Ritos de Nochevieja: cómo engañar al destino y empezar el año con buen pie... o al menos con mucho humor




Ritos de Nochevieja: cómo engañar al destino y empezar el año con buen pie... o al menos con mucho humor


La Nochevieja es ese momento mágico en el que creemos firmemente que, si hacemos ciertos gestos justo a medianoche, con las campanadas de fin de año, el universo tomará nota y nos concederá un año espectacular. Da igual que el 31 de diciembre hayas llegado cansado, con la batería social descargada y pensando solo en el sofá: cuando suenan las campanadas, todos sacamos nuestro lado más ritualista… y un poco también supersticioso, claro que sí.

Las doce uvas: el deporte extremo del año

Empecemos por el clásico indiscutible: las famosas doce uvas. No es solo una tradición, es una prueba olímpica. Da igual el tamaño de la uva o si tiene pepitas traicioneras: hay que comérselas todas antes de que termine la última campanada. Cada uva representa un mes, así que si te atragantas en la tercera, febrero ya pinta regular. Eso sí, si sobrevives al reto, te sientes invencible y ya estás oficialmente preparado para cualquier cosa que traigan los 365 días del año nuevo.

Ropa interior nueva: una fe ciega en el color

Otro ritual imprescindible es estrenar ropa interior. Roja para el amor, amarilla para el dinero, blanca para la paz interior… y negra para quien ya ha aceptado que la vida es imprevisible y que su vida no tiene remedio... Lo importante es que sea nueva, porque al parecer el destino se fija mucho en estas cosas y valora el esfuerzo y la limpieza. A por ello.

Maletas, escobas y otros mensajes confusos al universo infinito

Si tu deseo es viajar, toca dar la vuelta a la manzana con una maleta. Así como lo oyes. No importa si luego no sales del barrio en todo el año, pero la intención es lo que cuenta. Otros prefieren barrer hacia fuera de casa para expulsar las malas energías. Eso sí, conviene aclararle al universo qué quieres que se vaya y qué se quede, no vaya a ser que se lleve también la Wi-Fi y te quedes sin señal y eso sí que es un disgusto...

Quemar lo malo (con moderación)

Escribir en un papel todo lo que quieres dejar atrás y quemarlo es muy liberador, y además practicas lo de escribir a mano, que ya parece un asunto obsoleto y que ha pasado de moda. Estrés, malos hábitos, o todo lo que se te pase por la cabeza, todo al fuego. Eso sí, mejor usar un cenicero y no emocionarse demasiado, que empezar el año llamando a los bomberos rompe un poco la magia, o demasiado, y no es un buen plan para esta noche tan bonita.

Ritual exprés para los realistas

Para quienes no creen mucho en los rituales, pero tampoco quieren tentar a la suerte, existe la versión minimalista: brindar, reírse un poco, agradecer haber llegado hasta aquí y prometer —otra vez— que este año sí que sí. Pero sí que sí que vas a dormir más, comer mejor, ahorrar, hacer más ejercicio, ser más generoso, aprender inglés de una vez por todas o inscribirte en ese curso que vas postergando desde hace tiempo... o al menos intentarlo hasta febrero, o incluso marzo...

Sobre todo, buen humor, amigos

Más allá de uvas, colores y maletas, el mejor rito de Nochevieja es empezar el año con mucho buen humor. Reírse de uno mismo, abrazar a quienes están cerca y aceptar que no todo depende de lo que hagamos a medianoche. Pero oye, si una uva de más o una prenda roja ayudan, pues miel sobre hojuelas.

¡Feliz Año Nuevo, feliz 2026, amigos! Que la ilusión y la buena suerte siempre os acompañen.

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