Crítica de "El Cuarto Pasajero", de Álex de la Iglesia: Loco Amor en la carretera

 

Crítica de El Cuarto Pasajero, de Álex de la Iglesia: Loco Amor en la carretera

                             Por Jorge Alonso Curiel

Desde que debutara en el largometraje (tras varios cortos) en 1993 con la curiosa y peculiar Acción Mutante, Álex de la Iglesia se ha ido convirtiendo en uno de los cineastas españoles actuales más interesantes y destacados. 

Dueño de un estilo y un mundo tan personales como reconocibles, el bilbaíno nacido en 1965 ha creado a lo largo de los años una ya larga trayectoria con premios importantes en la que destacan cintas de gran altura como La Comunidad, El Día de la Bestia, Balada Triste de Trompeta (León de Oro a la mejor cinta y Léon de Plata a la mejor dirección en el Festival de Venecia de 2010, y Goya a la mejor película ese mismo año), Perfectos desconocidos o Las Brujas de Zurragamurdi, con otras producciones más irregulares como Mi Gran Noche, Crimen Ferpecto o su anterior cinta de 2021 Veneciafrenia, una historia de asesinatos en la ciudad de los canales a la que no supo insuflarle el brillo y el interés necesario que ha mostrado en otras producciones.

Porque el espectador ha disfrutado mucho durante estos años de su cine (y espero que sigamos haciéndolo muchos años más) repleto de humor descacharrante (a veces muy negro), acción trepidante (por momentos histérica), en el que se pasean personajes caricaturescos (y muchas veces estrafalarios y esperpénticos) y en el que reluce la libertad creativa, muy alejado de lo políticamente correcto, y también un cierto lirismo inocente y encantador, y una visión pesimista, muy negra, del ser humano. De la Iglesia es uno de los cineastas más libres del panorama cinematográfico español, y eso es de agradecer.

Sinopsis de El Cuarto Pasajero

En El Cuarto Pasajero, su nueva cinta, vuelve a escribir como acostumbra el guion con su compañero y amigo Jorge Guerricaechevarría, y cuentan esta vez la historia de Julián, un cincuentón divorciado con problemas económicos, interpretado por Alberto San Juan, que, para conseguir un dinerillo se ha inscrito en una aplicación de Internet para hacer viajes con su coche en los que lleva a desconocidos; una manera de compartir coche que ahora se hace tanto. Una de las viajeras habituales es Lorena, una bella joven interpretada por Blanca Suárez, y de la que se ha enamorado. En este nuevo viaje pretende declararle su amor y espera ser correspondido, pero las cosas se complicarán con los otros dos ocupantes que le tocará en suerte llevar ese día: un buscavidas insoportable y estrafalario (Ernesto Alterio), pero muy gracioso, y un guapísimo joven melenudo y con barba de vida poco convencional, amante de la libertad (Rubén Cortada).

Un Álex de la Iglesia menor

El resultado es una obra mejor que su anterior cinta, la decepcionante Veneciafrenia. En El Cuarto Pasajero, el espectador se encuentra con una comedia romántica entretenida que se ve con placer hasta sus créditos finales, aunque no esté dentro de sus mejores cintas, de las más destacables.

De la Iglesia ha realizado una loca road movie con algunos momentos divertidos, acción hilarante y buenas interpretaciones que deja buen sabor de boca, pero a la que se le nota su fin claramente comercial, con la que el director ha querido hacer una cinta muy sencilla, sin profundidad ni dobles lecturas, con un guion demasiado elemental y previsible por momentos, poco trabajado, y en la cual se echa de menos la fuerza y una apuesta creativa más profunda y personal del director. 

Se trata de un Álex de la Iglesia "en sordina", pero con la que se pasa un rato agradable con esta comedia de carretera que sucede en unas pocas horas, y cuyos personajes encierran algunos secretos y sorpresas.

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