Crítica de "As Bestas", de Rodrigo Sorogoyen: Un puñetazo de Infierno rural
Uno de los protagonistas del quinto largometraje de Rodrigo Sorogoyen es el silencio. Un silencio inquietante y profundo que reside por muchas escenas y parajes de la cinta; y el otro silencio, el que provoca en los espectadores y que está lleno de desasosiego, de mucho desasosiego.
As Bestas es una cinta dura, sobria, rotunda y descarnada, un golpe terriblemente humano de alto voltaje emocional. Se trata de un thriller psicológico rural o una cinta de terror, porque parece una historia sacada de una pesadilla, o incluso un western que recuerda a Sin Perdón, de Clint Eastwood, como el propio Sorogoyen ha afirmado. Basada en un hecho real sobre el caso del holandés Martin Verfondern que, junto a su mujer, se instaló en Santoalla (Petín), una aldea interior de Galicia, donde se dedicaban pacíficamente a la agricultura ecológica, pero que pronto sus vidas cambiaron al entrar en conflicto con la familia Anta (los dos hermanos y su madre), quienes les reprochan que no den su permiso a una empresa eléctrica que quiere instalar aerogeneradores en los montes comunales que darían un importante dinero a los habitantes, y que para ello se necesita que todos los lugareños lo aprueben. El periódico El País publicó varios reportajes sobre este caso tan interesante y tan brutal con un final tan trágico. En la película se cambia el origen del matrimonio; tienen nacionalidad francesa.
Pueblo pequeño, infierno grande
Otro protagonista del film es el entorno, el paisaje que tanta importancia tiene en la historia. Ambientada en la Galicia rural, aunque realmente rodada en El Bierzo leonés, Sorogoyen consigue que el espectador sienta físicamente todo aquel entorno; te moja la lluvia, se huele la tierra, a los animales, se sufre con el frío, y mucha culpa no solo la tiene la manera tan potente llena de sensorialidad y fisicidad de rodar del director, también lo logra por la oscura, dura y fría fotografía de Álex de Pablo con la que consigue que esta película sea todo un impacto. Pero el entorno tiene una gran importancia también porque entendemos lo que provoca en los lugareños este territorio de la España vaciada: la falta de futuro, la escasez de dinero realizando tareas agrícolas y ganaderas, el tedio y el aburrimiento.
Y otros de los grandes protagonistas de As Bestas son los personajes que rezuman verdad y conflicto. Todos y cada uno de los actores realizan un trabajo portentoso, no se puede pensar esta historia sin ellos, y este es el mejor elogio que se puede decir de un actor. El matrimonio interpretado por Marina Fois y Denis Ménochet (y la hija interpretada por Marie Colomb que aparecerá avanzada la película) encarnan la tragedia y el acoso, porque es una verdadera tragedia, consiguiendo que el espectador se meta en su piel y empatice sintiendo su miedo y su creciente paranoia. Los integrantes de la familia Anta (Luis Zahera, Diego Anido y Luisa Merelas) personifican cada uno a su manera, pero dentro de la contención más inquietante, la crueldad, la maldad y la sordidez del interés más vil y deshumanizado de una manera verosímil y llena de matices.
Sorogoyen e Isabel Peña, con quien escribe habitualmente sus guiones, logran un guion medido sobre una historia de la España negra, en el que se alternan los momentos de calma, que son los dialogados, con los de más acción, en una cinta en la que el director centra mucha de la atención en los personajes, como siempre ha acostumbrado en su filmografía, logrando unos retratos humanos destacables, certeros e inolvidables. Como inolvidables son también los personajes de sus anteriores cintas como Que Dios nos perdone, soberbio thriller sobre dos policías (Antonio de la Torre y Roberto Álamo) que investigan los asesinatos de un criminal de ancianas; o aquella madre (Marta Nieto) en Madre, ese drama que narra la profunda herida de una mujer que pierde a su hijo; o al político corrupto (Antonio de la Torre) de El Reino; o a esos dos seres de esa pareja tan especial (Javier Pereira y Aura Garrido) de Stockholm, su primera película. Pero también los de las series tan estupendas y tan exitosas que ha dirigido, como Antidisturbios o Apagón, entre otras.
Rodrigo Sorogoyen demuestra de nuevo que es un narrador cinematográfico con auténtico nervio narrativo y visual que sabe llegar a los espectadores; un cineasta de una solidez incuestionable, de pura raza, que posee talento para mostrar el conflicto, el drama y la complejidad del ser humano, pero también la acción, la intriga y el suspense.
Este drama rural tenebroso e intenso hasta el sobrecogimiento, que fue rodado en francés, español y gallego y que se proyecta sin doblaje y con subtítulos, ya ha conseguido varios reconocimientos como el Premio del Público en el Festival de San Sebastián, y los de Mejor Película, Mejor Director y Mejor actor para Denis Ménochet en el Festival de Tokio. Se ha convertido en la cinta española del año, o en una de las más importantes del año, y se le avecinan muchos premios más y muchos espectadores abarrotando las salas para disfrutar de ella. Y aunque no sea una cinta que gustará a todos los públicos por sus momentos pausados o de narrativa calmada que no todos soportarán, espero que llene muchos de los cines de este país.
Ficha técnica:
Duración: 137 min.
Reparto: Marina Foïs, Denis Ménochet, Luis Zahera, Diego Anido, Marie Colomb, paisanos de Barjas y El Bierzo.
Guion: Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen.
Música: Olivier Arson.
Fotografía: Álex de Pablo.
Compañías: Coproducción España-Francia. Arcadia Motion Pictures, Caballo Films, Cronos Entertainment AIE, Le Pacte, RTVE, Movistar Plus+, Canal+, Ciné+.
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