Breve anécdota sobre el poder de los libros

 



Breve anécdota sobre el poder de los libros 

 

No voy a ser quién descubra ahora el poder beneficioso de los libros, de lo que son capaces de lograr en todos nosotros. No solamente han regalado y siguen regalando puntualmente ratos de entretenimiento, de diversión, de información e instrucción, o de consuelo como balsas salvadoras en medio del vacío océano para todas las almas heridas, también abren carreras lectoras que enriquecen las existencias de las personas, convirtiéndolas en adictas a una droga que no tiene ningún efecto secundario nocivo. Pero, incluso, y esto es también un asunto maravilloso, hacen descubrir vocaciones literarias, como escritor en todas sus vertientes, o hasta como periodista que escribe sobre libros y el mundo editorial, o sobre cualquier otro tema, pero plasmado negro sobre blanco. 

Pero esta vez quiero escribir, a partir de un hecho real que ocurrió en mi familia, sobre otro de los poderes que poseen los libros, estos objetos mágicos llenos de luz. 

Sucedió hace cinco años. Mi primo y su mujer acababan de ser padres; habían tenido un niño maravilloso, rebosante de salud y hermosura, y todos estábamos muy contentos. Los familiares íbamos a su casa al menos una vez a la semana para ver a esa nueva criatura tan tierna, que además no nos dejaba de sonreír con cualquier cariñosa carantoña que le hacíamos. 

Pero, en una de esas visitas, nos confesaron que habían tenido un problema. Al bebé le costaba dormir por las noches, y no había ni una sola en la que sus padres pudieran descansar durante unas horas seguidas. 

Y lo que nos contaron a continuación nos conmovió hasta casi las lágrimas.  

Una madrugada, mi primo ya desesperado, lo cogió en brazos y se puso a dar vueltas por la casa Y en un momento cosa que nunca había hecho hasta ahoraentró en su despacho repleto de libros, ya que es un lector voraz, y se sentó en su sillón de lectura, al lado de una bonita y cara lámpara de pie, decorada con dibujos y grabados que representan libros, que ilumina sus ratos de estudio y lectura.  

Y tras unos pocos minutos sucedió lo que no esperaba. 

Mi primo comprobó cómo el bebé se iba calmando, como si le hubieran dado un sedante, y poco después se durmió como un angelito del cielo... 

No se lo podía creer. Aquello parecía un auténtico milagro. 

Unos minutos después, feliz y aliviado, se levantó muy despacito para no despertarle y salió del despacho sin hacer ningún ruido para acostarlo en la cuna que tenían en su dormitorio de matrimonio. Pero fue entrar en él, y aún sin dejarlo en la cuna, el niño comenzó a llorar de nuevo. 

Otra vez, desesperado, mi primo caminar por la casa, hasta que regresó a sentarse en el sillón de su despacho. Y ocurrió lo mismo que había sucedido hacía solo un ratito: el niño dejó de quejarse, cesó su llanto, y no tardó en dormirse como el angelito del cielo que era 

Parecía que solo allí, rodeado de libros, el bebé parecía tranquilizarse. Y volvió a probar: al salir del despacho, regresaba el llanto y la agitación. Así que, a partir de esa noche, el bebé estaría en la biblioteca, y hasta colocaron allí la cuna y también una pequeña cámara de vigilancia para tenerlo controlado. 

Nunca más pasaron una mala noche. El bebé comenzó a dormir plácidamente, como también ellos empezaron a disfrutar de descansos reparadores, tan necesarios. 

Comprobaron que donde hay libros, hay caricias. Que donde hay libros, se instala un paraíso de armonía. Que donde viven los libros siempre fluye un río de calor y entendimiento. Un refugio sagrado que regala sosiego y paz.

 













 

Comentarios

  1. Comento que es una ilusión pura, una paroxia necesaria, que los libros transmiten a la paz del alma, algo inexplicable con palabras ...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Siempre son bienvenidos y apreciados los comentarios que puedas dejar. Muchas gracias.

Artículos más populares

Bases IV Certamen Internacional de Microrrelato 'Jorge Alonso Curiel' 2025

Tramo Señalizado. Entrevista a Rosa Palo: Una Columnista entrañable

Microrrelatos ganadores del II Certamen Internacional de Microrrelato 'Jorge Alonso Curiel' 2023

Microrrelatos ganadores del I Certamen Internacional de Microrrelato 'Jorge Alonso Curiel' 2022

El cine Vistarama y la vida de repuesto

Crítica de "La Reina del Porno": La apasionante vida de Chelly Wilson