Brigitte Bardot (1934–2025): adiós a un mito del cine y de la libertad
Brigitte Bardot (1934–2025): adiós a un mito del cine y de la libertad
Actriz, icono cultural, mito erótico, activista, Brigitte Bardot ha fallecido a los 91 años en Saint-Tropez. Con ella desaparece una de las figuras más influyentes e independientes del siglo XX, una mujer que transformó el cine, la moda y la idea misma de libertad femenina, dejando una huella imborrable más allá de la pantalla.
Este domingo 28 de diciembre ha muerto Brigitte Bardot. Con su fallecimiento a los 91 años se apaga una de las figuras más influyentes, controvertidas y fascinantes del siglo XX. Actriz, cantante, icono de estilo y activista incansable por los derechos de los animales, Bardot no fue solo una estrella: fue un fenómeno cultural que redefinió la feminidad, la fama y la relación entre la mujer y su tiempo.
Nacida en París el 28 de septiembre de 1934, Bardot creció en un entorno burgués y disciplinado, muy lejos de la imagen rebelde que más tarde encarnaría. Formada en danza clásica, su belleza precoz la llevó a posar para revistas de moda siendo aún adolescente. El destino quiso que una de esas portadas cayera en manos del director Roger Vadim, quien la convertiría en protagonista de Y Dios creó a la mujer (1956), la película que la lanzó al estrellato mundial.
Aquel filme no solo reveló a una actriz, sino que sacudió los cimientos morales de la época. Bardot representaba una sensualidad natural, libre, ajena a la culpa y al artificio. En pantalla no interpretaba tanto a personajes como a sí misma: una mujer que vivía según sus deseos e ideas, sin pedir permiso. En pocos años se convirtió en símbolo sexual, musa de fotógrafos, inspiración de diseñadores y obsesión de millones de espectadores.
Durante su carrera trabajó con algunos de los grandes nombres del cine europeo, como Jean-Luc Godard (El desprecio), Henri-Georges Clouzot y Louis Malle. Sin embargo, la fama tuvo un coste. Bardot siempre habló abiertamente del peso insoportable de la exposición mediática, de la falta de intimidad y de una industria que la reducía a un objeto de deseo. En 1973, con solo 39 años, tomó una decisión radical: se retiró definitivamente del cine.
Lejos de los focos, encontró una nueva causa vital. En 1986 creó la Fundación Brigitte Bardot, dedicada a la protección de los animales, lucha que marcaría el resto de su vida. Desde entonces fue una voz firme —a veces incómoda, a menudo polémica— contra el maltrato animal, la caza y la explotación industrial. Su compromiso fue absoluto, incluso cuando sus declaraciones públicas generaron fuertes críticas y controversias.
Brigitte Bardot nunca buscó ser ejemplar ni complaciente. Vivió con intensidad, contradicciones y una feroz independencia. Fue adorada y cuestionada, imitada y juzgada, pero jamás ignorada, y eso es lo importante. Su imagen —el cabello rubio despeinado, la mirada felina, el bikini, la libertad sin concesiones— sigue siendo parte del imaginario colectivo y lo será por mucho tiempo.
Con su muerte desaparece la última gran diva del cine europeo clásico, una mujer que cambió la manera de mirar, de desear y de ser mujer en la pantalla. Pero su legado permanece: en el cine, en la moda, en la cultura popular y en cada causa que defendió con la misma pasión con la que vivió. Todo un mito. Descanse en paz.


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