"Los Sueños del pequeño tartamudo", el nuevo libro de Miguel Asensio

Se presenta en la Feria del Libro de Valladolid el domingo 2 de junio a las 18,50, en el Círculo de Recreo-Rte. 1844 (C/ Duque de la Victoria, 6)


Miguel Asensio con su nuevo libro. Foto Alonso Curiel


                  MIGUEL ASENSIO:

"He tratado de ocultar mi trastorno del habla durante toda mi vida"


                                   Por Jorge Alonso Curiel 

                                    

Cambia de registro en su nueva novela el vallisoletano Miguel Asensio (1969). De libros llenos de humor, acción y tramas rocambolescas, ahora entrega Los Sueños del pequeño tartamudo (Ed.La Sombra de Caín), una narración basada en su propia historia real de niño con problemas en el habla en la difícil España de los años 70 y 80. Un relato profundo, conmovedor, una vuelta al pasado para hablar de su familia, y un reflejo de cómo era nuestro país y de lo que sucedía en aquellas décadas tan cruciales. Una radiografía necesaria también del bullying, y del sufrimiento que padecían (siguen padeciendo) los niños con esta peculiaridad a la hora de expresarse. Asensio ha sentido la necesidad de mirar atrás y ha perdido el pudor a mostrarse, a hablar de la disfemia que ha intentado ocultar durante toda su vida y que le ha condicionado su propio camino: "He decidido que es la hora de poder decir lo que quiera sin ser juzgado o burlado", asegura. Y lo lleva a cabo en este libro contra la intolerancia y a favor del respeto.


PREGUNTA. Los Sueños del pequeño tartamudo, tu nuevo libro publicado, el décimo en tu ya larga trayectoria literaria que comenzó en 2010. ¿Sientes la misma alegría al verlo en las librerías como cuando publicaste el primero?

RESPUESTA. Por supuesto. Encontrar uno de tus trabajos en un escaparate sigue siendo una agradable sorpresa, y sobre todo admiro y agradezco el trabajo que hacen los libreros por venderlo. También hay que admitir que los escritores, que a veces seguimos siendo humanos, caemos, como cualquiera de nuestra especie, en querer superarnos y en llegar cada vez a más gente, y en tomar como normal lo que antes era extraordinario. Por eso, hoy en día, cuando veo mis publicaciones en las librerías, espero que se vendan mucho para poder seguir escribiendo y contando historias.

PREGUNTA. Se trata de un libro especial en tu carrera. Narra la dura infancia de un niño de una familia vallisoletana de clase obrera en los años 70 y 80. La peculiaridad de este niño es que sufre problemas de disfemia o tartamudez. Al inicio del libro se dice que está basado en una historia real. ¿Cuánto hay de tu vida en estas páginas?

RESPUESTA. En el pequeño tartamudo hay mucho de mí. Es una novela escrita a base de recuerdos. Y también es la historia de miles de niños y de niñas que ven que su vida va a ser extraordinariamente difícil por tener un trastorno del habla. Está muy claro que en un ambiente amenazado por el bullying el tartamudo es una víctima segura. También con esta historia he querido saldar una deuda con mi padre. Murió tan joven que no nos dio tiempo a nada.

He perdido muchas oportunidades de estudio, de trabajo, e incluso afectivas por no poder expresarme correctamente

PREGUNTA. ¿Por qué ahora, y no antes, esta necesidad de mirar al pasado, de escribir sobre aquel tiempo y esos hechos?

RESPUESTA. ¿Por qué ahora? He tratado de ocultar mi trastorno del habla durante toda mi vida. Muchas veces no lo he logrado y otras he tenido suerte. He perdido muchas oportunidades de estudio, de trabajo, e incluso afectivas por no poder expresarme correctamente. He abandonado tantas cosas simplemente por vergüenza a ser descubierto que siento que he desperdiciado mucho más de la mitad de mis posibilidades de ser lo que podría haber sido. Ahora, a mi edad, uno pierde todo el pudor. He decidido que es la hora de poder decir lo que quiera sin ser juzgado o burlado. He de decir también que el haber llegado al momento histórico de sensibilidad actual tiene mucho que ver con los que pasamos los de mi generación. Había demasiado pudor en la sociedad. La herencia nos aconsejaba ser silenciosos. No llamar la atención para no ser objetivo de nada.


Foto Alonso Curiel 



PREGUNTA. ¿Cuál es la gran diferencia entre aquellos años y los momentos en los que vivimos? ¿Echas de menos algo de aquella manera de vida?

RESPUESTA. ¿Echar de menos? No lo sé. Soy un incondicional de los recuerdos, pero asumo que no hay posibilidad de volver. Había tantas cosas que no me gustaría volver a soportar… Se echa de menos a los que nos dejaron para siempre; y a veces, solo a veces, la ingenuidad con la que aceptábamos ciertas cosas bajo amenaza de ser machacado socialmente si te oponías. Éramos felices por ignorancia. Ha pasado el tiempo y hemos crecido, y nos hemos convertido en infelices por exceso de información. La diferencia es que hemos perdido todos la careta. Antes disimulábamos.

La tartamudez, un asunto limitante

PREGUNTA. El niño protagonista, por esta peculiaridad en el habla y como ya has dicho, sufre acoso o bullying. El bullying, un asunto terrible, que puede marcar una vida, y que, por suerte, ahora las instituciones y la sociedad se van tomando en serio. Leyendo el libro, el lector se estremece por momentos con el dolor de este niño. Explícanos qué se crea en la mente de un niño con tartamudez.

RESPUESTA. Crecimos asimilando que las burlas o palizas de compañeros eran solo “cosas de críos"; que los tortazos, reglazos, capones o tiradas de orejas de algunos profesores solo eran formas necesarias para crecer como persona, y la pasividad de maestros y padres eran actitudes normales. La única actitud posible era estar callado, no abrir la boca. Como he dicho antes, en la escala de posibles víctimas de acoso o bullying está el tartamudo. En nuestra sociedad el habla es fundamental para la comunicación. En cuanto los que ejercen el acoso ven que alguien se traba al leer o relatar en cualquier actividad dentro o fuera del colegio van a por él. Es el objetivo fácil. Cuando un tartamudo sale de su zona de confort y entra en un espacio hostil donde otros intentan ridiculizarle, pierde toda oportunidad de expresarse, de discutir, de repeler una agresión verbal. Nadie puede ponerse en el lugar de un tartamudo. Puedes llegar a pasarlo tan mal que puedas querer autolesionarte, e incluso acabar con tu vida. Es tal la presión a la que te pueden llegar a someter que lo único que deseas es huir, desaparecer. Los niños y niñas con grandes problemas en el habla pierden muchas de las vías que se les presentan de progresar en la vida, de tener una titulación, un buen trabajo, de ser acogidos en un grupo social, llevándoles en ocasiones a la  marginalidad, a pesar de ser dueños de una excelente capacidad intelectual, a la enfermedad mental e incluso al suicidio.

Nuestra sociedad camina hacia la sublimación del más fuerte, del más rico, del más oportunista, y denigra al pobre

PREGUNTA. ¿Crees, Miguel, que el acoso y el maltrato hacia los más débiles y los diferentes, en todas sus variantes, se solucionará en algún momento? ¿El futuro será mejor?

RESPUESTA. Aunque cada vez nos lamentamos más de las desgracias ajenas y surgen multitud de instituciones en apoyo a cualquier discapacidad, en general, nuestra sociedad camina hacia la sublimación del más fuerte, del más rico, del más oportunista, y denigra al pobre, al que no pudo llegar, por diversas circunstancias, a ser el mejor. Es una distopía real con matices alegres.


Foto Alonso Curiel 



PREGUNTA. Tus anteriores libros son distintos a este. Están marcados por el humor y la acción, con tramas muy elaboradas. En Los Sueños del pequeño tartamudo, como hemos dicho, el tono es más grave, con cierta desolación y amargura. ¿Te ha gustado haber cambiado el registro? ¿Volverás en siguientes libros al tono anterior?

RESPUESTA. Sí, he cambiado de registro, pero en Los sueños del pequeño tartamudo también recurro a las anécdotas divertidas y situaciones caóticas. No todo puede ser lamentable. Queremos leer historias fatales y en ocasiones hundimientos completos. Es cierto que empecé escribiendo increíbles historias de humor, acción y sangre, y en ellas me encuentro muy cómodo porque no tengo que ceñirme a ninguna medida real. La vida tiene multitud de momentos maravillosos, pero pesan mucho más los trágicos. Y mi literatura llena las páginas en blanco dependiendo del humor que me embargue ese día. No te puedo decir cuál será lo próximo en mi camino.

PREGUNTA. Por último, Miguel, ¿qué les dirías, aparte de que lean tu libro, a todos aquellos que sufren cualquier tipo de maltrato? ¿A todos aquellos que son diferentes y son atacados y marginados por ello?

RESPUESTA. Nunca fui bueno para dar consejos; tampoco soy bueno utilizando los que recibo. Aun así he de reconocer que las cosas han mejorado en este aspecto con los años y la sensibilidad social. Por ello tienen más sencillo contárselo a alguien: a sus padres, a la policía, a sus amigos y profesores, por ejemplo. Deben saber que el acoso es un delito. Que nadie puede burlarse de nadie y que tienen muchas herramientas para luchar contra los acosadores. A los que ejercen el bullying le diré que serán los culpables de cualquier mal que les ocurra a sus víctimas.  


Foto Alonso Curiel 

   


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