"El Mundo a tus pies". Artículo sobre la necesidad de ser escuchado
El Mundo a tus pies Por Jorge Alonso Curiel A Pilarita solo la veía en los veranos de mi infancia, cuando me llevaban al pueblo de mi abuela, a pasar con ella las vacaciones, al terminar las clases del colegio que parecían que nunca se iban a acabar . Vivía en la misma calle que mi abuela, en una casa de adobe que se caía a pedazos, pero ella nunca quiso contratar a nadie para reformarla . Era bajita, con el pelo ya totalmente blanco, viuda también como mi abuela, y amable hasta la extenuación. Era todo amor aquella mujer a la que no le gustaba decir su edad, y que vestía ropas de colores claros, a diferencia de las demás viudas que no se quitaban el luto ni aunque sus ropas se destiñesen o se las robara n . Era muy querida por todos los vecinos; nadie habla...