TRAMO SEÑALIZADO. Entrevista al escritor José Antonio López Rastoll: El Valor de la palabra justa

   

           José Antonio 

           López Rastoll: 

 "Concibo la literatura como un acto de comunicación,  no como un ejercicio estéril de embellecimiento"




                                                                                                                               Por Jorge Alonso Curiel


Un escritor de estilo. Un autor puro, comprometido con la literatura y con su literatura. Esto se podría decir de José Antonio López Rastoll (Alicante, 1974), este escritor tan reconocible como interesante. Autor de distancias cortas, Rastoll borda unos relatos en los que brillan la palabra justa, la perfecta arquitectura y la mezcla de lo cotidiano y lo extraño con los que consigue joyas de alta literatura que logran el desasosiego y la inquietud en un lector impactado por el tesoro confuso que alberga la realidad. Rastoll es hombre de pocas palabras, como su literatura ("La vida es demasiado corta para escribirla entera"), pero palabras como gemas esenciales, certeras, sobrias, rezumantes de sustancia que muestran y que enseñan, y atrapan hipnóticamente la atención del lector, con una madurez vital y creativa envidiables. Su obra es puro néctar concentrado de literatura y vida. Y, además, como todo gran creador, es un autor insobornable, que concibe la libertad como el bien más preciado, porque conoce que el arte es el terreno en el que no se admiten muros que coarten la imaginación, las ideas y el camino personal. Pasen y lean. Conozcan un poco más a este escritor nocturno, a este lobo estepario que consigue con su escritura, al estilo del mejor Kafka, romper el mar helado de nuestras conciencias, con su literatura cargada de ensueño, con su literatura cargada de realismo. Puro néctar de autenticidad y personalidad que salpica y llena de riqueza y humanidad a quien tiene la suerte de sumergirse entre sus páginas. 

PREGUNTA. Si hubiera que escribir un titular de tu Literatura, José Antonio, sería: Un escritor con un estilo muy marcado que no queda indiferente. ¿Cómo consigue un creador no crear indiferencia con su obra? 

RESPUESTA. Lo primero de todo, hola. Si te digo la verdad, la honestidad me parece clave para no dejar indiferente al lector. Puedo intentar escribir sobre millones de temas y de mil maneras distintas, pero, ante todo, debo ser yo. Me tengo que reconocer. No hay máscaras en la ficción, aunque vivamos de la impostura.

PREGUNTA. Eres un escritor, como comprueba el lector y como tú mismo te defines, de distancias cortas, y utilizas un lenguaje sencillo, directo, en el que brilla la palabra justa. Sigue habiendo un estigma, aunque poco a poco va disminuyendo, de que el relato o el microrrelato no son géneros tan valiosos como la larga distancia de la novela. Parece que lo largo -ya solo por el hecho de serlo- tiene más valor que lo otro. ¿Cuándo desaparecerá, José Antonio, esta distinción tan injusta? ¿Cómo hacer entender que el relato no es el bosquejo de una narración más amplia? 

RESPUESTA: Te refieres a la dichosa preguntita de marras: «¿Para cuándo la novela?». En mi opinión, la mayoría de editoriales busca ladrillos porque el lector los demanda y, además, son la excusa perfecta para cobrar veinte euros. Sin embargo, contentar a las editoriales o al público no creo que sea el mejor camino. Uno debería escribir en el género que le haga feliz y que más le convenga. Novela, cuento, poesía, ensayo… solo son etiquetas. La discriminación hacia los géneros «menores» es tan vieja como el mundo. A mí me llegaron a decir que Pelusillas en el ombligo (Lastura, 2015) era un libro de picoteo. O que aquello no eran cuentos. Mi primera reacción fue de enfado. A día de hoy, respeto a los lectores que se han quedado con ganas de saber qué le ocurre a un personaje o cómo sigue la historia. Yo prefiero usar la imaginación. La vida es demasiado corta como para escribirla entera. 

Solo hay dos formas de tomarse este oficio: con desesperación o pachorra
 

PREGUNTA: Autor de cuatro libros publicados hasta ahora -los tres de relatos breves: El Mirador (Ed. Atlantis, 2009), Vareando nubes (Ed. Atlantis, 2012) y Trece Rosas negras (Ed. Tres Columnas, 2018); y el de microrrelatos Pelusillas en el ombligo (Ed. Lastura, 2015)-, José Antonio es un escritor lento pero seguro, que mima las palabras y las historias, que parece que no tiene prisa por publicar. ¿Por qué concibes de este modo la Literatura como autor? 

RESPUESTA: Las prisas no son buenas consejeras. El lector merece una obra cuidada donde se dedique exclusivamente a disfrutar de la historia. Además, no soy famoso ni tengo agente literario. Eso supone que yo me lo guiso y yo me lo como. Cuando acabo un manuscrito, acudo al Registro de la Propiedad Intelectual. A partir de entonces, empieza el lento peregrinaje por editoriales: no menos de seis meses si hay suerte. A mí me divierte que, unas veces por curiosidad y otras con mala intención, algún conocido te pregunte: «Oye, ¿sigues escribiendo?». Que dan ganas de responderle: «¿Y tú? ¿Sigues respirando?». Solo hay dos formas de tomarse este oficio: con desesperación o pachorra. 

PREGUNTA: Me interesa, José Antonio, el descubrimiento de tu vocación como escritor. ¿Qué fue lo que hizo decidirte por este camino? ¿Dónde y cuándo te hirió su luz que traspasa lo más hondo y uno ya queda marcado para siempre? 

RESPUESTA: Fui un adolescente muy tímido que, gracias a las palabras, encontró un asidero existencial. No recuerdo un día en el que hallara mi vocación, del mismo modo que Charles Chaplin no encontró al personaje de Charlot a la primera exploración de su ropero. Supongo que una cosa fue llevando a la otra. El compromiso serio llegó hacia la treintena. Leí a cuentistas como Quim Monzó o Roald Dahl, auténticos tahúres que me enseñaron a ocultar la sorpresa hasta el final.





PREGUNTA: En tu mundo narrativo se puede comprobar una tendencia hacia varios asuntos como lo fantástico, el surrealismo, el absurdo o el toque kafkiano. Y todo para causar en el lector una perplejidad, un sutil desasosiego que logra tanto emocionar con cierta ternura y humanidad, como hacer reflexionar sobre temas tan esenciales como son la soledad, la incomunicación o la extrañeza que provoca estar inmerso en la realidad que nos rodea. José Antonio, ¿por qué eliges el mundo de lo irreal para mostrar asuntos tan reales? ¿Por qué tu mundo narrativo camina por este sendero? ¿Cuáles son los escritores que te han marcado e influido? 

RESPUESTA: Soy un gran aficionado al terror y a lo fantástico tanto en cine como en literatura. Sin embargo, al tratar de escribir un cuento de género siempre necesito algo más. Una especie de hondura existencial, un mensaje (no una moraleja) que transmitir a otro ser humano y que, ojalá, le haga botar en el sillón. En resumidas cuentas, no encajo en el Realismo ni en la Ciencia Ficción. Estoy permanentemente «Entre dos tierras», como cantaba Héroes del Silencio. Uno de mis cuentos favoritos de toda la vida es «Casa tomada», de Julio Cortázar. También me encanta Juan José Millás. Con una ironía muy valenciana, asume que la realidad oculta un lado fantástico. 
 
      Probablemente, en los talleres literarios adquirirás herramientas para enfrentarte al    hecho de escribir, pero la personalidad no se enseña en ninguno de ellos

PREGUNTA: Hay un asunto del que me gustaría saber tu opinión. Están muy de moda las escuelas de escritura, las escuelas que te enseñan a escribir. ¿Has sido alumno de alguna de ellas? ¿Es posible que realmente enseñen el oficio? 

RESPUESTA: Pues he participado como alumno en dos talleres de escritura. Uno lo disfruté y el otro lo padecí. La conclusión que he sacado de esas experiencias es que nadie puede convertirte en escritor ni juzgar si eres bueno o malo. Quienes dan clase también son humanos y tienen sus gustos. Probablemente, en los talleres literarios adquirirás herramientas para enfrentarte al hecho de escribir, pero la personalidad no se enseña en ninguno de ellos. Se descubre leyendo, escribiendo y reescribiendo.

       Los concursos literarios son una cura de humildad para ese cuento que escribiste hace un par de días y que crees totalmente invencible

PREGUNTA: También has tenido éxito en algunos concursos literarios, como en el exigente Certamen de Microrrelatos 'Cuenta 140', de la revista El Cultural, en el que has ganado varias veces, o siendo finalista en otro reconocido concurso como es el 'Madrid Sky' de Relato Corto. ¿Por qué te interesa participar en concursos literarios? ¿Qué tiene de beneficioso para el escritor? 

RESPUESTA: Los concursos literarios son una cura de humildad para ese cuento que escribiste hace un par de días y que crees totalmente invencible. También constituyen un reto porque algunos obligan a tratar temas o a incluir una determinada palabra. No deben tomarse demasiado en serio ni tampoco a broma. Me gusta participar, pero sin obsesionarme.

PREGUNTA: Licenciado en Filología Hispánica en la universidad de Alicante, llevas muchos años ya ejerciendo como profesor de academia. ¿Qué te proporciona ser docente de Lengua y Literatura Española? ¿Es una labor meramente alimenticia, o en realidad es otra de tus vocaciones como la de escritor? Decía Emerson que el profesor debe ser alguien que acompañe al alumno al descubrimiento de su propia personalidad, de su propio ser. Quizá sea una utopía en el sistema educativo actual, pero, para ti, ¿qué debe ser un profesor? 

RESPUESTA: Me gusta enseñar casi tanto como escribir. De hecho, no creo que sean profesiones incompatibles. El esfuerzo que realizo para hacerme entender por el alumno (como si habláramos distintos niveles de lenguaje) tiene su reflejo en mi estilo. Concibo la literatura como un acto de comunicación, no como un ejercicio estéril de embellecimiento. Admiro la escritura clara y sencilla. En cuanto a la enseñanza, hace mucho que dejé de soñar con ser el profesor Keating. Doy clases de apoyo, soluciono dudas. Ahora bien, un docente no debería ser un mero corrector de exámenes.  

PREGUNTA: En tu blog personal que se llama 'El Mirador' (lobo74estepario.blogspot.com), el lector puede encontrar pequeñas piezas literarias en las que reflexionas sobre lo que va ocurriendo en tu vida personal y en lo que sucede a nuestro alrededor. El blog parece una manera sencilla, directa y certera de tener contacto con los lectores. También estás en las redes sociales. ¿Crees que el escritor actual tiene la obligación de estar inmerso en toda esta nueva manera de entender el mundo y la comunicación? ¿Te gusta Internet, las redes sociales? 

RESPUESTA: Uno no puede dar la espalda a las redes sociales. De hecho, me han permitido conocer y mantener el contacto con amigos de diversas partes de España. El escritor que no quiera usarlas está en todo su derecho, pero empleadas con cabeza dan más alegrías que disgustos.




PREGUNTA: Todo escritor debe ser un gran mirón. Un gran espectador de lo que le rodea. Ser escritor es mirar por la ventana, decía Baroja. Y también alguien al que le gusta estar solo; un lobo solitario en muchos casos. Tú eres un gran paseante, un flâneur de categoría. El paseo como un descubrimiento; como un trayecto reflexivo y emocional. Quizá la Literatura sea eso: un vagabundear constante intentando encontrar unas respuestas que nunca se hallan. ¿A José Antonio le cuesta regresar a casa de sus paseos?

RESPUESTA: Pasear es mi modo de recargar pilas. Con un rato me basta. Durante la caminata, observo el mundo que me rodea con la infinita curiosidad de un niño. Me divierte imaginar las vidas de los desconocidos que durante un instante se exponen con una llamada de móvil en el autobús o una discusión en plena calle. También escucho mis pensamientos o surge la inspiración.

 

   La noche significa libertad en estado puro.

PREGUNTA: Hay escritores que prefieren la mañana y el día para trabajar, o para leer. Pero hay otros que son verdaderos animales nocturnos. Bukowski o Balzac eran ejemplos de ello. Tú eres otro, José Antonio. ¿Qué embrujo posee la noche para ti?

RESPUESTA: Envidio a los escritores que madrugan. Yo soy incapaz. La noche no tiene las esclavitudes del día: no te llama un comercial, ni debes atender a la familia, ni necesitas comprar ropa. La noche significa libertad en estado puro. Además, mi mujer comparte este vicio. Ambos somos animales nocturnos. 

PREGUNTA: Vamos a mirar al futuro. Qué planes tiene José Antonio en su vida personal y en lo literario. Cuándo tendrán los lectores un nuevo libro.

RESPUESTA: Llevo trabajando en un nuevo libro de relatos desde que empezó la Pandemia. Creo que estará listo pronto. Vuelvo a usar el recurso de lo fantástico para hablar de la realidad que nos rodea. En lo personal, aspiro a una charla con algún amigo de vez en cuando. Si le gusta el vermut, mejor.

PREGUNTA: Por último, quiero hacerte la pregunta con la que cierro siempre este espacio de entrevistas llamado TRAMO SEÑALIZADO. CONVERSACIONES CON PERSONAS APASIONADAS CON SU OFICIO. ¿Merece la pena, José Antonio, apostar por la vocación, por lo que uno es? 

RESPUESTA: Por supuesto. Hay que coger la letra por los cuernos. Muchas gracias por la entrevista, Jorge. Un verdadero placer.






Comentarios

  1. Es todo un lujo el cariño con el que realizas las entrevistas de Tramo Señalizado. Me ha encantado. Gracias.

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    1. Gracias a ti por pasarte por este espacio de cultura, paz y entendimiento. Eres muy amable, y un gran escritor. ¡Abrazos!

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