TRAMO SEÑALIZADO: Entrevista a Orosia Castán, nueva Mención de Honor 'Rosa Chacel'





Orosia Castán:

"Leamos, leamos lo que sea, pero leamos todo lo que podamos"






                                   Por Jorge Alonso Curiel 


En su labor trimestral que reconoce la trayectoria narrativa de autores vallisoletanos actuales o vinculados con la ciudad, en esta ocasión la Asociación Cultural Eclipse ha entregado su Mención de Honor 'Rosa Chacel' a una escritora tan reconocida como comprometida. En la entrevista reconoce su gran amor por su ciudad ("es un tema central en mi vida"), y reflexiona, además, sobre sus otras pasiones: la enseñanza, la literatura y la investigación histórica del pasado reciente. "Lo que me interesa es conocer la verdad", afirma. Una verdad que, según sus muchos lectores, agradecen y les emociona.



PREGUNTA. Muchas felicidades, Orosia, por tu Mención de Honor ‘Rosa Chacel’ que entrega la vallisoletana Asociación Cultural Eclipse. ¿Qué sentiste, cómo recibiste la noticia, tras tantos años de trabajo y entrega?  


RESPUESTA. Fue una sorpresa, algo por completo inesperado. Después sentí una gran alegría, claro. Lo cierto es que no abundan las buenas noticias, y esta lo fue, enorme y muy agradable. 

 

P. Es sabido que siempre es difícil ser profeta en la tierra de cada uno, aunque a veces ocurre ese reconocimiento. ¿Qué es Valladolid para ti? ¿Qué significa que tu ciudad te reconozca tu trabajo?  

 

R. Valladolid, con toda su provincia, es un tema central en mi vida. Desde siempre he sentido un gran interés por todo lo que le concierne: su historia, sus manifestaciones artísticas, su paisaje, sus habitantes… y de la curiosidad pasé a la observación; y de allí, al estudio y la investigación. Que se reconozca en la ciudad el trabajo y la dedicación es, desde luego, un gran premio para mí. 

 

P. Valladolid parece que es una ciudad que ha dado, y sigue dando, muchos escritores valiosos, interesantes. ¿Por qué crees, por qué motivos ocurre esto en esta ciudad? ¿Qué tiene de especial Valladolid para el arte y la literatura?  

 

R. Vallladolid, sus habitantes, sus paisajes… son sugerentes porque son difíciles. Los campos, por ejemplo, de entrada, dan una impresión de aridez, de dureza, de falta de matices; y resulta que acabas por descubrir que no, que es lo contrario, que todo cambia hora tras hora; que las estaciones meteorológicas convierten el desierto en mar verde; que la luz blanca e hiriente da paso a los contrastes más complejos… Y esto es aplicable a sus habitantes, siempre con fama de secos, de ariscos, incluso; pero conócelos y entenderás que tras la puerta hay un mundo por descubrir… Yo creo que eso es materia para la creación, y no solo literaria, como sabemos. 


P. Orosia, ¿qué es para ti escribir? ¿Por qué esta vocación y no otra dentro del terreno artístico, para reflejar y desarrollar todas tus preocupaciones?  

 

R. Escribir, y en general, la palabra, es mi forma de expresión natural. Yo me recuerdo de muy niña escribiendo, escribiendo notas, cartas, cuentos… Escribir y leer fueron siempre mis mayores y mejores pasatiempos. El origen fue en casa de mis padres, había libros por todas partes; a mi madre le gustaba escribir, la veíamos hacerlo en unos cuadernos cuadriculados que llenaba con su letra redondilla. De hecho, entre mis hermanos hay más de un escritor, y son muy buenos… 

 

Cuando me decidí por el magisterio, pensaba más bien en los niños, con los que siempre he tenido el mejor de los entendimientos; pero después descubrí otros campos, y el de las personas adultas me fascinó 

 

P. Tienes una larga lista de libros publicados, aparte de muchos artículos y ensayos. Pero quiero centrarme en un aspecto también de pura vocación como es el magisterio. Has ejercido como profesora, pero con una gran preocupación hacia la educación de adultos en centros públicos y escuelas taller. ¿Por qué ese interés en la enseñanza a personas lejanas ya a la infancia o a la adolescencia? ¿Qué satisfacciones te regaló?  

 

R. Yo tenía vocación, eso es así. Cuando me decidí por el magisterio, pensaba más bien en los niños, con los que siempre he tenido el mejor de los entendimientos; pero después descubrí otros campos, y el de las personas adultas me fascinó. Me volqué ahí: fue una gran suerte. Me dediqué, entre otras cosas, a la alfabetización. Lo que yo aprendí en aquellas clases me hizo madurar, cambié. Entendí que la vida tiene muchos aspectos que no solemos ver, porque estamos en nuestra parcelita, y eso nos reduce. Nunca olvidaré a todas aquellas personas (y fueron decenas y decenas), con las que compartí años de mi vida. 




P. Orosia, ¿crees que la profesión de maestro está bien cuidada en este país? Crees que, hoy en día, ¿ha perdido el valor que tenía?  

 

R. Yo no creo que la profesión esté mal valorada, o que lo esté peor que antaño. Lo que creo es que, en general, los temas culturales no constituyen precisamente el centro de las preocupaciones políticas o sociales, y aquí está el quid de la cuestión. En este sentido, yo voy al lugar común: invertir en educación es invertir en el progreso, en el bienestar y en el futuro. Claro que no es tan resultón, ni los efectos tan inmediatos como otras cosas, pero es necesario y es de justicia atender la educación y colocarla en un primer plano. 

 

No hay nada peor que ser docente sin desear más que un trabajo seguro; eso lleva al fracaso y a la frustración 

 

P. ¿Cuál es, Orosia, el secreto para ser un buen profesor? ¿Qué debe tener un profesional de la educación para convertirse en una persona inolvidable para sus alumnos? 

 

R. Hay que tener vocación, eso lo tengo muy claro. Es una profesión para la que no vale cualquiera, porque se trata de comunicar con personas, de escuchar, de empatizar. Hay que saber comunicar y dedicar muchas horas. Eso es así. No hay nada peor que ser docente sin desear más que un trabajo seguro; eso lleva al fracaso y a la frustración.  

 

P. En tu obra, pero también en tu vida personal, hay una gran preocupación por el pasado reciente de este país, y en concreto por la Memoria Democrática de Valladolid y su provincia, en una búsqueda sin descanso de la justicia, recordando lo que no se debe olvidar. ¿Qué es lo que te lleva, qué profundas preocupaciones y convicciones te hicieron encaminarte hacia este propósito? Quizá también la influencia de alguna persona en concreto...  

 

R. No, no. Yo no voy en busca de la justicia, porque no soy una justiciera, y porque la Justicia tiene que venir de la mano de las leyes. Lo que me interesa es conocer la verdad, conocer los hechos históricos, las cosas que ocurrieron en un pasado tan reciente, que lo he podido conocer por boca de personas que lo vivieron y que fueron víctimas de crímenes execrables que han quedado impunes. Muchas de aquellas alumnas mías de los cursos de alfabetización me contaron hechos que les habían ocurrido a sus familias y que eran casi imposibles de creer por su crudeza, por su extrema crueldad… y por la impunidad en que quedaron. Es normal que yo quisiera averiguar por mí misma lo sucedido. 



En la Feria del Libro con su obra Laguna de Duero: La Verdad Oculta. Foto Gabriel Villamil para El Norte de Castilla


P. Libros, por ejemplo, como: Sublevación Franquista: Así fue en Valladolid, oLaguna de Duero: La Verdad ocultaabren un amplio terreno para los lectores que quieran consultar y entender todo lo que ocurrió durante esa importante como decisiva etapa de nuestra historia. Sé que es un tema tan amplio y complejo como delicado, pero, a grandes rasgos, ¿qué no se debe olvidar, Orosia, de todo aquello? 

 

R. No se debe olvidar que ha habido una etapa de nuestra historia inmediata que se sostuvo sobre crímenes, hoy día catalogados como Crímenes contra la Humanidad, y que no se ha investigado lo suficiente, no se ha hecho justicia y no ha habido reparación de los daños ocasionados. Y mientras esto no se haga, iremos mal, porque una verdad oculta nunca se olvida, sigue ahí, y por mucho que se haga para taparla, reaparecerá de nuevo.   

 

P. Bueno es recordarlo a los adultos, pero ¿cómo le explicarías a un adolescente de hoy en día lo que ocurrió en aquellos años para que no lo olvidara y lo tuviera presente?  

 

R. Si para la gente de mi generación (los llamados nietos), estos hechos son Memoria, para los adolescentes es Historia, historia que ha de escribirse con veracidad y sin sesgos; historia de su país, y, por tanto, suya. El conocimiento de la Historia es un derecho para cualquier ciudadano de cualquier país. Y nosotros, por desgracia, no conocemos más allá de una pequeña parte y en versión interesada. 

 

P. Se puede decir también que todas tus preocupaciones no solo las has desarrollado como investigadora (Sublevación franquista y la consiguiente Represión), ponente o escritora, sino incluso a pie de calle, en contacto con las personas. Es interesante tu faceta como socia fundadora del Ateneo Republicano de Valladolid, o de Verdad y Justicia, o del Foro por la Memoria de Castilla y León. ¿Es tan importante como poner negro sobre blanco lo que te ha interesado y te interesa? ¿Qué satisfacciones y qué contratiempos te ha deparado? 

 

R. Pienso que en la vida hay que actuar. Es una cuestión de coherencia. Creo que además de saber, hay que intentar cambiar las cosas, aunque sea en proporciones minúsculas, porque todo cambio es un avance, y, por tanto, es bueno para toda la sociedad. Yo he querido divulgar mis investigaciones; me he unido a otros muchos compañeros y compañeras que compartían el mismo interés, y allá hemos ido. El trabajo que hacemos es bueno por veraz, por justo, por la forma en que se hace: desinteresado, altruista. Es algo grande de lo que me siento muy orgullosa. 

La Memoria fue manipulada groseramente para ocultar crímenes (muy lucrativos para muchos), y que pasaron años de silencio y terror en los que nada se pudo hacer. Y cuando pudo hacerse, tras la muerte del dictador, no se hizo

 

P. ¿Cómo ves el presente y el futuro de este país en cuanto a la Memoria Histórica? ¿Qué desafíos presentes y futuros se abren en el camino? Más teniendo en cuenta que no solo eres una persona comprometida y preocupada, sino también crítica con todo lo que te rodea, incluyendo a la clase política actual tanto de un lado como de otro.  

 

R. Me sabe mal decirlo, pero soy pesimista en este aspecto. Creo que la Memoria fue manipulada groseramente para ocultar crímenes (muy lucrativos para muchos), y que pasaron años de silencio y terror en los que nada se pudo hacer. Y cuando pudo hacerse, tras la muerte del dictador, no se hizo. Y que cuando se retomó, en este siglo XXI, no se ha hecho lo suficiente. ¿Cómo veo el futuro? Pues creo que nunca se llegará a conocer la totalidad de lo ocurrido; que se recuperarán menos cuerpos que en la etapa de la guerrilla de la ocupación francesa (lo digo en serio: proporcionalmente, son menos los recuperados), y que se perpetrará el crimen de hurtar a las generaciones españolas su derecho a la historia, la memoria y la verdad. 


Orosia Castán 


P. Quiero preguntarte no solo por el futuro de la anterior pregunta, también por otro futuro. ¿Seguirá Orosia luchando por lo que le importa? ¿De qué manera? ¿Habrá nuevos libros?  

 

R. Sí, lo cierto es que investigar y escribir es mi forma de vida. Ahora está a punto de salir el número cuatro de la serie Represión franquista en Valladolid, dedicado a la localidad de Torrecilla de la Orden, que sigue a los estudios de Laguna, que nombrabas al principio, Tudela de Duero y Medina de Rioseco. Se trata de estudios muy completos, basados en trabajos de campo e investigaciones documentales que se han desarrollado durante años… allí estoy, siempre contando con muchas personas con las que me gusta colaborar.   

Por otra parte, sigo escribiendo ficción, relatos, novelas, historias… Es una práctica que me relaja, que me divierte y divierte a los míos, y, en fin, un ejercicio de descompresión. 

 

P. Danos un mensaje que consideres importante, esencial, y que quizá no hayas dicho antes... Puedes, si lo deseas, decir por qué se deben leer tus libros.  

 

R. Sí, tengo un mensaje que yo misma me aplico: leamos, leamos lo que sea, pero leamos todo lo que podamos... Leer es una de las mejores cosas que podemos hacer, y un libro es muchas veces la mejor de las compañías. 

 

P. Acabo con la misma cuestión con la que cierro las entrevistas de este espacio de libertad y comunicación que es TRAMO SEÑALIZADO. CONVERSACIONES CON PERSONAS APASIONADAS CON SU OFICIO. ¿Orosia, merece la pena apostar por quien se es, trabajar por lo que concede un sentido, a pesar de todas las dificultades y sinsabores?  

 

R. Te diría que es la sal de la vida. Vivir una vida propia, trabajar por tus ideas, es crecer, es poder llegar a atisbar el sentido de la vida… y eso ya es mucho decir… 

 

 


 

 

 

OTRAS ENTREVISTAS DE TRAMO SEÑALIZADO. CONVERSACIONES CON PERSONAS APASIONADAS CON SU OFICIO:






 

Comentarios

Artículos más populares

Tramo Señalizado. Entrevista a Rosa Palo: Una Columnista entrañable

Bases IV Certamen Internacional de Microrrelato 'Jorge Alonso Curiel' 2025

Microrrelatos ganadores del II Certamen Internacional de Microrrelato 'Jorge Alonso Curiel' 2023

Microrrelatos ganadores del I Certamen Internacional de Microrrelato 'Jorge Alonso Curiel' 2022

El cine Vistarama y la vida de repuesto

Crítica de "La Reina del Porno": La apasionante vida de Chelly Wilson