Movistar estrena "Tardes de Soledad", de Albert Serra, la última Concha de Oro del Festival de San Sebastián
El documental, que se centra en la figura del torero peruano Andrés Roca Rey, retrata íntimamente y de manera realista esta tradición milenaria
El pasado 7 de julio Movistar estrenó, en exclusiva en plataformas españolas, el documental Tardes de Soledad, el último trabajo del controvertido cineasta catalán Albert Serra (1975), que ganó sorprendentemente la Concha de Oro a la Mejor Película en la pasada 72 Edición del Festival de San Sebastián.
Figura relevante del cine de autor en España, dueño de un estilo marcado por la contemplación, la sobriedad y el realismo (Liberté, La Muerte de Luis XIV, Singularity o Pacifiction), este enfant terrible se acerca esta vez al mundo de los toros en un documental que tiene como protagonista al peruano Andrés Roca Rey (Lima, 1996), más conocido como Roca Rey, uno de los toreros más reconocidos de la actualidad, situado en lo más alto del escalafón, dueño de una forma de torear apasionada, pura y directa en la que brillan una técnica depurada y un valor que le hace colocarse muy cerca de los terrenos comprometidos del toro.
Coproducción hispano-franco-lusa, escrita por el propio director, el espectador no espere encontrarse un relato biográfico al uso que ensalza a este torero que ha conseguido salir por la puerta grande de Las Ventas, plaza de toros de Madrid, en tres ocasiones, una cinta como claro homenaje que recorra su vida hasta su triunfo en los ruedos; el filme se encuentra lejos de esa intención y apuesta por un relato íntimo, un drama intenso, profundo e impactante sobre este espectáculo, sobre la parte más personal y humana del torero y también sobre el toro, al que tampoco olvida.
“Se trata de una reflexión sobre el tiempo, la espera, el duelo y la intensidad de lo efímero”, asegura el propio director, que logra crear una cinta hipnótica, absorbente, que clava al espectador en su butaca, siendo testigo de la preocupación, la tensión y el sufrimiento de este hombre comprometido con su oficio y con la repercusión estética de su trabajo en una lucha solitaria y sin tregua contra el miedo, porque el miedo es otro de los protagonistas del filme, ya sea hacia el peligro de enfrentarse a la muerte, ya por la obsesión de no responder a las expectativas.
Una visión realista, naturalista, cruda, tan potente como poderosa, repleta de pulsión, detalles y silencios sobrecogedores, donde se reconoce al cineasta tanto como a las influencias que marcan su cine: Pier Paolo Pasolini, Bresson o Rossellini, y en la que consigue incluso crear una atmósfera inédita, otra de las preocupaciones de un director que asegura también importarle los premios solo porque facilitan la financiación para la siguiente película.
Estrenada en las salas españolas el pasado mes de marzo, es un documental, un ensayo, pero también una obra en el que los protagonistas reales se convierten en personajes de ficción de una tragedia, que rezuma verdad y misterio por todos sus poros y que ha levantado polémica como era de esperar entre los detractores de la tauromaquia, pero con la que consigue reflexionar sobre este asunto de una manera hasta ahora inexplorada sin dejar a nadie indiferente.
Con este espectáculo feroz, tremendo, que deja sin respiración, Serra ha rodado su mejor película. Toda una experiencia llena de personalidad tan singular y genuina como deslumbrante.
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Albert Serra al recoger la Concha de Oro en la pasada 72 Edición del Festival de Cine de San Sebastián. Foto Juan Herrero para Efe. |
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