69 SEMINCI: Crónica Segunda Jornada Sección Oficial (Sábado, 19 de octubre)
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| Foto Alonso Curiel |
69 SEMINCI: Crónica Segunda Jornada Sección Oficial (Sábado, 19 de octubre)
La segunda jornada de la 69 Edición de SEMINCI regaló a los espectadores una cinta extraordinaria que se coloca entre las favoritas para llevarse la Espiga de Oro que se entregará el próximo sábado 26 de octubre.
De extenso metraje, 215 minutos, aunque se hacen sorprendentemente cortos, la cinta interesa y emociona gracias a un guion estupendo escrito por Mona Fastvold y el propio director, unas interpretaciones excepcionales llenas de profundidad y verdad, y por una dirección artística muy cuidada. Un biopic de ficción clásico, tan dramático como elegante que no pasa desapercibido, que ya consiguió este año el León de plata en Venecia para su director, y del que no tiene que asustar a los espectadores su larga duración. Cinta de arquitectura y arquitectos, asunto que no se ha tratado demasiado en el cine, y que engrosa la lista de grandes películas sobre este tema.
El debut en la dirección de Ariane Labed
Con no tan buen resultado son las otras tres producciones que se proyectaron este sábado en la Sección Oficial a Concurso.
Septiembre dice es la ópera prima de la reconocida actriz francesa, aunque nacida en Grecia, Ariane Labed, pareja del director griego Yorgos Lanthimos. De coproducción irlandesa, británica y alemana, la película narra una historia perturbadora de terror psicológico, desasosegante, con momentos violentos, acerca de dos hermanas, July y Septiembre, con carecteres diferentes, pero muy unidas que viven con su madre soltera. Cuando las tres se refugian en un antigua casa de vacaciones en Irlanda tras ser Septiembre expulsada del colegio, la relación entre ellas comenzará a empeorar.
La cinta posee un inicio interesante, prometedor, pero pronto se desinfla y descarrila por caminos poco convincentes. Desafortunado debut de Labed con un cinta que se podría definir como desagradable.
El siguiente film a competeción fue La Cocina, el tercer trabajo del versátil director Alonso Ruizpalacios (1978), uno de los cineastas actuales mexicanos de referencia, y que ha realizado series, videos musicales, cortometrajes, documentales, largometrajes; un todoterreno. De coproducción mexicana-norteamericana, y rodada en un poderoso blanco y negro, destaca en esta cinta social la denuncia que realiza sobre las condiciones de trabajo de los inmigrantes en la hostelería de Estados Unidos.
Cuenta la historia de Pedro, un joven cocinero sin papeles, que trabaja en Manhattan, en el restaurante The Grill. Está enamorado de Julia, una camarera que no acaba de comprometerse. Un día desaparece una cantidad de dinero de la caja del restaurante, y el principal sospechoso será Pedro.
El cine social es necesario, el cine que denuncia las injusticias del mundo en el que vivimos. Y ya solo por eso, merece ver esta potente historia, aunque el director no logra desarrollar todo lo que puede dar de sí. Destaca también su creación de imágenes.
Por último, Grand Tour, la novena película del portugués Miguel Gomes (1972). Ambientada en 1917, en Rangún, Birmania, y rodada en un elegante blanco y negro, aunque con momentos de color cuando el cineasta plasma la actualidad, cuenta la peculiar historia de Edward, un funcionario del Imperio Británico que huye de su prometida Molly el día en que ella llega para casarse con él. La cinta sigue a este personaje vacío y melancólico en su huida por tierras asiáticas, mientras la prometida no dejará de perseguirlo.
Lo más destacable es la belleza de muchas de las imágenes que crea el director a través del recorrido por Asia. Es un homenaje a este territorio, como lo es también al cine asiático. Pero una película es mucho más, debe ser mucho más, y por ello este espectador se desinteresa por la falta de un verdadero conflicto, y así se vuelve tediosa con un ritmo lento e insoportable, tan vacía como la vida de este personaje. Gomes ha querido hacer una cinta adoptando el ritmo y el estilo asiático, pero solo se queda en un homenaje aburrido y que se olvida pronto. No está a la altura de la estupenda trilogía en la que adaptaba libremente Las Mil y una noches que el cinéfilo recuerda con mucho placer.
También puedes leer la crónica de la primera jornada pinchando aquí:
https://andaresdeescritor.blogspot.com/2024/10/69-seminci-cronica-primera-jornada.html?m=1
Muchas gracias por esta info tan detallada, Jorge, y muchísimas felicidades. Estás haciendo un trabajo magnífico y admirable.
ResponderEliminarMe apunto The Brutalist, ya que por lo que nos cuentas, quizá sea la que más merece la pena, y le daré una oportunidad a La cocina. Me ha despertado cierto interés.
¡Un abrazo grande y continúa disfrutando! 😘
Muchas gracias por tus palabras, Jezabel; eres muy amable. ¡Te lo agradezco mucho!
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