Tramo Señalizado. Entrevista a Arturo Dueñas: Cineasta de la cercanía y de la emoción

 



 ARTURO DUEÑAS

"El cine me ha

 descubierto la vida y el

 mundo"




         
                                           Por Jorge Alonso Curiel


Crear vida. Crear auténtica vida. Hay directores en la historia del cine cuya mayor preocupación es reflejar en sus cintas "el aire de la vida", con personajes cercanos en los que la emoción resulte un asunto más que esencial. El vallisoletano Arturo Dueñas (Esguevillas de Esgueva, 1962) es uno de ellos, y así lo comprueban los espectadores en sus producciones que parecen creadas desde una bendecida intimidad, y con personajes que miran directamente a los ojos del público. Con una larga ya carrera a sus espaldas y muchos premios conseguidos, este cineasta independiente consigue entretener y hacer reflexionar, contribuyendo, incluso, a que salgamos mejores personas de la sala porque sus obras están cargadas de respeto y sensibilidad. Artista humilde y ambicioso, al que no le faltan proyectos e ilusión, Arturo Dueñas se destaca como uno de los principales directores de cine castellanoleoneses.


PREGUNTA. Arturo, hace poco paseaba por la calle y pasé cerca de dos hombres que hablaban de cine. Uno le decía al otro que la ilusión de su vida era ser director, pero que había que estar loco para embarcarse en una aventura con tantas dificultades de todo tipo. ¿De qué pasta hay que estar hecho para decidirse a hacer cine en España y aguantar en el empeño?

RESPUESTA. Si analizas ese deseo de forma racional, nunca lo llevarías a cabo: no harías cine, pero tampoco te dedicarías a cualquier otra actividad, artística o no, que supusiera cierto nivel de riesgo e incertidumbre. Ya lo decía hace tiempo Shopenhauer, mi tocayo: es cuestión de voluntad. Como Agilulfo, ese caballero inexistente del cuento de Italo Calvino que solo lo es por la voluntad de serlo. Yo siempre digo: si quieres, puedes. Si esa persona de la que me hablas no se embarca en una aventura que supone la ilusión de su vida es porque no pone el empeño suficiente para hacerlo, ni más ni menos. Que no busque excusas.

PREGUNTA. Sé que tu deseo inicial en el mundo del cine era ser guionista y que otros dirigieran tus historias. Después, te pusiste detrás de la cámara porque era muy difícil encontrar que alguien lo convirtiera en imágenes. José Luis Garci repite siempre que es más difícil escribir un guion que dirigir, ¿piensas lo mismo? ¿Qué te consideras, más un guionista o un director de cine?

RESPUESTA. Es verdad, yo quería escribir historias y encontrar productoras que convirtieran esas historias en películas, sin importarme si era yo quien las iba a dirigir o no. Cuando me di cuenta de que eso era imposible, no me quedó más remedio que dirigir (y producir) yo mismo mis propias historias, incluso prescindiendo del guion.
Por eso me considero más un director que un guionista. Hace tiempo que no escribo guiones propiamente dichos, sino solo lo que se llama tratamiento literario, algo así como una relación secuenciada de lo que va a pasar (más o menos) en la película, pero sin diálogos ni acciones cerradas. No quiero que mis películas sean la traslación a imágenes de un guion, sino que se construyan directamente durante el rodaje. Es después en el montaje donde realmente termino de “escribirlas”.

PREGUNTA. Repasando tu filmografía, Arturo, aparte de los cortos y de los largometrajes de ficción, se pueden encontrar varios documentales como Tierras construidas (2015), Corsarios (2010) o el cortometraje documental Destellos de la Memoria (2019). Creo que te gusta este género, ¿por qué tiene tanto interés para ti?

RESPUESTA. Por un lado, el documental es el género cinematográfico que te permite mayor libertad. En la ficción hay una estructura y unos códigos establecidos bastante rígidos, de forma que resulta muy complicado transgredirlos y que el espectador se sienta cómodo con ello: si hacemos un símil culinario, digamos que es un menú del día, con su primer plato, segundo y postre, lo que cambia es la calidad de los ingredientes y el toque del cocinero. El documental, sin embargo, sería la cocina de autor, donde puedes mezclar ingredientes diversos de una manera muy personal, desde entrevistas, hasta material de archivo, dramatizaciones, animaciones, voces en off… y experimentar con todo ello. Sobre todo, en el llamado documental de creación o de autor, donde lo que prima es el punto de vista y la mirada particular del director. Por otro lado, no me gusta intervenir en la realidad, que ya es por sí misma bastante cinematográfica. El guion con el que me enfrento al rodaje de un documental es mínimo, para permitir que las cosas sucedan delante de nosotros sin dirigirlas en una dirección determinada. También el equipo de rodaje es mucho más reducido y la financiación no es tan elevada, de forma que resulta menos complicado levantar un proyecto documental que uno de ficción. Me interesa tanto el documental que incluso las películas de ficción las ruedo como si fueran un documental: nunca tengo un guion cerrado, como he dicho, sino una sencilla escaleta sin diálogos para que los actores improvisen y resuelvan las situaciones planteadas y las que se presenten durante el rodaje.

Me interesan mucho las emociones: intento crear personajes cercanos a los espectadores y que estos se sientan reconocidos en ellos.

PREGUNTA. Toda tu obra, también tus largometrajes de ficción como Aficionados (2010) o Pessoas (2020), que es tu última película estrenada hace muy pocas fechas, nos muestran a un director con un mundo y un estilo muy personales, muy definidos, y eso es estupendo. Tu cine, como tú ya has explicado, concede mucha importancia a los actores, poniendo la cámara a la altura de su mirada como hacía Howard Hawks o John Ford, y con un aliento cálido y humanista, y en el que no falta la ternura, la comprensión y cierto humor. Se podría decir que es un cine realista, y que eres un cineasta de la emoción. ¿Qué directores han influido en ti? ¿A quiénes tienes como tus maestros? ¿Y cuáles son las películas que te robaron y te siguen robando el corazón?

RESPUESTA. El cine es el arte de la creación colectiva por antonomasia. Por eso los actores (y todo lo que aportan al crear sus personajes, improvisar los diálogos y resolver las escenas) son tan importantes. Es cierto que el mío es un cine muy pegado a la realidad (en eso sigo la tradición artística y literaria española), y que me interesan mucho las emociones: intento crear personajes cercanos a los espectadores y que estos se sientan reconocidos en ellos. Me gusta mucho el cine clásico americano y, al mismo tiempo, las corrientes que lo subvierten, como el neorrealismo italiano, la nouvelle vague francesa o el movimiento Dogma. Siempre hablo de dos películas fundamentales para mi forma de hacer cine: Te querré siempre (Viaggio in Italia,1954), de Roberto Rossellini, y Y la vida continúa (1992), de Abbas Kiarostami. En ellas, la línea que separa los géneros de documental y ficción se quiebra, y eso es lo que yo pretendo.

PREGUNTA. Arturo, ¿qué te ha dado el cine? ¿Qué es el cine para ti?

RESPUESTA. Es difícil responder a esta pregunta, que podía hacerse extensiva a la literatura y al arte en general. Pero la verdad es que el cine me ha descubierto la vida y el mundo, incluso más que la literatura, sobre todo el cine europeo de los ochenta que vi en mi época de estudiante universitario. Esa ventana que permitió descubrir a un chico de provincias en un ambiente recién salido de la dictadura una sociedad tan diferente a la que le rodeaba, de alguna manera fue una suerte de educación… sentimental también. Fue esa época en que se abren los ojos de par en par. Y ahora ya no puedo separar el cine de mi vida, de manera que en cada persona que me cruzo por la calle, en cada situación que me encuentro, en cada noticia que leo o que me cuentan, pienso: “ahí hay una película”. Las personas que conozco ya están hartos de mi pregunta: “¿puedo utilizar eso? ¿me das permiso?”. Llega un momento en que no se trata de elaborar un proyecto, sino de elegir entre tantos de los que están esperando su turno.

PREGUNTA. Las cosas están cambiando, o quizá ya han cambiado. Las salas de cine están desapareciendo a velocidad alarmante, debido también a esta pandemia que padecemos y que está logrando que el público no se acerque a las salas y prefiera disfrutar del cine en sus domicilios en las plataformas digitales o en Internet. ¿Qué sensación te provoca la desaparición de las salas, de una forma de ver cine que tantos momentos maravillosos nos ha procurado?

RESPUESTA. Me da una pena terrible. Primero se fueron cerrando las salas de cine “históricas”, por llamarlo de alguna manera, las que estaban en el centro de las ciudades (no digamos ya las de los pueblos), y solo quedaron las de los centros comerciales, que ponen todas las mismas películas. Sobrevivirán algunas de estas y las pequeñas salas de cine independiente con un público muy definido (y de una edad determinada, pongamos que de cuarenta para arriba), y las de los circuitos culturales (universidades, cine-clubes, centros cívicos…) o proyecciones ligadas a eventos (conferencias, ciclos, festivales, por ejemplo). El resto se verá en plataformas, lo cual, al menos, es una salida para tanto audiovisual como se produce y se consume, más que nunca. Pero la experiencia casi mágica del cine en salas como espectáculo colectivo es algo insustituible.




PREGUNTA. Tu productora se llama La Esgueva Films. Naciste en el pueblo vallisoletano de Esguevillas de Esgueva. Vives y trabajas en Valladolid. Eres otro de los artistas vallisoletanos que aman su tierra, y que la lleva como bandera. ¿Por qué Valladolid cala tan hondo?

RESPUESTA. Bueno, yo también, como tantas otras personas, estuve unos cuantos años viviendo fuera, en Europa del Este (Estonia y Hungría) y en países lusófonos (Portugal y Brasil). Pero desde que decidí dedicarme al cine, ya muy cerca de la cincuentena, me he establecido en mi tierra, donde tengo la seguridad de un trabajo en la Universidad de Valladolid, que me permite la libertad de hacer el cine que quiero. Aunque eso supone una doble jornada laboral agotadora y que cualquier proyecto tarde mucho más en estar finalizado. Valladolid es una ciudad ideal para hacer cine, porque tiene el tamaño adecuado y cierto grado de cosmopolitismo al mismo tiempo, buenos escenarios y magníficos profesionales para situarse tanto delante como detrás de las cámaras. Me siento muy a gusto trabajando aquí.

PREGUNTA. Pessoas es tu última película. Es un proyecto muy trabajado y querido por ti. Cuenta la historia de Arturo, un fotógrafo y director de cine que viaja a Santiago de Cuba para encontrar a una mujer que fotografió diez años atrás en el Desfile del Primero de Mayo. Cuéntanos por qué fue importante contar esta historia. 

RESPUESTA. Como dices, es una historia muy personal. Esa foto fue el cartel de una exposición en la desaparecida sala Impacto (situada en la calle Platerías), que llevaba el título Pessoas, “personas”, en portugués, un guiño al poeta Fernando Pessoa y que, al mismo tiempo, hacía referencia a las personas anónimas protagonistas de las fotos. Ese cartel lleva diez años en el salón de mi casa y un día me pregunté quién sería aquella mujer y qué derecho tenía a colgar su retrato como elemento decorativo sin que ella lo supiese. Así que decidí ir a buscarla y rodar una película centrada en esa búsqueda. Aunque al principio pensé en un documental, finalmente ideé la historia de un padre y una hija que hacen ese viaje. Por supuesto, no había guion ni diálogos escritos, improvisamos las escenas y rodamos lo que nos sucedió en esa búsqueda, cruzando la isla de Cuba desde La Habana hasta Santiago, justo unos meses después de la muerte de Fidel Castro.




PREGUNTA. Además, en Pessoas, el personaje protagonista lo encarnas tú mismo, Arturo Dueñas. La otra protagonista, en su primer papel en el cine, encontramos a Greta Fernández. No solo escribes y diriges, sino que también eres actor en tus películas, recordando a Woody Allen. ¿Te gusta ser actor? ¿Cómo te sientes delante de la cámara?

RESPUESTA. En esa mezcla de documental y ficción yo quería interpretarme a mí mismo para contar mi historia personal, y Greta Fernández interpreta a mi hija, un personaje de ficción, en su primer papel protagonista en el cine. Debo decir que lo hace de forma magistral, improvisando su personaje a las mil maravillas. Sus gestos y sus miradas son el alma de la película. Desde muy pequeño me ha gustado ser actor, incluso en mis juegos solitarios infantiles me imaginaba historias y las interpretaba. Después, en el colegio, hice mucho teatro: por un lado, tenía buena memoria para aprenderme los papeles y, por otro, me metía de lleno en los personajes y los vivía de verdad: era algo así como proyectar mi personalidad libremente ante desconocidos, lo cual no podía hacer en situaciones normales debido a mi timidez. Incluso estuve un año en el Aula de Teatro de la Universidad de Valladolid, dirigido por Juan Antonio Quintana. Pero el paso definitivo vino tras mi estancia en la New York Film Academy, donde todos los compañeros me solicitaban para que interpretara sus prácticas. También allí me di cuenta de lo difícil que era dirigir actores, encontrar el punto exacto entre darles indicaciones o dejarles total libertad para componer sus personajes. Así que, a la vuelta, estuve varios años en el Centro de Investigación Actoral Espacio Abierto, en el barrio de Pajarillos, de donde surgió mi primera película, Aficionados, construida e interpretada por los compañeros y compañeras del curso, y muy ligada a la realidad de nuestras vidas. Es muy complicado actuar y dirigir al mismo tiempo, porque tienes tantas cosas en la cabeza que no consigues meterte tanto en el personaje como para interpretarlo tal y como quisieras. Por eso prefiero que me dirijan, disfruto muchísimo sin pensar en ninguna cuestión técnica, solo metiéndome en la piel de un personaje, totalmente ajeno a todo lo que me rodea.

 Los festivales son esenciales para el cine independiente, creo que más que en ninguna otra manifestación artística

PREGUNTA. La película tuvo doce candidaturas en los Premio Goya de este año, aunque, lamentablemente, no consiguió ninguna nominación. El escritor Augusto Monterroso decía que los premios eran una maldición que hacían que los autores compitieran entre sí cuando lo importante es el valor de la obra por sí misma. Has logrado en tu carrera varios; los últimos han sido el de Mejor Documental y Mejor Fotografía en la Edición de Primavera del Couch Film Festival de Toronto (Canadá),  y Mejor Documental en el Logcinema Art Films de California (EEUU) para Tierras Construidas, film documental sobre el pintor Félix Cuadrado Lomas. ¿Para un director independiente es esencial concursar en los festivales de cine? ¿Cuáles son las salidas para estos directores?

RESPUESTA. Los festivales son esenciales para el cine independiente, creo que más que en ninguna otra manifestación artística. No siempre son competitivos y en muchas ocasiones estás en muestras paralelas. Pero lo importante es que tu película se ve, se comenta… existe, en definitiva. Se produce tanto cine y se estrena comercialmente tan poco que el público que asiste a los festivales supone una buena parte de los espectadores de tus películas. Hay festivales de todos los tamaños e importancia, géneros, temáticas… Probablemente se celebran como mínimo una docena de festivales al día en todo el mundo. Y eso es lo maravilloso: que tu película la ven en Singapur y en Medina del Campo, en Nueva York y en un pueblo perdido australiano. Una historia rodada en Valladolid la ven en la otra punta del planeta espectadores que ni siquiera saben que existe nuestra ciudad. Y se emocionan con ella. El mayor premio de un festival es simplemente que te seleccionen. Con la llegada del digital es tanto el audiovisual que se produce que solo se selecciona un 5% de lo que se presenta a un festival. Con los cortometrajes Anagnórisis y Dajla: cine y olvido, y el largometraje Tierras construidas, que es lo que estamos moviendo ahora mismo, tenemos una ratio de selección de entre un 25-35% (es decir, por cada selección, recibimos tres o cuatro rechazos) y, sin embargo, me doy más que satisfecho. Por eso cada vez que recibimos la noticia de una selección la lanzamos a los cuatro vientos por redes sociales: realmente es una noticia extraordinaria.

PREGUNTA. De lo que no cabe duda es de que Arturo Dueñas es una persona apasionada con su oficio y con su vocación, y que es también un luchador y un gran trabajador para hacer realidad sus sueños de director de cine y por eso estás en este espacio de entrevistas TRAMO SEÑALIZADO. CONVERSACIONES CON PERSONAS APASIONADAS CON SU OFICIO. ¿Qué le pides al futuro? ¿Próximos proyectos?

RESPUESTA. Al futuro le pido vivir muchos años y seguir haciendo películas, como Manoel de Oliveira, que comenzó a hacer cine de forma regular cumplidos los 50 y cuya producción principal la realizó entre los 80 y los 106 años que vivió, casi a razón de película por año. Solo así me daría tiempo a realizar los proyectos que tengo (y los que te rondaré, morena). Tengo varios proyectos más o menos pergeñados, algunos más lejanos (uno de ellos se desarrolla en la España convulsa del siglo XIX, otro en la Europa no menos convulsa tras la caída del muro…) y otros para los que solo espero la chispa necesaria para empezar. En un caso, la cesión de los derechos de las canciones de un rockero norteamericano que ha supuesto la banda sonora de mi vida; en el otro, la financiación imprescindible, que se está resistiendo un poco. Se trata de la adaptación de la obra de teatro Cartas al emperador, de Roberto García Encinas, que se me metió en la cabeza desde que la vi hace unos años en el LAVA, para la que quiero contar con el mismo elenco que la representó (componentes de Teatro del Navegante y de Cuarteto Teatro). Se trata de algo más que una adaptación, pues la sociedad actual y la situación que estamos viviendo se verá reflejada en la misma de forma decisiva. Casualmente, si todo sale como esperamos, va a coincidir con la efeméride de la derrota comunera, lo cual la dotará de más actualidad, si cabe.

-Gracias, Arturo. Y mucha suerte. 

-Gracias a ti, Jorge, por la entrevista.

              
                          





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