La Inmensa grandeza de la Poesía Breve. Ejemplos de Poesía Breve en la literatura en español

 


          

La  Inmensa grandeza de la

Poesía Breve                                          

Un acercamiento a este tipo de poesía llena de hondo lirismo                     

  

                                    Por Jorge Alonso Curiel

 

Hay que celebrar que desde hace unos años el género del microrrelato esté teniendo un auge espectacular, y que muchos escritores, o incipientes escritores o aficionados a escribir, cultiven este género tan interesante como agradable. Hay distintas opiniones sobre cuál es la longitud que debe tener un relato para poder denominarlo de esta forma; hay distintas opiniones, pero creo que no debería sobrepasar las 250 palabras, o como mucho un folio entero. Pero no es necesario que se extienda en todo un folio, porque el microrrelato puede tener muchas menos palabras, y hasta llegar solo a constar de una sola línea, y a estos se los denomina como relatos hiperbreves o nanorrelatos.

Pero hoy voy a reivindicar otro género que tiene relación y que merece tanto reconocimiento por su riqueza expresiva y por su capacidad de sugerencia como el microrrelato. Me refiero a los poemas breves o hiperbreves.

La alta calidad literaria y la emoción se pueden conseguir también con unos pocos versos, en poemas cortos (a veces también con tan solo uno), y tenemos ejemplos magníficos, puras joyitas preciosas repletas de encanto, en nuestra literatura de habla hispana. Hay que recordar que la brevedad en literatura no es sinónimo de pereza o de acabar el trabajo cuanto antes y pasar a otra labor literaria supuestamente más importante o de más enjundia. Lograr esa síntesis genial llena de pensamiento y emoción, y que al lector no le sean necesarias más palabras, es una tarea difícil de conseguir y no todos los escritores están capacitados para ello. Se podría afirmar que es una labor más complicada escribir en corto, aunque el debate siempre estará abierto.

 

Ejemplos maravillosos de Poesía Breve

 

Vamos a poner ejemplos de este tipo de poesía. Y solo lo haré en este caso de lo que se ha escrito en el siglo XX y durante este siglo XXI, por escribir de lo más cercano en el tiempo, aunque en los siglos anteriores también existen innumerables ejemplos (como los del Cancionero o Lírica Popular Tradicional Española que recoge poemillas desde la Edad Media hasta el siglo XVII, o los de la Poesía Tradicional China) que recogeré, quizá, en otro artículo.

Comienzo con el célebre poeta argentino Juan Gelman (Buenos Aires, 1930- Ciudad de México, 2014). Fíjense en este delicioso poemita que no tiene título:

 

                                          Eres mi única palabra:

                                          No sé tu nombre.

 

Es rotundo y está lleno de sentimiento. Es el amor por una desconocida que lo es todo para él. No es necesario nada más.

No abandonemos el tema amoroso. El reconocido poeta Luis Alberto de Cuenca (Madrid, 1950) tiene uno titulado Dedicatoria, de su libro El Puente de la espada, en el que se comprueba el amor profundo e idealizado por la amada. Ella como una diosa que de todo es capaz, como centro del universo y de la creación. Como motor creador de la vida:

 

                                           La tierra estaba seca.

                                           No había ríos ni fuentes.

                                           Y brotó de tus ojos

                                           el agua, toda el agua.

 

Cambiemos de tema. Antonio Martínez Sarrión (Albacete, 1939), poeta, autor de dietarios, traductor y cinéfilo empedernido habla de la pérdida en este poema  que abre las puertas a la imaginación:

 

                                                 No poco conseguí.

                                                 Lo perdí todo.

 

No se puede decir tanto con tan pocos elementos. Es el triunfo de la concreción y la economía.

El siguiente es Pío Baroja (San Sebastián, 1872 - Madrid, 1956). Puede sorprender que incluya aquí al gran novelista y autor de relatos vasco, y del que se cree que no escribió nunca ningún poema. Fueron muy pocos los que salieron de su pluma, y como muestra tenemos el siguiente:

 

                                 Esas tardes del Retiro,

                                 en pleno mes de noviembre,

                                 me dan la impresión romántica

                                 de un mundo que desfallece.

 

El lector entiende lo que es el romanticismo y el simbolismo sin tener que leer largos manuales que se lo intenten explicar. Además, el poema rebosa sensorialidad: logra que sintamos el frío, la humedad y hasta la niebla, siempre tan enigmática y misteriosa, que nos trae el penúltimo mes del año en esta parte de España.

También existen poemas breves llenos de angustia y amargura, muy desoladores, que llegan a formarnos un nudo en la garganta. Alejandra Pizarnik (Avellaneda, 1936 - Buenos Aires, 1972):

 

                                          Me dicen

                                          tienes la vida por delante

                                          pero yo miro

                                          y no veo nada.

 

Y más cuando el lector sabe que esta estupenda escritora de culto argentina se suicidó en plena juventud, al cumplir los 36 años, y dejándonos el regalo de una obra imperecedera y llena de incomprensión y verdad.

 

Más ejemplos estupendos de Poesía Breve

 

De Francisco Castaño (Salamanca, 1951), un poemita algo más alegre y que reflexiona sobre la belleza. Se titula Le regret d´un faune, y dice así:

 

                                      No hay nada más hermoso

                                      que una mujer hermosa

                                      ajena a su hermosura.

                                      Si eso fuera posible.

 

Se llama Karmelo C. Iribarren (San Sebastián, 1959). Es uno de los poetas actuales más queridos y leídos por los lectores de poesía. De su libro de 2017 Mientras me alejo, el titulado Septiembre. No se puede lograr mayor hondura, emoción y melancolía:

 

                                             Tú en la playa

                                              recogiendo

                                              y el mar desesperado.

 

Y uno más del mismo volumen, sobre el doloroso siempre desamor o la ausencia, y bastante melancólico, Así termina a veces el amor:

 

                                En las paredes,

                                donde estuvieron sus fotos,

                                quedan aún manchas blancas.

                                Parecen pequeñas lápidas.

                                La casa toda un cementerio.

 

Como penúltima muestra de esta poesía hiperbreve, reproduzco uno del poeta y escritor de origen británico pero residente en España Roger Wolfe (Westerham, Kent, 1962), y que junto a Karmelo C. Iribarren, son representantes de la poesía más clara, sencilla, emocionante y urbana, del llamado realismo sucio. Titulado Tensa el arco, estos versos parecen toda una poética:

 

                                                 La poesía;

                                                 una ballesta.

                                                 Y en el punto de mira,

                                                 un corazón.

 

Y el último poema, y si me lo permiten, es de cosecha propia, de mi libro de 2016 Reflejos en el cristal cotidiano (Ed. Playa de Ákaba). Mélancolie:

 

                                Palabras dichas y dadas

                                parecen estas hojas del otoño

                                que se lleva el viento.

 

Hasta aquí un repaso, no extenso, a este tipo de literatura minimalista, a este tipo de poesía breve, que, como se ha comprobado, alcanza cotas muy altas de hondo lirismo y profundidad. Todo un manjar para los lectores que siempre nos está esperando en cualquier librería.

 

                                                

                                               

 

 

 

Comentarios

  1. Una recopilación deliciosa de la que deberían aprender quienes conciben la literatura como el arte de escribir mamotretos. Hoy, leyendo el Suplemento Arte y Letras del Información, había una novela de 700 páginas.

    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias, querido José Antonio. Las pocas palabras pueden decir mucho, y a veces no hacen falta más. Lo breve es un festín jugoso, y tú lo sabes bien. Un enorme abrazo.

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