La Inmensa grandeza de la Poesía Breve. Ejemplos de Poesía Breve en la literatura en español
La Inmensa grandeza de la
Poesía Breve
Un acercamiento a este tipo de poesía llena de hondo lirismo
Hay que celebrar que desde hace unos años el género del microrrelato esté teniendo un auge espectacular, y que muchos escritores, o incipientes escritores o aficionados a escribir, cultiven este género tan interesante como agradable. Hay distintas opiniones sobre cuál es la longitud que debe tener un relato para poder denominarlo de esta forma; hay distintas opiniones, pero creo que no debería sobrepasar las 250 palabras, o como mucho un folio entero. Pero no es necesario que se extienda en todo un folio, porque el microrrelato puede tener muchas menos palabras, y hasta llegar solo a constar de una sola línea, y a estos se los denomina como relatos hiperbreves o nanorrelatos.
Pero hoy
voy a reivindicar otro género que tiene relación y que merece tanto
reconocimiento por su riqueza expresiva y por su capacidad de sugerencia como
el microrrelato. Me refiero a los poemas breves o hiperbreves.
La alta
calidad literaria y la emoción se pueden conseguir también con unos pocos versos, en poemas cortos (a veces también con tan solo uno), y tenemos ejemplos magníficos, puras joyitas
preciosas repletas de encanto, en nuestra literatura de habla hispana. Hay que
recordar que la brevedad en literatura no es sinónimo de pereza o de acabar el
trabajo cuanto antes y pasar a otra labor literaria supuestamente más
importante o de más enjundia. Lograr esa síntesis genial llena de pensamiento y
emoción, y que al lector no le sean necesarias más palabras, es una tarea difícil
de conseguir y no todos los escritores están capacitados para ello. Se podría
afirmar que es una labor más complicada escribir en corto, aunque el debate
siempre estará abierto.
Ejemplos maravillosos de Poesía Breve
Vamos a
poner ejemplos de este tipo de poesía. Y solo lo haré en este caso de lo que se
ha escrito en el siglo XX y durante este siglo XXI, por escribir de lo más
cercano en el tiempo, aunque en los siglos anteriores también existen
innumerables ejemplos (como los del Cancionero o Lírica Popular Tradicional
Española que recoge poemillas desde la Edad Media hasta el siglo XVII, o los de
la Poesía Tradicional China) que recogeré, quizá, en otro artículo.
Comienzo
con el célebre poeta argentino Juan
Gelman (Buenos Aires, 1930- Ciudad de México, 2014). Fíjense en este
delicioso poemita que no tiene título:
Eres mi única palabra:
No sé
tu nombre.
Es
rotundo y está lleno de sentimiento. Es el amor por una desconocida que lo es
todo para él. No es necesario nada más.
No
abandonemos el tema amoroso. El reconocido poeta Luis Alberto de Cuenca (Madrid, 1950) tiene uno titulado Dedicatoria, de su libro El Puente de la espada, en el que se
comprueba el amor profundo e idealizado por la amada. Ella como una diosa que
de todo es capaz, como centro del universo y de la creación. Como motor creador
de la vida:
La tierra estaba seca.
No había ríos
ni fuentes.
Y brotó de tus ojos
el agua, toda el agua.
Cambiemos
de tema. Antonio Martínez Sarrión (Albacete,
1939), poeta, autor de dietarios, traductor y cinéfilo empedernido habla de la
pérdida en este poema que abre las
puertas a la imaginación:
No poco conseguí.
Lo perdí todo.
No se
puede decir tanto con tan pocos elementos. Es el triunfo de la concreción y la
economía.
El
siguiente es Pío Baroja (San Sebastián,
1872 - Madrid, 1956). Puede sorprender que incluya aquí al gran novelista y
autor de relatos vasco, y del que se cree que no escribió nunca ningún poema.
Fueron muy pocos los que salieron de su pluma, y como muestra tenemos el
siguiente:
Esas tardes del Retiro,
en pleno mes de noviembre,
me dan la impresión romántica
de un mundo que desfallece.
El
lector entiende lo que es el romanticismo y el simbolismo sin tener que leer
largos manuales que se lo intenten explicar. Además, el poema rebosa sensorialidad:
logra que sintamos el frío, la humedad y hasta la niebla, siempre tan enigmática
y misteriosa, que nos trae el penúltimo mes del año en esta parte de España.
También
existen poemas breves llenos de angustia y amargura, muy desoladores, que
llegan a formarnos un nudo en la garganta. Alejandra
Pizarnik (Avellaneda, 1936 - Buenos Aires, 1972):
Me dicen
tienes la vida por delante
pero yo miro
y no veo nada.
Y más
cuando el lector sabe que esta estupenda escritora de culto argentina se suicidó
en plena juventud, al cumplir los 36 años, y dejándonos el regalo de una obra
imperecedera y llena de incomprensión y verdad.
Más ejemplos estupendos de Poesía Breve
De Francisco Castaño (Salamanca, 1951), un
poemita algo más alegre y que reflexiona sobre la belleza. Se titula Le regret d´un faune, y dice así:
No hay nada más hermoso
que una mujer hermosa
ajena a su hermosura.
Si eso fuera posible.
Se llama
Karmelo C. Iribarren (San Sebastián,
1959). Es uno de los poetas actuales más queridos y leídos por los lectores de
poesía. De su libro de 2017 Mientras me
alejo, el titulado Septiembre. No
se puede lograr mayor hondura, emoción y melancolía:
Tú en la playa
recogiendo
y el mar desesperado.
Y uno más
del mismo volumen, sobre el doloroso siempre desamor o la ausencia, y bastante
melancólico, Así termina a veces el amor:
En las paredes,
donde estuvieron sus fotos,
quedan aún manchas blancas.
Parecen pequeñas lápidas.
La casa toda un cementerio.
Como penúltima
muestra de esta poesía hiperbreve, reproduzco uno del poeta y escritor de
origen británico pero residente en España Roger
Wolfe (Westerham, Kent, 1962), y que junto a Karmelo C. Iribarren, son representantes de la poesía más clara,
sencilla, emocionante y urbana, del llamado realismo sucio. Titulado Tensa el arco, estos versos parecen toda
una poética:
La poesía;
una ballesta.
Y en el punto de
mira,
un corazón.
Y el último
poema, y si me lo permiten, es de cosecha propia, de mi libro de 2016 Reflejos en el cristal cotidiano (Ed. Playa de Ákaba). Mélancolie:
Palabras dichas y dadas
parecen estas hojas del otoño
que se lleva el viento.
Hasta
aquí un repaso, no extenso, a este tipo de literatura minimalista, a este tipo
de poesía breve, que, como se ha comprobado, alcanza cotas muy altas de hondo
lirismo y profundidad. Todo un manjar para los lectores que siempre nos está
esperando en cualquier librería.
Una recopilación deliciosa de la que deberían aprender quienes conciben la literatura como el arte de escribir mamotretos. Hoy, leyendo el Suplemento Arte y Letras del Información, había una novela de 700 páginas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, querido José Antonio. Las pocas palabras pueden decir mucho, y a veces no hacen falta más. Lo breve es un festín jugoso, y tú lo sabes bien. Un enorme abrazo.
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