El cine Vistarama y la vida de repuesto
Para ir a este mítico cine de Valladolid, en los años 80, me escapé unas cuantas veces de casa cuando era pequeño. Con tan solo ocho y nueve años. Me ha encantado encontrar casualmente esta foto, y me ha hecho recordar muchos asuntos. Era la mejor sala de cine de Valladolid, equipada con todos los adelantos y comodidades de la época, además de tener a unos encargados de limpieza excepcionales. Situada en la calle Portillo de Balboa, no hubo ningún vallisoletano que no la visitara alguna vez entre los años setenta y noventa. Era un verdadero templo de cine donde se experimentaba esa aventura tan maravillosa -ya casi en desuso- que es ver una película en una pantalla grande, en una pantalla de verdad. Su pantalla circular y su perfecto sistema de sonido, hacían que todos los espectadores vivieran y disfrutaran de la película como en un mismísimo sueño, y desde cualquier butaca, hasta en las más cercanas a esa sábana mágica. Todo estaba pensado. Además tenía la cortina que cubría la pa