TRAMO SEÑALIZADO. Entrevista a Jesús Anta Roca: Nueva Mención de Honor 'Rosa Chacel'

Por Jorge Alonso Curiel - marzo 14, 2024

Jesús Anta Roca (a la izquierda) sentado al lado de la escultura en homenaje a Rosa Chacel, en la plaza del Poniente en Valladolid. A la derecha, Miguel Asensio, fundador y presidente de la Asociación Cultural Eclipse

Jesús Anta Roca:

"Saber comunicar es importantísimo"

Por Jorge Alonso Curiel

Es un escritor y divulgador muy querido en su ciudad, y por eso asegura sentirse "profeta en mi tierra". Jesús Anta Roca (1954) sabe el secreto para interesar a los lectores y a los espectadores vallisoletanos (y a los que no lo son) con los asuntos históricos, patrimoniales y culturales de la capital del Pisuerga y de su provincia, y que no es otro que lograr una cercanía con temas interesantes y un lenguaje sencillo y coloquial que conecta con el público. También demuestra con su labor que la Historia puede ser una materia divertida, llena de curiosidades sorprendentes, y que tiene más importancia de lo que creemos porque nos explica a nosotros mismos, y porque hace pensar en nuestro futuro, pero sin caer en el error de recrearnos, advierte, "en la melancolía". Sus libros y el resto de su trabajo divulgativo tienen el don de no pasar desapercibidos, y por ello ha sido reconocido con la Mención de Honor 'Rosa Chacel' que concede la Asociación Cultural Eclipse a narradores vallisoletanos o vinculados con la ciudad. Como tampoco crean indiferencia las respuestas de esta entrevista, y en la que se comprueba de nuevo su gran amor por Valladolid y la pasión por hacerlo saber. Pasen y lean. Disfruten de esta lección de historia y de vida.

PREGUNTA. Muchas felicidades, Jesús, por esta Mención de Honor 'Rosa Chacel' que concede la vallisoletana Asociación Cultural Eclipse y que reconoce la trayectoria narrativa de autores actuales vallisoletanos. No siempre se es profeta en la tierra de uno, pero en tu caso el aprecio y el cariño hacia ti y a tu obra es notorio, y por ello ya fuiste también merecedor del Premio Diálogo de Castilla y León. ¿Qué has sentido al saber de nuevo el reconocimiento de tus vecinos?

RESPUESTA. La verdad es que sí me siento profeta en mi tierra, acaso porque suelo abordar temas de investigación y divulgación poco tratados, y que, ciertamente, intentan transmitir pasión por Valladolid. Parto de la base de que nada de Valladolid me es ajeno. Y, respecto a los reconocimientos, pues que quieres que te diga, que gusta que te los den… A lo mejor es que los merezco, ja, ja, ja.

PREGUNTA. Tu ciudad (aunque también la provincia de Valladolid) es un tema esencial de tu obra como escritor e investigador patrimonial histórico y cultural. Denota un respeto, una curiosidad, un compromiso y un amor verdadero por Valladolid. ¿Qué tiene de especial que no posean otras ciudades? ¿Por qué es el centro de tu trabajo?

RESPUESTA. De especial tiene que tanto la ciudad como la provincia tienen su personalidad, como todos los territorios; no soy chauvinista. He visitado todas las capitales de España y muchas de sus comarcas, y cada una tiene su propio perfil, historia, leyendas, paisajes… Te doy dos ideas: Valladolid es la provincia menos montañosa de España, pero tiene unos páramos y unos valles forjados por sus ríos que no los tienen otros territorios. Y respecto a la ciudad, no es que haya sido solo sede de la Corte, que tuvo sus ventajas pero también muchos inconvenientes. Pero es largo de contar. Tiene acumulada una historia con muchísimo peso: sin remitirnos a los romanos o vacceos, lo dejaremos en la presencia de iglesias, conventos y monasterios que, al margen de la religión, tuvieron un papel y una importancia incluso internacional, sin hablar de la llamada Controversia de Valladolid (predecesora de los Derechos Humanos universales), y del peso de la industria y el comercio desde mediados del siglo XIX como pocas ciudades lo tuvieron, y que ya solo el nudo ferroviario y los talleres generales del ferrocarril dan para escribir una enciclopedia. Y por último, también tiene mucho interés cómo se forja la ciudad contemporánea con la emigración atraída por la necesaria mano de obra para la industria y la construcción.

PREGUNTA. Permíteme, no puedo dejar de hacerlo, que te pregunte sobre uno de los mitos que nos persiguen a los vallisoletanos. Ciudad fría, difícil, cuyos habitantes son poco amables y hasta excéntricos...

RESPUESTA. Yo no doy mucho pábulo a ello. Seguramente algo hay, pero ¿y qué decimos de los de Palencia, o de los de Zaragoza o de Sevilla, o de los gallegos? Cada comunidad humana tiene sus peculiaridades. En el caso de Valladolid creo que somos gente seria desde el punto de vista de cumplir con lo que nos comprometemos. Pero creo que por el cine, la televisión y porque se ha internacionalizado mucho todo (con el enorme inconveniente de la uniformidad), han hecho que se vayan diluyendo estas particularidades atávicas.

Jesús Anta Roca

PREGUNTA. Tu currículum es largo e interesante. Has publicado varios libros; escribes en la prensa vallisoletana desde hace 22 años; has realizado guiones para el Planetario del Museo de la Ciencia; tienes un espacio semanal en la radio, en Onda Cero, llamado Velay; has impartido conferencias; escribes un blog; has colaborado en documentales de TV; artículos en revistas especializadas, exposiciones fotográficas... Tu trabajo es rico y muy variado con el fin de divulgar nuestra historia y nuestro patrimonio. Quien se acerca a tu trabajo se siente fascinado por todo lo que desconocía, pero sobre todo por tu manera sencilla y cercana de comunicar con la que demuestras que la Historia y nuestro patrimonio no es solo para estudiantes ni para profesores, sino para todos los públicos. ¿Qué sientes al comprobar que tu labor causa tanto interés? ¿Es más importante la manera de comunicar de lo que se pueda pensar?

RESPUESTA. Sin duda, saber comunicar es importantísimo. Mira, te cuento una anécdota: hace unos días un importante catedrático –no te digo el nombre, pero le conoce todo el mundo– me preguntó que si pensaba que la gente leía los artículos que él y el mundo de la cultura publicaban. Yo, en broma, pero muy serio, le dije que los míos y los de la gente que como yo utiliza un lenguaje cotidiano con pasión por compartir, sí somos leídos. Le dije también que tenía dudas de si se presta la misma atención a los que no se bajan de la tribuna y siempre marcan la distancia propia del erudito que quiere serlo y parecerlo. Es más, de los paseos que hago por el cementerio municipal consigo que la gente se ría y vea el lado “vivo” de la muerte: anécdotas, curiosidades… y se sorprende de que descubren cosas de la ciudad de Valladolid visitando su ciudad de los muertos.

PREGUNTA. A esos paseos por el cementerio, hay que añadir que realizas también visitas guiadas por barrios y lugares de la ciudad. ¿Es importante para ti todo esto? ¿Qué te aporta?

RESPUESTA. Sí es importante, claro que sí. Es que es parte imprescindible de transmisión de los saberes porque al compartirlos los demás también te transmiten los suyos. Cuando comencé con las visitas a los barrios percibí bastante escepticismo, pues la gente, llana o culta, se piensa que la historia y el patrimonio solo están en los monumentos, en los reyes y en los personajes famosos. Es increíble lo que se puede descubrir en cada barrio: ya solo el nombre de las calles te da mucha información, y el cómo y el porqué fueron construyéndose los barrios… Fíjate: ya solo hablar de la tremenda especulación de los años 60-70, que está sobre todo en los barrios, te da muchas claves de la historia de Valladolid, no solo la de ese barrio.

PREGUNTA. La tecnología es ya algo central en nuestras vidas, y por eso, aparte de estar presente en las redes sociales, escribes un blog llamado Valladolid, La MIrada Curiosa. Tiene muchos lectores, y en él estás en contacto directo con ellos. Muchos escritores se resisten a tener un blog por distintos motivos; pero, en tu caso, ¿crees que es esencial escribir en uno en los tiempos que nos han tocado vivir?

RESPUESTA. Sí, radicalmente sí. No conseguimos nada guardándonos lo que cada uno sabemos. Si no lo ponemos en común, poco sirve salvo para llenar enciclopedias. Y además hay que utilizar los instrumentos contemporáneos, hasta TikTok. Otra cosa es que como las redes están al alcance de cualquiera haya mucho descerebrado circulando por ellas; pero dime tú cuántos no andan en las tertulias de la radio o en los programas de televisión, o en las columnas de los periódicos, y además nos quieren hacer creer que son gente seria y documentada.

Solo conociendo lo común, los entornos, los contextos, la pluralidad de los factores que intervienen podemos conocer de verdad la Historia

PREGUNTA. Quiero incidir, Jesús, en el nombre de tu blog: Valladolid, La Mirada Curiosa. Creo que es una manera de decir que lo más interesante está en la letra pequeña, o en la intrahistoria, ese término que acuñó Unamuno y que no aparece en los libros escolares. Aparte de todas las curiosidades que tienen lugares, monumentos y museos, ¿crees que los lectores tienen un especial interés por conocer cómo era la vida cotidiana de nuestros antepasados?

RESPUESTA. Ya desde hace tiempo cada vez tiene más peso la llamada “historia de las mentalidades”, pues solo conociendo lo común, los entornos, los contextos, la pluralidad de los factores que intervienen (arte, antropología, etc.) podemos conocer de verdad la Historia. Lo que tú dices: donde está de verdad la importancia de un contrato o de un seguro… es en la letra pequeña. Y lo de “mirada curiosa”, es que la curiosidad es la clave del aprendizaje. Lo remarco mucho cuando doy charlas en los grupos de Educación de personas adultas, en colegios e institutos, o en los grupos de personas mayores. Y sobre todo quiero que se den cuenta de lo importante que es mirar, que como bien sabes no es lo mismo que ver. Con las exposiciones de fotos mías que han circulado por muchos municipios y en algunos colegios, doy charlas, y cuando me preguntan sobre cómo se puede hacer mejor una foto, les digo que “guardando” el móvil o la cámara hasta que en tu cabeza, en tu mirada, no hayas decidido qué es lo que quieres fotografiar: ¡eso es hacer una foto!. Lo que viene a continuación es simplemente “disparar”, apretar un botón para que quede impreso lo que tú previamente has armado en tu cabeza a través de tu mirada.

Estoy bastante cabreado, por ejemplo, con la profesionalización de la política, la perpetuación en los cargos “de cobrar”, etc.

PREGUNTA. Está claro que eres un apasionado de tu tierra, pero también has estado comprometido políticamente con ella. Fuiste concejal del ayuntamiento de Valladolid desde 1991 hasta 2003, y diputado provincial desde 1991 a 1999. ¿Cuáles fueron tus motivos principales para entrar en política? ¿Qué conclusiones puedes darnos después de todo aquello?

RESPUESTA. Amigo Jorge, a los 17 años yo ya estaba militando en el Partido Comunista de España, y desde los veinte en Comisiones Obreras. Eran años en los que la política no era una “carrera” para cobrar un sueldo, sino compromiso para mejorar la sociedad, y un compromiso de solidaridad con los otros. Yo estuve activo en todos los momentos más trascendentales del último franquismo, de la transición y de la construcción de la Democracia. Porque la Democracia no nos la trajo ni el Rey ni Suárez, aun siendo piezas importantes del proceso, sino que en cada pueblo, en cada ciudad, la gente comenzó a democratizar los resortes sociales, las instituciones. Y de mi conocimiento sobre todo de los municipios de Castilla y León, te puedo asegurar que en muchos rincones llegaron los folletos sobre la Constitución, pero no aún la Democracia, y se nota en que aún existe mucho caciquismo y mucha pereza por dar algo de ti a la sociedad, que solo están pendientes de ver lo que les cae del cielo. Y sigo donde comencé. Eso sí, bastante cabreado, por ejemplo, con la profesionalización de la política, la perpetuación en los cargos “de cobrar”, etc. ¡Ah!, y bastante también con la deslealtad –la lealtad no tiene que ser sumisión– de quienes siguen dictando doctrina a las generaciones que les han sucedido, y por cierto, casi siempre en foros bien pagados. ¡Vale!, lo dejo aquí, que me caliento… [Se ríe].

PREGUNTA. Tu último libro publicado, y que presentaste en diciembre de 2023, es Historias y Personajes no tan conocidos del Valladolid contemporáneo (Ed. Páramo). De nuevo esa curiosidad, de nuevo el deseo de sacar a relucir aspectos no tan conocidos. El tiempo es muchas veces injusto y borra a personas que merecen ser recordadas. ¿Cuáles de ellas han sorprendido más a los lectores?

RESPUESTA. La verdad es que no lo sé, pero por lo que me han contado algunas personas desde que comencé a publicar en prensa breves semblanzas, creo que han gustado conocer asuntos y personajes como, por ejemplo, sobre el periodista y escritor Emilio Salcedo del que hay poca presencia en libros y artículos; o sobre la mala suerte del torero Félix Merino, o del famoso barco de vapor del siglo XIX que circuló por el Pisuerga, y que hasta hoy día no hubiera publicada ninguna imagen (por cierto yo me la encontré casualmente en unos papeles del Archivo Municipal de Valladolid).

Valladolid tiene que mirar hacia su pasado glorioso de Corte y Reyes para conocer mejor la historia, pero no para recrearnos en la melancolía

PREGUNTA. De manera injusta o no, el tiempo pasa de manera inexorable, y Valladolid no será inmune a ello. ¿Adónde se encamina? ¿Qué aspectos te preocupan de la ciudad y de la provincia en el futuro?

RESPUESTA. ¡Uy! Breve pregunta que requiere larga respuesta. Justamente sobre esto, cuando me estás haciendo esta entrevista, estoy preparando una conferencia que daré en el Club de Opinión Santiago Alba. Pero vamos a ello… En esencia, que Valladolid tiene que mirar hacia su pasado glorioso de Corte y Reyes para conocer mejor la historia (que tiene, como todo, claroscuros), pero no para recrearnos en la melancolía. Valladolid no fue ni es solo la ciudad de los 400 palacios. Valladolid es una ciudad moderna que tiene que pensar sobre todo en el bienestar de sus habitantes, en tener una ciudad más atenta a los problemas ambientales, a la solidaridad con nuestros vecinos que tienen problemas de soledad, de empleo, etc. No debe olvidarse de construir una ciudad que “nos” guste y de la que disfrutemos, y a no pensar tanto en qué imagen queremos tener para que nos vean los demás y vengan turistas. Hay que pensar en “nuestro” futuro: a ser una ciudad “abierta” y plural en la que la convivencia sea lo que prime (no la integración, que es otra cosa y significa sumisión). A valorar el patrimonio industrial y el monumental e histórico que nos ha quedado… y así.

Jesús Anta en su programa de radio

PREGUNTA. Pero también queremos saber del futuro de Jesús Anta Roca. Cuéntanos algo de tus planes vitales y profesionales a corto y largo plazo. ¿Seguiremos disfrutando de tu labor investigadora y divulgativa?

RESPUESTA. Si la vida no se me tuerce, porque ya sabes que todo está previsto menos lo que va a ocurrir [Risas], espero seguir metido en todos los charcos en los que, si no me los encuentro, ya los creo yo. Ahora estoy cerrando un libro en formato digital sobre las fuentes desde su vertiente arquitectónica y usos y costumbres. El mes que viene comienzo a escribir lo que tal vez sea un libro sobre el Valle Esgueva y algunos acontecimientos que en él ocurrieron. Estoy preparando también algunas visitas tematizadas al cementerio del Carmen. Tengo previstas algunas exposiciones de fotos. Y, si me apetece, algo más serio y más extenso tendré que escribir sobre el cementerio… Lo que espero es seguir teniendo la “curiosidad” por las cosas de Valladolid.

PREGUNTA. Por último, quiero realizarte la pregunta con la que siempre cierro este espacio de entrevistas llamado TRAMO SEÑALIZADO. CONVERSACIONES CON PERSONAS APASIONADAS CON SU OFICIO. Jesús, ¿merece la pena apostar por la vocación? ¿Por ser quien eres a pesar de todos los inconvenientes?

RESPUESTA. Sin duda, Jorge, merece la pena.