Ramón Luis González Reverter:
"Pese a los cuatrocientos
premios conseguidos,
me considero un escritor
aficionado"
Es un letraherido. Un verdadero apasionado por la lectura desde su infancia, y un escritor que se lo ha tomado muy en serio para mejorar y para seguir disfrutando de la creación. A Ramón Luis González Reverter (Tortosa, 1958) le ayudó tener éxito en un par de concursos literarios para iniciar una carrera que le ha llevado a triunfar en cientos de ellos. Y en uno más ha sido en el II Certamen de Relato Breve "SINVERGÜENZA/KANAYA" 2022, convocado por la vallisoletana Asociación Cultural Eclipse, que ha tenido este año una gran participación y un alto nivel medio de calidad. Charlamos con este escritor que denota no solo mucho amor por la literatura sino también por la vida, porque para él es una gran oportunidad para disfrutar de ella y para seguir superándose.
PREGUNTA. Muchas felicidades, Ramón, por ser el ganador del II Certamen de Relato Corto "Sinvergüenza/Kanaya" 2022, convocado por la vallisoletana Asociación Cultural Eclipse, con tu relato titulado "Ninfómana", y también por quedar con otro titulado "Un estallido de gozo" dentro de los diez seleccionados. Tienes un gran recorrido, una gran y exitosa trayectoria como participante en concursos literarios, pero ¿qué te animó a participar en este concurso en el que has conseguido un nuevo éxito?
RESPUESTA. Pese al escepticismo de mi esposa, durante la pandemia me
marqué como objetivo escribir 10 relatos eróticos cuya extensión variara desde
una página a las veinte, porque quería aportar mi granito de arena en este
campo que a menudo pasa de refilón entre los escritores. Yo soy maestro y
escribo por afición, por el simple placer de jugar con las palabras y urdir una
historia sugerente. El concurso Singüervenza/Kanaya, que encontré navegando por
la red, me supuso la oportunidad de enviar dos microrrelatos cortos eróticos. La
gratificación a un escrito para un escritor aficionado que no vive de la
literatura es verlo recompensado con un premio.
PREGUNTA. Tu relato ganador "Ninfómana" narra la historia de una mujer que disfruta del sexo y que busca el placer que le llene enteramente. El sexo como bandera de libertad y como reivindicación de la propia personalidad. Hay autores que afirman que este tema en literatura o en el arte en general plantea problemas a la hora de plasmarlo, ya que si es demasiado explícito podríamos hablar de pornografía. ¿Cómo entiendes su tratamiento en literatura?
RESPUESTA. Disfrutamos comiendo, bebiendo, leyendo, haciendo
ejercicio, con la música, con una película, durmiendo la siesta… y con el sexo.
Pienso que un relato erótico forma farte de nuestra propia vida. Las
necesidades fisiológicas están ahí, entonces ¿por qué ocultarlo? ¿Acaso la
sensualidad no forma parte de nuestra realidad? ¿Por qué no tratar el tema como
una vicisitud más? Por suerte, como todo en la vida, nuestra concepción ha ido
evolucionando, y hoy en día existen en el mercado un montón de libros de gran
éxito plagados de capítulos sensuales, incluso de autores españoles. Una de las
novelas más vendidas últimamente, El arte
de engañar al karma, de Elisabet Benavent, es una oda a la sensualidad.
El hecho de escribir no es como decir hoy haré paella. La inspiración acude cuando la viene en gana, y entonces hay que aprovechar nuestra creatividad
PREGUNTA. Desde 1988 has conseguido 166 primeros premios y 250 finalistas en concursos literarios. Parece ser que el relato breve, o relato corto, parece ser uno de tus géneros predilectos, dado el éxito que has tenido en esos certámenes. También has publicado dos libros que recogen muchos de estos relatos: Antología, y Tinta a les venes. ¿Qué encuentras en él que hace que te sientas tan cómodo?
RESPUESTA. Supongo que mis habilidades me adaptan mejor al relato,
una historia mucho más breve que una novela, pero con sentido completo y
capacidad de sorprender. Puedes escribir un relato corto en una semana o en un mes
como máximo. Siempre que no seas profesional y te dediques a ello en cuerpo y
alma a horario completo. El hecho de escribir no es como decir hoy haré
paella. La inspiración acude cuando la viene en gana, y entonces hay que
aprovechar nuestra creatividad garabateando trazos sobre la futura narración,
ir puliéndola poco a poco, y proporcionarle un final intenso que el lector diga
“joder, qué gustazo”. Muchas de mis obras se han ido quedando en el cajón de
los recuerdos y seguramente no verán la luz porque carecen de fuerza, no
producen ninguna sensación, y eso me impulsa a olvidarme de ellas. En cambio,
los premios recibidos son un baño de autoestima para seguir elaborando relatos
por el simple hecho de recibir algún galardón y contribuir con mi granito de
arena a la cultura.
PREGUNTA. Tu pasión por la literatura nace como lector, como un gran lector. ¿Qué libros y autores te apasionaron en tus inicios; y cuáles son los que te apasionan ahora?
RESPUESTA. Bonita pregunta. Yo soy hijo de agricultores y mis
padres, a inicios de los setenta, emigraron a Suiza para ganar unos ahorros con
los que sacar adelante a la familia. Yo permanecí con mis abuelos maternos y
estudiaba en un internado. Como durante las vacaciones en la masía me aburría,
leía cualquier cosa que caía en mis manos. Primero tebeos, El capitán trueno,
Astérix, o libritos de superhéroes de Marvel. Necesitaba historias que
rellenaran mi monótona rutina, y leer es una forma barata de ocio. Empezó a
gustarme Julio Verne, luego me apasioné por Isaac Asimov. Lo curioso es que
cuando hay un escritor que me gusta, compro todos sus libros; así por ejemplo de Vázquez-Figueroa, de Javier Negrete, de Clive Cussler, de Scott Mariani o de mi preferido Wilbur Smith, que
escribe sobre aventuras sudafricanas.
PREGUNTA. Después das el salto a la escritura y descubres tu vocación como escritor. Es un paso lógico. Difícil es pensar en querer escribir sin haber antes leído mucho, sin ser lector. ¿Qué es lo que te regalaba y te regala la lectura? Y una vez convertido en escritor, ¿cómo se puede explicar a los demás qué es lo que crea en uno para que, una vez que se despierta esta necesidad por contar historias, sea muy difícil bajarse de este tren?
RESPUESTA. Como he dicho antes yo era un lector voraz,
empedernido. En mis estanterías existen hoy unos 5000 libros leídos (tres habitaciones
llenas en distintas moradas) con una tarjeta acerca del argumento, fecha de
lectura, nota y firma. Los sobresalientes, más de 9, son los que recomiendo y
están en lugares de privilegio. El proceso de lectura y escritura se
complementan. Leer tanto despertó el gusanillo de la escritura. Cierto día
decidí que yo también quería pergeñar historias de la nada, inventar personajes
que superaran cualquier reto, aportar algo a la sociedad. Supongo que fue la
casualidad la que despertó definitivamente mi vocación, pues los maestros de un
colegio del delta del Ebro me animaron a escribir, ya que se había convocado un
certamen en el pueblo y lo gané. Un año después me convocaron a la entrega de
premios en Tortosa a la que fui acompañado con la que hoy es mi esposa, y el
colofón de la velada fue que también gané a un par de autores consagrados en
Cataluña. Aquello supuso el espaldarazo definitivo.
A veces muchas páginas cansan. Por ejemplo, Pérez Reverte: la serie Alatriste es genial o la de Falcó, en cambio algunos de otros de sus libros largos los encuentro pesados en exceso
PREGUNTA. No solo has escrito relato corto, también has publicado cuatro novelas, ampliando tu oficio y tu campo narrativo. Tres de ellas históricas, o novelas de aventuras (El Guerrero Maya (Ed. El Carro del Sol), Operación Atlas, y El Tesoro de Seychelles) y una que entra dentro del género tan interesante también de la ciencia ficción, titulada El Ocaso de los Dioses. ¿Crees que el camino natural de un escritor de distancias cortas es arriesgarse en algún momento a la novela, al largo recorrido? ¿Qué nos puedes aportar al debate sempiterno de que a un gran escritor se le reconoce en la escritura de textos largos?
RESPUESTA. Puedo añadir que ya he llegado a la cifra de 900
narraciones. Un hito fascinante. La novela El
guerrero maya nació a raíz de mi viaje por México, cuando descubrí que mi
personaje Gonzalo Guerrero allí era un héroe, porque fue un soldado español que
luchó a favor de los aztecas durante 25 años junto a sus hijos contra los
colonizadores. Tiene cien páginas y la obra ganó el concurso de una editorial
de Barcelona, que se empecinó en editarla. Operación
Atlas y El tesoro de Seychelles
también son fruto de mis viajes por el norte de África y por las islas
Seychelles, donde estuve de vacaciones para inspirarme porque encontré el mapa
de un pirata en internet. Basta con escribir el tesoro de Olivier le Vasseur
para obtener una copia del papel que lanzó a la muchedumbre antes de ser
ajusticiado. Aún hay mucha gente buscando su tesoro. Para ceñirme a la
pregunta, a veces muchas páginas cansan. Por ejemplo, Pérez Reverte: la serie Alatriste es genial o la de Falcó, en cambio algunos de otros de sus libros
largos los encuentro pesados en exceso. Otro ejemplo es Los pilares de la Tierra, una novela excelente, pero las segundas
partes nunca fueron buenas, o al menos no alcanzaron su nivel.
PREGUNTA. ¿Por qué te gusta escribir este tipo de novelas históricas y de aventuras y no has optado por otras opciones? ¿Y por qué la ciencia ficción en El Ocaso de los Dioses? Se denota una preocupación por la importancia del pasado en nuestro presente, y esa preocupación en lo que puede llegar, o donde podemos llegar como especie...
RESPUESTA. El ocaso de los
dioses, mi primera novela, responde a mi deseo de emular al gran Asimov,
padre de las leyes de la robótica y un auténtico visionario creando
space-operas. Aparte de esa novela, mis primeros relatos cortos también fueron
de ciencia ficción porque me permitían dar una solución a los problemas
ecológicos que nos aquejan, ofrecer una esperanza para el futuro de la especie,
aunque también los hay con un final agorero.
PREGUNTA. Una pregunta que siempre me gusta hacer a los escritores: ¿La literatura, el arte, pueden cambiar el mundo? ¿Pueden tener tanta importancia como para reconducirnos y mejorar nuestra vida en común y con respeto a nuestro entorno?
RESPUESTA. Es obvio. Se dice que la pluma es más fuerte que la
espada. Sin embargo, quiero dejar constancia que pese a los cuatrocientos
premios conseguidos, me considero un escritor aficionado, nunca es tarde para
aprender, y procuro transmitir ese amor por las letras a los escritores noveles
con los que estoy en contacto, y en ocasiones les echo una mano con sus escritos
aportando mi experiencia de décadas. ¡Caray, qué viejo soy!
PREGUNTA. Ahora mismo, Ramón, estás jubilado, tras 36 años de labor docente en un colegio de Sant Carles de la Rápita, en Tarragona. Acabaste magisterio en la rama de Lengua Española y Francés. Tanto tiempo subido al estrado y en contacto con los alumnos, ¿qué ha sido para ti tu trabajo? ¿Te ha enriquecido como persona, y también como escritor?
RESPUESTA. Me convertí en maestro por vocación. Era mi sueño desde
que pasé por el instituto y tuve modelos en los que mirarme al espejo. Pero no
solo terminé mis estudios de magisterio, también me saqué el título de profesor
de catalán y de inglés. Y luego obtuve la capacitación de educación Física tras
aprobar unas oposiciones. De hecho, durante mi juventud, para quemar más
energía, ocupé la plaza de Educación Física en un instituto de Tarragona porque
el deporte siempre ha sido mi otra gran pasión. Puedo alardear de haber
entrenado a un equipo de niñas que ganó el campeonato de Cataluña de
futbol-sala y quedó segundo dos años consecutivos en el campeonato de España.
De aquellas futbolistas, Kenti Robles aún juega de lateral derecho en el Real
Madrid.
PREGUNTA. Se puede pensar que ahora que tienes más tiempo libre para seguir creando, tu producción literaria no solo no se ha detenido, sino que ha aumentado. Pero, sin embargo, afirmas que vives un vacío creador que te hace no ser tan prolífico. Confiesas que "las musas me han abandonado". ¿Cómo vives estos momentos? ¿Crees que esas musas tan caprichosas pueden volver a visitarte y seguir regalándote tantas historias valiosas? ¿Cuáles son tus planes para estos próximos años?
RESPUESTA. Creo que uno de los achaques de la edad es que poco a
poco se va perdiendo la memoria, las neuronas no actúan con la misma rapidez,
por tanto la fluidez de ideas se resiente. En consecuencia, cuesta más acabar un
relato y sin querer te vas rindiendo a la impotencia de no seguir escribiendo
como antaño. Por suerte no todo es fruto de la imaginación, los escritores
también echamos mano de episodios autobiográficos o versionamos acontecimientos
que nos son familiares, aunque de vez en cuando aflora alguna idea magistral
que te empeñas en plasmar por escrito. Dado que siempre he escrito por placer,
si en adelante las musas no me visitan con excesiva frecuencia, pues me
limitaré a pulir los trabajos que tengo en el baúl de los recuerdos que no han
visto la luz, y sobre todo relatar algunas anécdotas de carácter personal que me
hagan sentir vivo al recordarlas.
PREGUNTA. Para terminar, Ramón, y como siempre suelo hacer porque me parece interesante para cerrar las entrevistas de este espacio de dialogo que es TRAMO SEÑALIZADO. CONVERSACIONES CON PERSONAS APASIONADAS CON SU OFICIO, ¿crees que merece la pena apostar por la vocación, por lo que uno es, por lo que da sentido a nuestro tránsito por esta existencia?
RESPUESTA. Siempre he intentado transmitir a mis alumnos la
pasión por la lectura porque nos permite atravesar horizontes, conocer otras
épocas, otros lugares, meternos en la piel de los personales para vivir
excitantes aventuras… Invito a todo el mundo que quiera expresar sus cábalas a
hacerlo. La lectura es una costumbre cotidiana enriquecedora: nos protege del
mordisco de la vulgaridad y es una fuente inagotable de satisfacción personal.
OTRAS ENTREVISTAS DE TRAMO SEÑALIZADO. CONVERSACIONES CON PERSONAS APASIONADAS CON SU OFICIO:
Rosa Palo, columnista del Grupo Vocento
Daniel Múgica, escritor
Luis Ángel Lobato, poeta
César Pérez Gellida, escritor
Juan Villa, escultor
Klaus S. Neumann, escritor
Carlos Flores, locutor de radio
María José González, "Pepa", librera.
Araceli Sagüillo, poeta.
Juan Luis Sánchez, crítico de cine.
Davidleelibros, Youtuber y escritor.
Arturo Dueñas, cineasta.
Marcos Núñez, coach profesional.
Yolanda Izard, escritora y profesora.
Dioni Arroyo, escritor.
Atilano Sevillano, escritor y profesor.
Miguel Asensio, artista de artes plásticas y escritor.
David Galán 'Redry', poeta.
Rafael Blasco López, escritor.
(Ganador del I Certamen de Relato Breve "SINVERGÜENZA/KANAYA" 2021)
Asier Aparicio, escritor.
Sergio Palomo, poeta.
José Antonio Valle Alonso, poeta.
Marisa Garcés, psicóloga y escritora.
María Ángeles Cantalapiedra, escritora.
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