Dos Poemas de Infancia ("La Luna" y "Pedir Perdón")
Dos Poemas de Infancia
La Luna
Me sentía diferente.
Sabía con mucha inquietud
que me sentía diferente.
Y temía que no hubiera
una manera de cambiarlo.
Pasó un poco de tiempo,
y las circunstancias me dieron la razón.
Mientras mis compañeros se enamoraban
platónicamente de chicas más mayores
e inalcanzables
y no hacían nada porque sabían
que iba a resultar en vano,
yo, mientras,
corría detrás de ellas
como un loco
intentando atrapar la luna.
Pedir perdón
Sus padres no entendían
que con 14 años,
en esas tardes tristes de invierno,
mientras la oscuridad llegaba lentamente,
se dedicara a escuchar en el salón
mirando por el ventanal de ese noveno piso
la música de Chopin.
Para ellos no era normal.
Llegaban a casa
y le encontraban de esta manera,
ensimismado, abstraído,
y no sabían lo que pensar,
ni tampoco encontraban nunca
las palabras precisas
con las que dirigirse a él.
Aquel chico no era como los otros,
y estaban preocupados;
sufrían a su manera.
No sabían lo que aquella música y aquella luz
estaban creando en sus entrañas.
Por eso callaban,
y cerraban la puerta dejándole
en su soledad.
Hoy, años después,
se acuerda de aquello.
Qué comprensivos, qué bien le trataron.
Se lo agradece con lágrimas en los ojos.
Por ellos pudo convertirse en poeta.
Sin embargo, al mismo tiempo,
también,
ahora,
no deja de pedirles perdón.
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