TRAMO SEÑALIZADO (ENTREVISTAS). "Donde nunca nos encuentren": Universos paralelos en la nueva novela de Dioni Arroyo
Dioni Arroyo:
“En Donde nunca nos encuentren muestro a los lectores cómo son las cárceles españolas de la actualidad, lejos de los estereotipos que proceden
de Estados Unidos”
Con paso firme, continúa Dioni Arroyo (Valladolid, 1971) labrando su camino literario. Así, publica ahora su décimo cuarta novela, Donde nunca nos encuentren (Apache Libros), una obra que supone una "catarsis" al tratar de manera testimonial su otra profesión como funcionario de prisiones. Y todo ello mezclado con una trama absorbente y adictiva, en la que las realidades alternativas tienen protagonismo. Ciencia ficción de altura, repleta de reflexión y amenidad, donde brillan unos personajes fieramente humanos. Una novela, de uno de los escritores de referencia del panorama literario español, con la que consigue de nuevo permanecer en la memoria de los lectores durante mucho tiempo tras haber terminado de leer su última página.
Respecto a la pregunta que me planteas, lo primero que me viene a la memoria es que el periodo pospandemia para mí ha sido una etapa de transición. Comencé a publicar en 2012, aunque llevaba toda la vida escribiendo. Hasta el año 2015, publiqué de forma recurrente en una pequeña editorial de narrativa generalista, pero mis temáticas siempre eran de género fantástico, por lo que muy pronto comprendí que mi destino era encontrar espacios creativos en los que mi literatura no fuera una rara avis. Así comenzó una segunda etapa en la que publiqué sin descanso muchos títulos de ciencia ficción en los que experimenté sobre la página en blanco distopías, ucronías, el ciberpunk o el transhumanismo.
A partir de 2021 se abrió un tiempo de reflexión. Es cierto que he publicado varias novelas de ciencia ficción, pero lo que más he escrito han sido otros géneros como poesía, prosa poética o, incluso, una obra extensa ambientada en el Irán revolucionario, de contexto histórico contemporáneo y muy religioso. Reconozco que mis últimos trabajos no se han publicado aún, pero sí reflejan ese cambio desde 2021: he abierto una tercera etapa en mi creatividad literaria, buscando salir de mi zona de confort y ofrecer a los lectores temas distintos, producto de una serie de inquietudes que me conducen a otros derroteros.
Tengo una fuerte necesidad de seguir contando historias, y a partir de ahora, lo que publique será algo diferente: un giro a lo que mis lectores conocen. No se trata de un afán por huir del encasillamiento; más bien responde a una necesidad creativa, a una llamada interior que me obliga a relatar historias distintas con mayor trasfondo realista.
PREGUNTA. Todo un giro importante a tu narrativa, sin duda. Seguimos comprobando que sigues enamorado de esta vocación, que es una parte esencial en tu existencia; respiras y transpiras literatura. Pero ¿ha habido algún momento en tu carrera de duda, de enfado con este oficio?
RESPUESTA. Sí, ha habido muchos… y eso que, quienes me conocen, saben que no tengo mal genio, pero ha habido momentos en los que he estado a punto de tirar la toalla. El oficio de escritor es duro. Hay abundantes sinsabores, editoriales que nunca te responden, ventas que generan frustración porque no se corresponden con la ilusión preconcebida, un mundillo de colegas con egos en muchas ocasiones desproporcionados y una sociedad que no termina de apoyar de manera más decidida la cultura. Pero, hasta ahora, la ilusión compensa con creces los momentos de ansiedad y melancolía.
PREGUNTA. Con tu nueva obra Donde nunca nos encuentren (Apache Libros) ya has publicado, desde 2012, catorce novelas. No es poco. Con ellas, y con otros libros, has labrado una trayectoria tan rica como impecable, con un estilo reconocible, que te ha hecho merecedor de reconocimientos como la Mención de Honor ‘Rosa Chacel’ por el conjunto de tu labor narrativa, o tres nominaciones a los premios Ignotus, que premian cada año lo mejor de la literatura de género editada en España. Se te conoce por ser un referente nacional de este tipo de literatura, en concreto de ciencia ficción, pero encontramos en tu camino otras obras de distintos géneros como la novela negra (La Maquilladora de Cadáveres), la novela erótica (Gótica y Erótica), el ensayo (El Mito del vampirismo) o una versión lingüísticamente actualizada de El Buscón, de Francisco de Quevedo, publicado en Nueva York por el sello Babel Books Inc. Ya has hablado de ello en una anterior respuesta, pero quiero profundizar en este aspecto: ¿Te gusta que te hayan encasillado en la literatura de género?
RESPUESTA. Muy buena pregunta porque me permite el privilegio de responder con claridad: no, nunca me gustó el encasillamiento.
En muchos medios de comunicación nos llaman escritores de género para referirse a los que cultivamos la fantasía, el terror y la ciencia ficción, y a continuación es habitual que nos cataloguen de frikis, un término un poco despectivo.
Siempre me he considerado escritor, sin ningún apellido, porque, aunque la mayor parte de mi producción es de género fantástico, quiero poseer la libertad absoluta para publicar obras realistas, de temática más general. Quiero que se valore exclusivamente mi talento sin etiquetas que despierten prejuicios. En definitiva, el problema de estar encasillado son los obstáculos para salir de esos ámbitos y llegar a otras editoriales.
Problemas de la literatura de género son la escasez de premios literarios y la poca proyección en los medios de comunicación tradicionales. Da la impresión de que escribir ciencia ficción es cultivar un género de literatura de segunda división, lo que no es justo.
PREGUNTA. Dioni, ¿cuál es la situación actual de este tipo de literatura en el panorama nacional e internacional?
RESPUESTA. Es complicada. Hay pocas editoriales de género fantástico, y las más importantes, apenas publican a autores españoles. Por otra parte, la tendencia cultural de la sociedad es bastante insistente en resaltar que el gusto general de los lectores es el de la novela realista, además de la histórica, la policíaca o la romántica. La ciencia ficción está en un nivel inferior, junto a la poesía o el teatro. Escribimos para un público escaso, muy fiel, es cierto, que se reúne en festivales cada vez más multitudinarios, pero cuantitativamente hablando el porcentaje de lectores de ciencia ficción es muy reducido. A eso hay que añadir que se presta poca atención a la aportación que puede ofrecer este género a la tecnología, a la ciencia y a los dilemas éticos que encierra la IA, o sobre lo que puede alertar de los peligros del mundo al que nos dirigimos. Al final, la ciencia ficción es una reflexión filosófica en la que intentamos responder a las consecuencias futuras de nuestras decisiones pasadas.
Otros problemas del sector son la escasez de premios literarios y la poca proyección en los medios de comunicación tradicionales. Da la impresión de que escribir ciencia ficción es cultivar un género de literatura de segunda división, lo que no es justo.
PREGUNTA. Donde nunca nos encuentren, tu nueva novela. Un amigo lector me ha dicho que es un título estupendo, que despierta el interés y la imaginación del lector. ¿Te cuesta elegir los títulos de tus novelas? ¿Sueles tenerlos antes de empezar a escribir?
RESPUESTA. Reconozco que me lleva mucho tiempo decidir un título, y mi predilección son los títulos con pretensiones poéticas. Por citar algunos ejemplos: Los ángeles caídos de la eternidad, Fracasamos al Soñar, Cuando se extinga la luz, Un mundo para el olvido o Rechazaré todos los mundos poseen las mismas características. Me llevó bastante tiempo encontrarlos; escudriñé mis neuronas buscando ese tono poético que pudiera cautivar al lector, y, sin tener nunca la certeza previamente de haberlo logrado, me han generado muchas satisfacciones.
Apenas se escribe sobre el mundo penitenciario porque es una realidad anodina y desconocida, y por eso, desde mi atalaya privilegiada como funcionario de prisiones, he decidido relatar cómo es por dentro una prisión
PREGUNTA. ¿Cuándo apareció la idea y la necesidad de escribir esta novela que se enmarca también dentro de la ciencia ficción? ¿Qué ha supuesto para ti y para tu trayectoria como escritor?
RESPUESTA. Ha sido una catarsis emocional. Por una parte, la novela está ambientada en la cárcel, un escenario dantesco y complicado que conozco muy bien por mi profesión. Soy funcionario de prisiones desde hace más de veinticinco años y siempre he trabajado en interior, en módulos que mantienen un contacto directo con los internos. Fruto de mis vivencias, y de muchas anécdotas, nació Donde nunca nos encuentren: en ella, partiendo de la realidad más cruda y cotidiana de mi trabajo, imagino una ficción de universos paralelos.
Es una novela rupturista, dado que he decidido hablar de mi profesión tal como es, sin exagerar un ápice, mostrando a los lectores cómo son las cárceles españolas de la actualidad, lejos de los estereotipos que proceden de Estados Unidos, con sesgos exagerados que no tienen nada que ver con nuestro país. Apenas se escribe sobre el mundo penitenciario porque es una realidad anodina y desconocida, y por eso, desde mi atalaya privilegiada, he decidido relatar cómo es por dentro una prisión. Para mí ha supuesto un alivio, porque recuerdo los primeros años del siglo XXI, cuando, por las distintas circunstancias que se dieron, no podíamos mencionar nuestra profesión y vivíamos amenazados por una banda terrorista. De hecho, tanto era así, que cuando comencé a publicar trabajaba en Euskadi, y cuando alguien me preguntaba cuál era mi profesión, además de contestar que también era escritor, tenía que mentir diciendo otra profesión... Una tarde, en una presentación literaria en Gasteiz, recuerdo que, para salir del paso de esa pregunta, me inventé que era cartero, con tan mala suerte, que una persona del público afirmó con naturalidad que su hermano también lo era, y quiso interesarse por mi promoción o puesto concreto... Anécdotas como esta tengo muchas, y algunas las relato en la novela camufladas bajo la ficción, como una manera de liberarme.
RESPUESTA. Creo que es motivado por la ingenuidad. Luis Andrade peca de ingenuo y altruista mal informado. Quiere participar en una vacuna experimental para ayudar a la humanidad, y eso le impulsará a penetrar en otro universo paralelo o parauniverso, como lo denominó Asimov en Los propios dioses, mostrando que puede haber más versiones de nosotros mismos en otra dimensión cuántica que de manera magistral relató también Borges en El jardín de los senderos que se bifurcan.
Una característica de nuestra especie es la necesidad de romper con lo establecido y escapar del camino trazado, lo llevamos adherido en nuestros genes. Tal vez sea la mejor manera de desarrollar nuestras inquietudes y divertirnos con la vida que nos ha tocado vivir.
PREGUNTA. Como toda buena historia de ciencia ficción, y como ya has explicado, Donde nunca nos encuentren refleja el pasado, el presente y nos alerta de lo que podría llegar. ¿Qué influencias literarias, cinematográficas o de otras artes te ayudaron a crear esta novela?
RESPUESTA. Me influyeron algunos clásicos latinoamericanos como Borges o Bioy Casares, pero también, cómo no, el gran Philip K. Dick o Lisa Tuttle. Respecto a la gran pantalla, hay algunas películas como Otra Tierra o Decoherence que son muy sugerentes, así como series tan populares como Counterpart o Separación. Todas ellas supusieron un viento de aire fresco que me ayudó a inspirarme.
Los grandes peligros del futuro
PREGUNTA. Dioni, ¿cuál es el mayor peligro, o peligros, que puede depararnos el futuro? ¿Qué será del arte, la literatura?
RESPUESTA. Las grandes amenazas del siglo XXI son la Inteligencia Artificial y el cambio climático, por lo menos si nos atrevemos a proyectarnos al futuro.
Hay que advertir que nuestra capacidad para anticiparnos es bastante torpe y solemos cometer errores que claman al cielo. De hecho, hay fracasos sonoros, como podemos recordar: a finales de los ochenta del siglo pasado, un alto cargo de la OMS señaló que la gran epidemia del presente siglo sería el sida, y que el cáncer no supondría un problema… O cuando en 2020 un importante epidemiólogo español aseguró que, respecto al COVID, en nuestro país podría haber uno o dos casos... Tampoco ningún politólogo acertó sobre el futuro de la URSS en 1990, sin imaginar que se disolvería en quince repúblicas apenas un año después.
Por ello es tan difícil hablar del mañana, pero los escritores de ciencia ficción nos empeñamos en fantasear basándonos en la realidad actual, e, insisto, las mayores amenazas que se ciernen sobre la vida en la Tierra y sobre nuestra especie son la IA y el cambio climático. A esas dos podría añadir un misil nuclear que nos caiga procedente de Rusia, aunque lo veo menos probable (cruzaré los dedos...).
Respecto al arte o a la cultura, soy más optimista. Nos sobrevivirá, se adaptará a los cambios, y hablo en general. A pesar de los avatares del progreso, el teatro sigue existiendo, no ha desaparecido por el empuje del cine, que tampoco ha desaparecido por las series televisivas, y la pintura, la música o la literatura competirán con la IA autoconsciente, seguro, pero también sobrevivirá y se adaptará a los cambios sorteando todas las trabas, porque responde al espíritu creativo humano que procede de musas que, estoy convencido, son de otro mundo.
PREGUNTA. “Lectura ágil, comprometida, repleta de acción y reflexión, que engancha desde la primera frase”, han dicho de ella. Pero también, diría, que es una novela llena de humanidad y de emoción. No se suele apuntar que el género de la ciencia ficción es uno de los que más han regalado y regalan historias tremendamente humanas. En Donde nunca nos encuentren, el lector se mete en la piel de un personaje principal y de unos secundarios con los que rápidamente empatiza, y logras aquello tan difícil de vivir a través de ellos, y, finalmente, que el lector también se refleje en ellos. ¿Dónde se encuentra el secreto para crear personajes tan auténticos y complejos, llenos de vida? ¿Cómo se logra?
RESPUESTA. Para ser sincero, no sé si lo he logrado. El problema radica en que los escritores somos tremendamente exigentes, buscamos la perfección, algo imposible de alcanzar en el arte, y menos en un oficio como el nuestro, que es pura artesanía.
Siempre que escribo y creo un personaje, me imagino alguien que conozco, y me pregunto cómo reaccionaría en la ficción que estoy construyendo, hasta dónde sería capaz de llegar. Es así: desarrollo ese personaje inventado basándome en la persona que conozco de la vida real, y de esa manera adquiere vida propia y una personalidad que lo singulariza del resto. Así fabrico personajes, y me suele ayudar en la difícil tarea de que el lector se sienta identificado y se sumerja en el relato. Es un truco que utilizo casi siempre, y me permite dotar a mis personajes de voz propia, realismo y verosimilitud.
La literatura debe cautivar, seducir, enganchar, y por ello el vocabulario y los hechos que se narran deben ser familiares para el lector, que se sienta a gusto, que disfrute, que le deje un recuerdo amable
PREGUNTA. Otro aspecto importante de la novela, y de tus anteriores novelas, es la amenidad. Siempre has logrado que, ante todo, tus obras sean una celebración de la amenidad; el goce de leer embarcándose en una historia que conduce a vivir una maravillosa y arrebatadora aventura, con unos personajes que se convierten en seres inolvidables. ¿Esto es porque a ti como lector es también lo que más te interesa: historias apasionantes, verdaderamente entretenidas?
RESPUESTA. Sí, creo que es perfectamente compatible relatar historias complejas y situaciones dramáticas de manera entretenida, didáctica, para que atrape al lector. La literatura debe cautivar, seducir, enganchar, y por ello el vocabulario y los hechos que se narran deben ser familiares para el lector, que se sienta a gusto, que disfrute, que le deje un recuerdo amable. La búsqueda de la sencillez es muy importante si queremos que el lector viva con nosotros nuestras pesadillas.
RESPUESTA. En la novela no hay demasiados personajes y bastante acción, lo que facilita el guion. El problema puede radicar en que es también una trama muy psicológica, hay mucha introspección, abundantes pensamientos, y esto es complejo de trasladar a la pantalla. Por lo demás, cuando ocurra (no pierdo la esperanza), seré flexible con la adaptación.
PREGUNTA. Dioni, ¿qué le dirías en una sola frase al lector que aún no ha leído la novela para que se adentre en esta historia?
RESPUESTA. Si quieres conocer cómo es una cárcel española y sumergirte en una historia de pesadilla con esperanzas, te invito a leerla.
PREGUNTA. Hablemos de futuro, y no solo del futuro de la humanidad y del mundo en el que vivimos. No te faltan planes vitales y literarios, ¿verdad?
RESPUESTA. Sí, cuento con un poemario terminado, una nueva novela y un pequeño librito de prosa poética titulado Elogio de la escritura, que se publicará próximamente en la editorial P.O.E.M.A.S.
Estas semanas, como nos sucede a todos los escritores cuando hemos publicado nueva novela o terminado algún proyecto, ando conspirando con una nueva historia que me ronda la cabeza de manera obsesiva, y me temo que será inevitable que la comience a redactar a lo largo del verano.
PREGUNTA. Saben nuestras huellas del oficio de funambulista, decía Pessoa... Para terminar, qué le dirías a aquel Dioni Arroyo adolescente, aquel joven que un día descubrió que su camino era la literatura.
RESPUESTA. Si pudiera retroceder al pasado y encontrarme con mi otro yo de aquella época, de edad adolescente, le diría que no cesara en su empeño de perseguir sus sueños, que algo de talento había en esa cabeza que no paraba de inventar historias.
Le recordaría de forma cariñosa que la única forma de alcanzarlos es trabajando día a día, peldaño a peldaño, sin descanso. Porque el talento sin trabajo conduce al vacío más existencial, y el trabajo ausente de talento, lleva a la derrota y a la frustración; pero si se combinan pueden ser el Armagedón y permitir que nuestros anhelos se hagan realidad.
Si quieres hacerte com un ejemplar, pincha en el enlace de la editorial Apache Libros:
https://apachelibros.com/terror/269-donde-nunca-nos-encuentren.html
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