Tramo Señalizado. Entrevista al escritor Dioni Arroyo: La Literatura para lograr un mundo mejor




DIONI ARROYO

"La

 Literatura siempre nos

 enseña el noble arte de

 vivir"





                                         
                                        Por Jorge Alonso Curiel 


Si alguien tiene la suerte de conocer en persona y hasta de ser amigo del escritor Dioni Arroyo (Valladolid, 1971), comprobará lo mismo que se encuentra en sus libros tan trabajados: amabilidad, educación, empatía y respeto por el otro, sencillez, pasión a raudales por su vocación, una gran preocupación por las desigualdades económicas y sociales, inquietud espiritual, mucha atención por preservar el medio ambiente, la importancia que concede también al amor, es decir, una persona a la que se le desborda una tierna y piadosa humanidad que reflexiona y lucha a su modo y con sus armas por lograr un mundo que no se desmorone, en el que residan personas que no pierdan la dignidad y que no sufran demasiado. Porque los personajes de sus historias distópicas, de ciencia ficción que es el género que le ha llevado a resaltar en el panorama literario español, son seres sensibles, tiernos, extenuados de humanidad, que sufren por unas circunstancias que no acaban de entender y que creen además injustas, y que luchan por un respiro y por alcanzar un significado en un mundo turbio y extraño. Dioni Arroyo entrega a los lectores aventuras llenas de emoción y reflexión, que gritan el mensaje de que solo el amor y el respeto pueden hacernos más fuertes y salvarnos, y que la vida sin pasión es un licor que a nadie agrada. Si conoces a Dioni Arroyo en persona, ya digo, o tienes la suerte de tener su amistad, sabrás que, a pesar de todo, aún puede haber esperanza por creer en el ser humano. Y si además lees sus historias, la esperanza en la literatura nunca cometerá el error de abandonarte. 
  

PREGUNTA. Antes de nada, hay que felicitarte por la noticia que se conocía hace unas pocas horas, y es que Un Mundo para el Olvido (Nowevolution Ediciones), tu penúltima novela, ha conseguido ser una de las cinco finalistas en la categoría de Mejor Novela Corta en los prestigiosos Premios Ignotus. ¿Cómo has recibido la noticia?

RESPUESTA. Siento la ilusión de comprobar que tu trabajo gusta a los lectores y que lo valoran regalándome su voto. Los Premios Ignotus son los más destacados del género fantástico en España, y en una docena de categorías reconocen las mejores obras  por voto popular, y en mi caso, mi novela Un Mundo para el Olvido es finalista en novela corta. Se trata de una historia de aventuras y amor, ambientada en un futuro lejano y en un planeta que es una metáfora del nuestro, en el que nuestro protagonista deberá  buscar su identidad perdida. Espero que se lea mucho, muchísimo, y que ojalá triunfe en la final en el puesto que le corresponde, ni más ni menos. 

PREGUNTA. Para empezar, Dioni, la Literatura, ¿qué es la Literatura? ¿Por qué cuando entra en uno, ya no hay forma de expulsarla, tanto para el lector como para el que se dedica a escribir?

RESPUESTA. Siempre he tenido la impresión de que la Literatura (si me lo permites la escribo así, con mayúsculas) es un ente con vida propia, un ente repleto de oxígeno que ha llegado a este mundo a través de las musas, y que nos invita a soñar, a cerrar los ojos para abrirlos en otra dimensión. La Literatura nos permite ver la vida desde otras perspectivas, comprender los sentimientos ajenos, empatizar con quienes compartimos nuestros días, triangularizar los problemas cotidianos para resolverlos, salir de nuestra zona de confort, abandonar nuestras cuitas y nuestro espacio asfixiante para vislumbrar que no estamos solos, y que tampoco somos el centro de nada. La Literatura es un ejercicio que empuja a madurar como persona, tanto en la faceta de lector como de escritor. Aunque a alguien le pudiera parecer exagerado, me atrevo a afirmar que buena parte de los conflictos de este mundo, se reproducen una y otra vez por gente que no ha disfrutado de las grandes obras, que no ha leído La montaña mágica, El Quijote, Hamlet, El Lazarillo de Tormes o El paraíso perdido, entre otras muchas otras. Se trata de obras que enseñan a sumergirnos en los sentimientos del prójimo y a creer en la solidaridad, en la compasión y en el amor. La Literatura siempre nos enseña el noble arte de vivir.
  
PREGUNTA. Dioni, ¿cómo comenzó todo? ¿En qué momento supiste que tu camino era ser escritor? ¿Qué es lo que ocurre en una persona para que se pase del territorio de la lectura al de la escritura?

RESPUESTA. Te confieso que siempre me recuerdo escribiendo. Cuando tenía unos seis años, mis padres me cuentan que disfrutaba mucho escribiendo con un lápiz en un papel, y que también ojeaba libros, algo curioso a aquella edad. Mi imaginación siempre me forzó a escribir pequeñas historias, cuentos, todo aquello que mi mente elucubraba; mi necesidad más imperiosa era redactarlo para liberarme de las pesadillas, para que se volvieran inmortales. Digamos que siempre supe que mi camino me llevaría por estos derroteros, en los que transitara entre el rol de lector y de escritor, y ha sido la convicción más trascendental en toda mi vida, algo tan existencial como el hecho mismo de respirar.

PREGUNTA. Tienes ya un largo y rico recorrido a tus espaldas que te han hecho convertirte en un nombre imprescindible del panorama literario español actual. Diez novelas publicadas, relatos en varias antologías, colaboraciones en prensa y radio, algunos premios literarios conseguidos... Todos conocemos que las recompensas por el duro trabajo del escritor son siempre escasas; que es, ante todo, una pura labor vocacional de largo recorrido y con muchos obstáculos. ¿Qué recomendarías a un escritor que ahora mismo comienza a caminar, a algún incipiente escritor que seguramente esté leyendo esta entrevista?

RESPUESTA. Le recomendaría que este noble arte se desarrolla única y exclusivamente para el disfrute de los sentidos, para el derroche del placer de realizar un acto artesanal cuyo objeto es ser feliz y ejercerlo con libertad. Escribir es artesanía pura, porque un texto nunca se termina, nunca estará perfecto; es necesario pulirlo una y otra vez, dejarlo reposar varios meses y volver sobre él para releerlo, encontrar mejores sinónimos, adjetivos más apropiados, un estilo más pulcro... Hay que amar aquello que escribimos y considerar que, por respeto al lector y por exigencia personal de quien valora la Literatura, se debe trabajar sin descanso hasta alcanzar la categoría de obra de arte. A quien empieza a escribir le recomendaría que no escriba demasiado, pero que cuide su estilo hasta la extenuación: mimar cada palabra, cada frase, cada estrofa con amor, con rabiosa pasión. Un detalle que también es muy importante y que no se debe trivializar: que escriba con pasión y que no piense en publicar ni en vender muchos libros, y menos aún en ser famoso. Esas cuestiones llegarán si el sino se lo concede, pero lo importante es escribir sabiendo que es un acto artesanal cuyo fin es la obra de arte, que no piense en la fama ni en el éxito, que nada le impida desviarse del camino hacia la perfección.

PREGUNTA. Dioni, queremos saber sobre tu manera de trabajar. Luis Vives aconsejaba tener cinco partes de lectura, cuatro de meditación, tres de escritura -que las correcciones reducirán a dos- y una para la publicación. ¿Cómo concibes el acto de la creación?

RESPUESTA. En mi caso, y coincido plenamente con Luis Vives, una vez que he configurado la historia en mi cabeza, que he perfilado los personajes, los escenarios, la trama (cada vez soy más de novelas planos y menos de novelas brújulas), comienzo la escritura a un ritmo rápido, sobre todo el planteamiento. Una vez acabada esa parte, suelo revisar la historia, porque a medida que empiezas a escribir, habrá protagonistas que cobren más fuerza, que varíen su carácter por el drama que se avecine, o al revés, y ese personaje deba reproducir otro papel, y el argumento así deba ajustarse. A partir de dichos cambios, me sumerjo en redactar el nudo hasta el desenlace, un proceso que no suele durar más de cuatro o cinco meses. 

Después comienzo la primera relectura, en la que incluyo detalles que faltaban o elimino los que sobraban. Después de dicha primera relectura, repito una nueva para trabajar con decisión los temas de estilo. Así varias vueltas durante unos meses, para luego, dejar la novela que repose un par de meses y volver sobre ella para captar las sensaciones que produce y mejorarla en todos los sentidos, reforzando la psicología de algunos personajes, enriqueciendo los ambientes descritos, reduciendo alguna conversación... Y después, cuando ya ha pasado más de un año desde que escribí la primera línea, suelo buscar uno o dos amigos "lectores cero", para que lo lean y saber qué les transmite, y después comienzo a releerlo con visión muy crítica hasta pulirlo de la forma que me sienta orgulloso. Después, la editorial, cuando dé el visto bueno, también te propondrá algunos cambios, y en la galerada trabajaré más y más variaciones de estilo y hasta de argumento. Luego vendrá el ferro que se debe trabajar como el primer manuscrito, para que, cuando le llegue al lector la novela ya publicada en las librerías, la obra esté lo mejor posible y disfrute de ella. Como veis, es un proceso lento, de artesanía pura, como comenté antes, pero es la única forma que he hallado para convertir una historia personal en Literatura.

  Cuando llevo un tiempo sin escribir, siento ansiedad, como si me faltase el oxígeno. Me he acostumbrado a escribir casi a diario, lo que significa que, si me arrebataran ese derecho, la vida sería imposible

PREGUNTA. Hace unos días un conocido escritor decía en una entrevista radiofónica que escribía para librarse de los remordimientos de no escribir. Esto también lo decía Borges. ¿Qué le ocurre a Dioni si está un tiempo sin ponerse delante del folio? ¿Puedes tomarte unas vacaciones de la escritura? ¿Es eso posible para un escritor? ¿Cuando a los escritores les pican los dedos, se los rascan escribiendo?

RESPUESTA. Es curioso, porque cuando llevo un tiempo sin escribir, siento ansiedad, como si me faltase el oxígeno. Me he acostumbrado a escribir casi a diario, lo que significa que, si me arrebataran ese derecho, la vida sería imposible, me volvería una persona infeliz y desdichada. Puedo permanecer varias semanas sin redactar una sola línea, pero más tiempo he sido incapaz.



PREGUNTA. Como decía antes, diez novelas publicadas. Y muchas de ellas pertenecen al género fantástico, género por el cual has conseguido esa relevancia en el ámbito literario, aunque no solo por él. Títulos como El Sabor de tu Sangre (Éride, 2013), Fractura (Apache Libros, 2016), Fracasamos al Soñar (Nowevolution Ediciones, 2017), Cuando se extinga la luz (Huso Ediciones, 2018), Un Mundo para el Olvido (Nowevolution, 2020) o El Último de la Fiesta (Apache Libros, 2020) son algunas muestras de tu valía en este tipo de literatura que tiene tantos seguidores. ¿Qué te ofrece el género fantástico que no encuentras en los otros? ¿Por qué para ti es importante?

RESPUESTA. El género fantástico, ya sea la ciencia ficción, el terror o la fantasía, me permite romper las rígidas barreras de la realidad, sus fronteras, y así abordar temas que no forman parte de nuestro día a día. Se trata de abordar otras "realidades", especular con ideas para plantear posibilidades descabelladas o casi imposibles, enfrentarme a lo inexplicable. Por ejemplo, en El sabor de tu sangre, abordé el vampirismo, un mito universal que afectará a varios personajes de Valladolid en un trasfondo de apariencia realista; o con El último de la fiesta, sobre cómo afecta la IA en nuestras vidas y la amistad sincera entre un niño y una máquina, y sobre cómo la automatización va a transformar y a trastornar nuestras vidas. En Fractura elaboré una distopía para culpabilizar al fracking de la contaminación y de la aparición de abundantes enfermedades, y en Fracasamos al soñar, la llegada del transhumanismo a nuestros cuerpos y la adaptación a semejante colonización física.

En definitiva, con este género se puede realizar una severa crítica a nuestro mundo ofreciendo alternativas. La Literatura de ciencia ficción nunca es una narrativa amable con el mundo, es todo lo contrario: es una narrativa de advertencia, de aviso sobre lo que puede suceder, una crítica radical para variar el rumbo, y un análisis sobre las consecuencias futuras de nuestras decisiones presentes. El género fantástico es la voz crítica de nuestro tiempo, como lo fueron en otras épocas el teatro o la poesía, cuyo objetivo (desde mi humilde punto de vista y sin ofender a nadie) es intentar transformar la realidad, cambiar el designio de los tiempos. Es un grito en contra de los abusos de nuestra época, contra la pobreza y las desigualdades sociales, contra la deriva ecológica, contra el modelo económico neoliberal, contra las injusticias sociales; y todo ello enmascarado en una novela de aventuras, de acción trepidante. Podría desarrollarlo en otro género, seguro que sí, pero es precisamente en el fantástico en el que me siento más a gusto.

He escrito sobre todo ciencia ficción y terror, pero eso no significa que sea lo único que me invita a soñar. Leo de todo, da igual el género, y a lo largo de mi carrera no tendré prejuicios para escribir aquellas historias que me roben el alma

PREGUNTA. Pero no solo has escrito en ese género. Títulos entre otros como Gótica y Erótica (Éride, 2014), La Maquilladora de Cadáveres (Apache Libros, 2018) o hasta una versión lingüísticamente actualizada de El Buscón de Francisco de Quevedo (Babel Books, 2014) nos enseñan un autor que se mueve como pez en el agua en otros territorios como la novela erótica, la novela negra o el trabajo con los clásicos de la literatura. Siempre he pensado que los grandes escritores salen bien parados de todos los géneros, porque ante todo son escritores, aunque hay ejemplos en la historia que nos enseñan lo contrario. ¿Tendremos de Dioni Arroyo alguna muestra de estos otros géneros en el futuro? Y por ir más allá, ¿incluso de otros en los que aún no has publicado como la poesía y el teatro?

RESPUESTA. Lo importante es evitar ser encasillado, lo que es una utopía, porque desde que escribí la primera novela de terror o de ciencia ficción, ya fui etiquetado, algo que nos sucede a todos en las distintas vertientes de la vida; es como si necesitásemos buscar referencias para catalogar cuanto nos rodea; parece algo innato en el ser humano. En mi caso, he escrito sobre todo ciencia ficción y terror, pero eso no significa que sea lo único que me invita a soñar. Leo de todo, da igual el género, y a lo largo de mi carrera no tendré prejuicios para escribir aquellas historias que me roben el alma. Por ello, si el alma me pide poesía, trabajaré la poesía, y si me pide una novela histórica, seguro que me pondré a la tarea, sin remordimientos, sin sentirme un traidor al género. De hecho, la poesía lleva reclamando mi atención mucho tiempo, y hay una obra en la que ya sabes que llevo un tiempo dándole vueltas y trabajando verso a verso, disfrutando de un estado de ánimo, de unos sentimientos, que exigen reflejarse alejados de la prosa.

Portada de Metanoia


Metanoia nos propone cambiar de rumbo, alterar el destino que han trazado para nosotros los que conspiran en el tiempo, los que desean que retrocedamos hacia una nueva Edad Media

PREGUNTA. Tras tu última novela publicada, la citada El Último de la Fiesta (Apache Libros, 2020), una historia distópica juvenil, este año 2021 aparecerá en las librerías la reedición de una tus novelas anteriores de ciencia ficción que además presentarás en junio en la próxima Feria del Libro de Valladolid. Me refiero a Metanoia, que en 2012 apareció en el sello Éride Ediciones y que ahora publica Nowevolution Ediciones con una edición revisada y con alguna sorpresa más. ¿Por qué esta decisión de volver a esta novela distópica? ¿Qué sigue aportando a los lectores nueve años después?
 
RESPUESTA. Ha sido una decisión muy reflexionada y fruto de largas conversaciones con la editorial. Metanoia se publicó, como bien has dicho, en 2012, en un año terrible para la economía y el mundo editorial por el inesperado hundimiento de Letham Brothers, lo que supuso una quiebra en toda regla del modelo económico capitalista, destrozando todas las economías del planeta, y a pesar de ello, sin embargo, contra todo pronóstico, agotó la primera edición de quinientos ejemplares, y al año siguiente una segunda edición de otros quinientos ejemplares. Se alzó con el premio Éríde en su quinta edición y decidí descatalogarla el pasado año. Aunque vender mil libros puede parecer una cifra irrisoria, os aseguro que en aquellos años 2012 y 2013 fue una verdadera proeza, dadas las circunstancias. En numerosas charlas con la nueva editorial, llegamos a la conclusión de que el mensaje de cambio revolucionario que transmite Metanoia es más apropiado en la actualidad que en aquellos años, que ahora es el momento de lanzarlo de nuevo a la sociedad, a pesar de que tampoco vivimos un buen momento económico-sanitario y la cultura se halla en situación agónica. La metanoia es un término que procede del griego, y se podría traducir por "más allá de la mente", llevando implícita la idea de cambiar de camino. La novela nos relata la vida de un funcionario de prisiones que trabaja en una cárcel subterránea, en la que se enamorará de una interna muy especial y que trae un mensaje para él. Metanoia se puede leer como una obra de viajes en el tiempo, pero también como un thriller con suspense e intriga a un ritmo frenético, con historia de amor y escenas de sexo de alto voltaje. Dicho esto, posee los ingredientes de una novela muy comercial, pero posee algo más: Metanoia nos propone cambiar de rumbo, alterar el destino que han trazado para nosotros los que conspiran en el tiempo, los que desean que retrocedamos hacia una nueva Edad Media debido a los desafíos que nos acechan y que son los siguientes:

-El cambio climático, que estos años va a convertir a la naturaleza en enemiga declarada de la humanidad. El desastre medioambiental, la manipulación genética y la globalización que alterará la vida, liberará nuevas bacterias, nuevas pandemias y reducirá el bienestar. 

-La automatización y el avance de la IA, que evoluciona de forma exponencial y no lineal. Antes de que remate esta década, habrá despedido a más del setenta por ciento de la mano de obra, lo que dará un vuelco a los cimientos del mundo del trabajo.

-La nueva Guerra Fría entre Rusia y China por un lado, frente a EEUU y a la UE. Un escenario de guerra comercial sin cuartel que debilitará aún más las democracias hundiendo a la clase media. 

Estos tres grandes desafíos se desarrollarán desde ahora hasta 2030, desdibujando el mundo contemporáneo y dejándonos sin certezas, en una realidad imprevisible y repleta de violencia. De nosotros depende que nos merezcamos el mejor de los futuros posibles o retrocedamos a la oscuridad medieval. La novela nos recuerda que los grandes avances sociales, las revoluciones, las han protagonizado las clases populares con la complicidad de los intelectuales, y que esta ocasión no será una excepción, por lo que nos debemos preparar para los grandes cambios, porque habrá intereses para que nos resignemos, intereses que procedan de los privilegiados quienes temen que les suceda como ocurrió con la superpotencia del mundo en 1789: Francia, el equivalente a los Estados Unidos de ahora, que, sin que nadie lo pudiera intuir, a través de la Enciclopedia (la iluminación) y el Siglo de las Luces, mandó a la guillotina a tres estamentos privilegiados, como eran el clero, la monarquía y la nobleza. ¿Podría volver a suceder? ¿Tan difícil nos resulta imaginarlo como les sucedió en aquella época? ¿Por qué no? Espero que ocurra por el bien de todos, sí, que se produzca otra vez aquel milagro de la historia, pero sin guillotina, por supuesto, y que sea consecuencia de la metanoia, de un cambio de mentalidad, de una evolución de la conciencia hacia la aceptación global de que, si no afrontamos cambios de raíz ahora mismo, podríamos vernos avocados a mil años de oscurantismo feudal. Puedo parecer muy pesimista, lo sé y lo lamento, pero si lo razonáis con la información suficiente, llegaréis a la misma conclusión que yo: que estamos bailando sobre un mar de lava.

PREGUNTA. Dioni, escuchando todo lo que has dicho, la solución está en nosotros mismos, pero ¿crees que la Literatura puede hacer algo para salvarnos del desastre al que podemos llegar? ¿Crees en el poder transformador y salvador de la Literatura desde el punto de vista de nuestra especie y desde el punto de vista social? 

RESPUESTA. Sí, como afirmaba Gabriel Celaya: La poesía es un arma cargada de futuro. Y yo lo amplío a la Literatura en todas sus formas. La Literatura posee, entre sus virtudes, la capacidad de despertar el sentido crítico del individuo, enseñar a pensar por uno mismo, escapar del rebaño, plantear nuevas preguntas sobre la vida, la sociedad y el futuro, imaginar cómo organizar mejor nuestras estructuras decadentes. También, por eso mismo, se valora tan poco la literatura y la filosofía, incluso hay políticos por ahí que pretenden retirarla de los planes de estudio. Por eso se potencia el mundo audiovisual y se destinan tan pocos fondos a la cultura. Por eso los escritores nos vemos obligados a vivir de otros trabajos, porque de la literatura no se come, nos lo repiten hasta la saciedad, porque, aunque no seamos conscientes de ello, alguien, desde privilegiados púlpitos políticos, nos consideran peligrosos. Y si hay novelas que se apoyan en los medios, suelen ser best sellers, obras pueriles creadas para anestesiar a las masas, para seguir diciendo a la sociedad que no haga nada, que se quede en sus casas (pagando impuestos, eso sí), mientras el mundo se desmorona. La Literatura forma parte del ocio y el tiempo libre, del entretenimiento, por supuesto, y también nos enseña a escribir y redactar mejor sin faltas de ortografía, a desarrollar la empatía, la asertividad y las habilidades sociales, ayuda a los niños y adolescentes a desenvolverse lo mejor posible en el mundo, enseña a saber trabajar en equipo, resolver problemas prácticos de la lógica diaria (pedagogía pura), pero también ayuda a pensar, a situarnos en el mundo desde una visión diferente y subversiva. La Literatura enseña a vivir siendo conscientes de lo que significa.

PREGUNTA. Tengo una curiosidad, y es algo que pregunto a los escritores. Seguro que tienes algunas citas o frases que presiden tu escritorio o tu biblioteca y que lees una y otra vez para que su mensaje nunca se te olvide. ¿Nos las puedes desvelar? 

RESPUESTA. Siempre recuerdo la dedicatoria de Cela en su obra cumbre La familia de Pascual Duarte: se la dedicó a sus enemigos, que tanto le habían ayudado en la vida. Es una cita cargada de sabiduría que nunca olvido. También memoricé en mis años mozos, cuando descubrí que me expresaba mejor en portugués que en castellano, otra máxima de Saramago que en castellano se diría así: "La derrota tiene algo positivo. Nunca es definitiva. En cambio, la victoria tiene algo negativo: siempre es definitiva". Y siempre he seguido también la cita clásica de que "Un optimista, es un pesimista con experiencia". De nada vale lamentarnos ni flagelarnos, es un ejercicio inútil que no aporta nada. Es mejor sonreír y, aunque nos estemos ahogando, medir nuestras probabilidades, buscar alternativas y actuar.

Hay que luchar para alcanzar nuestros sueños, luchar y luchar sin tregua para que nadie nos arrebate ese derecho. Tenemos el derecho de ser felices y escapar de la alienación que nos transmiten y que nos habla de resignación y de cercenar nuestras ilusiones

PREGUNTA. ¿Dónde quiere estar Dioni Arroyo en unos años? ¿Qué pretende conseguir? 

RESPUESTA. Pues te confieso, y no lo he confesado nunca en público, te lo aseguro, esto es una primicia, que después de llevar más de dos décadas trabajando como funcionario de prisiones, una profesión que dista mucho de ser "vocacional", como os podréis imaginar, me encantaría poder pedir una excedencia. Así de rotundo: pedir una excedencia y vivir con humildad y de manera sencilla de la Literatura, para que mi oficio más amado también se transforme en una profesión, y regresar al mar, volver a vivir en mi querida Galicia, tierra a la que añoro cada día de mis días. Esos son mis sueños. No sé si viviremos más vidas, de momento solo albergamos la garantía de tener esta en la que nos encontramos atrapados, así que, dada su brevedad, nos merecemos luchar para ser felices, hay que luchar para alcanzar nuestros sueños, luchar y luchar sin tregua para que nadie nos arrebate ese derecho. Tenemos el derecho de ser felices y escapar de la alienación que nos transmiten y que nos habla de resignación y de cercenar nuestras ilusiones. Luchemos para ser felices porque dentro de cien años (o mucho menos) estaremos criando malvas.

PREGUNTA. Para terminar, Dioni, quiero hacerte la pregunta con la que termino siempre TRAMO SEÑALIZADO, a pesar de que creo que ya la has respondido en la pregunta anterior, pero seguro que puedes ampliarlo: tú que eres una persona apasionada con su vocación y que por eso estás en este espacio de entrevistas TRAMO SEÑALIZADO. CONVERSACIONES CON PERSONAS APASIONADAS CON SU OFICIO, ¿qué le dirías a alguien que duda por apostar por sus sueños, por ser quien es? ¿Vale la pena?

RESPUESTA. Le diría que ya posee lo más importante: la certeza de ser consciente de tener un sueño, lo cual le ayuda a madurar como persona con dicha posesión. A partir de ahí, le invitaría a luchar por hacerlo realidad, pero también le daría una advertencia: que no será fácil, que hallará muchos obstáculos, decepciones, traiciones, sinsabores, soledad, frustración... pero, como decían los clásicos grecolatinos, "a lo noble por lo difícil". Vale la pena luchar por tus sueños a pesar de tener todo en contra. Luchar por lo que creo, por mi vida de escritor, da sentido a mi existencia, da sentido a todo. Consigo encontrarme en el mundo siendo yo mismo, con una misión por delante, y una misión por la que consigo la felicidad. Ese es el regalo de trabajar por tus sueños. Gracias de corazón por la entrevista, Jorge.



                         Por Jorge Alonso Curiel


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