que tenía
cuando era novedad lo que veía
y mi sorpresa estaba en su apogeo.
Hoy entorno los párpados y veo
las cosas bellas que miré aquel día
y que mi mente guarda todavía
claras y limpias, como en un museo.
Testimonios fugaces y secretos
de unas miradas que me dieron tanto:
lugares, gentes, símbolos, objetos...
conservan hoy su primitivo encanto,
pero he de verlos con los ojos prietos
porque si abro los ojos los espanto.
Mientras persistan mis desacomodos,
mientras mis ojos sean de persona,
si la pereza no los condiciona
y el camino está libre de recodos
pondré mi vista a ver, de todos modos,
por si encuentro un milagro por la zona.
(Aunque ya ni un milagro me impresiona;
quien ha visto un milagro ha visto todos).
Yo enciendo una mirada clandestina
mientras la luz de otra mirada llega.
Soy un hombre que esconde en su retina
lo que ayer se le dio y hoy se le niega,
y se tapa los ojos, y camina
como jugando a la gallina ciega.
(*) Premio Nacional de Poesía “José Chacón”. Alcalá de Henares, 2004.
La Literatura como reflejo del entusiasmo
PREGUNTA. Una larga lista de libros y de reconocimientos. También una larga existencia vivida y sentida. ¿Qué puedes decirnos sobre la vida y las personas? ¿Crees que el mundo puede salvarse; que el futuro siempre será mejor?
PREGUNTA. Una larga lista de libros y de reconocimientos. También una larga existencia vivida y sentida. ¿Qué puedes decirnos sobre la vida y las personas? ¿Crees que el mundo puede salvarse; que el futuro siempre será mejor?
RESPUESTA. Mi percepción del mundo tiene mucho de positiva y de ilusionante. No creo que el panorama sea tan pesimista como algunos pronostican. Veo muchos valores en el mundo actual que están anunciando un futuro esperanzador. Nos espera un mundo mejor, sin duda. Y la poesía va a contribuir a ello.
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| Portada de la novela histórica Marozia |
PREGUNTA. Imagina que un incipiente escritor te pide consejos para desarrollar con acierto su carrera. ¿Qué te gustaría decirle?
RESPUESTA. Sobre todo, le diría que se esfuerce por ser auténtico, sincero. Y si en un momento dado no se le ocurre nada realmente interesante, que desista y espere a otro momento. Si un poeta no tiene nada que decir, lo mejor es que se abstenga de demostrárnoslo con unos versos estólidos. La poesía (ya lo decía Platón) tiene que ser capaz de transmitir entusiasmo.
PREGUNTA. Te queda mucho por escribir y por hacer. Háblanos un poco de tus proyectos literarios y personales.
RESPUESTA. Últimamente estoy recopilando algunos poemas que van surgiendo durante mis largos paseos mañaneros. Llevo siempre conmigo algo para poder escribir sobre la marcha, y luego, ya en casa, lo vuelco al ordenador. Probablemente, eso sea el germen de algún nuevo poemario, pero en este momento no tengo en ciernes nada concreto.
PREGUNTA. Tengo que pedirte que me hables de Valladolid. En agosto de 2022 te has mudado a esta ciudad con tanta tradición literaria. ¿Cómo te sientes en ella? ¿Por qué decidiste trasladarte?
RESPUESTA. Ha sido como una llamada que me ha impulsado a abandonar la ciudad de Zaragoza, donde he vivido los últimos años y donde he dejado buenos amigos y gratos recuerdos, para trasladarme a Valladolid: en el corazón de la tierra castellana donde germinó mi infancia consciente y mi juventud. Me agrada vivir y echar raíces en esta bella ciudad, donde pasé momentos inolvidables de mi adolescencia y de mi juventud. Aquí en Valladolid he asistido a fiestas, a viajes con amigos, a sesiones de baile y de cine, aquí me compró mi madre mis primeras gafas siendo yo un muchacho de dieciséis años… Le tengo un gran cariño a esta ciudad, donde tengo amigos y conocidos que me ayudan a integrarme sin ninguna dificultad. Amo a Valladolid y a todo lo que Valladolid me brinda.
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| El escritor Emilio Quintanilla Buey |
PREGUNTA. Para acabar, Emilio, quiero hacerte la misma pregunta que realizo a todos los invitados que pasan por TRAMO SEÑALIZADO. CONVERSACIONES CON PERSONAS APASIONADAS CON SU OFICIO. ¿Merece la pena apostar siempre por quien se es? ¿Por la vocación que nos explica?
RESPUESTA. Por supuesto. Es muy importante mantener la propia personalidad, ser fiel a unos principios, a unos valores, y hacer de ellos un código de conducta. Hay que apostar por una vocación, y hacer de esta apuesta un ideal y una meta. Y perseguir esa meta de forma apasionada y hasta las últimas consecuencias. Vale la pena.
Muchas gracias, Emilio.
Gracias a ti, Jorge.
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