Crítica de "Culpa": El drama de una mujer aislada en el monte
CRÍTICA DE "CULPA": EL DRAMA DE UNA MUJER AISLADA EN EL MONTE
Año: 2022.
Dirección: Ibon Cormenzana.
Guion: Ibon Cormenzana y Manuela Vellés.
Fotografía: Alejo Levis.
Música: Lucas Vidal.
La carrera de Ibon Cormenzana abarca varias facetas. Es muy conocida su larga y valiosa labor como productor con cintas como El Árbol de la Sangre, Mediterráneo (nominada al Goya como Mejor Largometraje en esta última edición) o esa joya que homenajea y revisita el cine mudo llamada Blancanieves (con la que consiguió el Goya de 2013). Pero también está su faceta como director, en la que revela una mirada interesante y siempre personal, y con la cual ya ha estrenado en salas nada menos que cinco largometrajes.
Tras La Cima, estrenada este marzo pasado de 2022, llega ahora Culpa, esa quinta cinta de este cineasta nacido en Bilbao en el año 72, este enamorado del cine, y en ella el espectador encuentra una apuesta atrevida y llena de crudeza e inquietud.
Narra la historia de una mujer que, tras volver una noche a su casa después de pasar un rato de juerga con amigos, y en ausencia de su marido por motivos laborales, tiene la sorpresa de la visita de uno de ellos con unas copas de más y con intenciones malévolas. La chica será violada en su propio apartamento, y a raíz de este suceso su vida cambiará radicalmente. Acuciada por la vergüenza y la culpa, huirá a la naturaleza, instalándose a vivir en una cabaña perdida, alejada por completo de todo su entorno, y hasta romperá la relación con su marido. Pero su pesadilla no terminará: intentando olvidar lo que le ha pasado, empezará a sentir crecer dentro de ella a un hijo fruto de aquella vil y cobarde violación.
La cámara, de manera realista, no se aparta casi ni un fotograma de esta mujer superada y rota. La actriz Manuela Vellés, pareja del director y que estaba realmente embarazada en las escenas en las que así aparece, construye de manera convincente, desde su fragilidad, coraje y decisión, un papel que rezuma dolor, desgarro, incredulidad y una culpabilidad que no debería tener por ningún motivo una mujer que ha sido forzada. Vellés es una estupenda actriz, y en este trabajo lo demuestra de nuevo, y además desde el silencio, en la soledad de la naturaleza, en una actuación contenida pero repleta de voz, llena de matices, de una mujer marcada pero audaz, independiente.
En sus 78 minutos de duración (y es de aplaudir que no la hayan alargado innecesariamente como se destila en estos tiempos ya que no le hace falta más), Culpa es una cinta tan sobria como llena de significado, tan atrevida como esencial, tan dura e impactante como sensible, que raspa las conciencias y que hace reflexionar sobre todas las consecuencias que conlleva un acto tan reprobable como una violación, e incluso sobre la sociedad en la que vivimos que es capaz de permitir situaciones como la que vive la inocente protagonista.
Escrita por el propio director y por Manuela Vellés, Culpa, esta pequeña obra de cámara, no deja indiferente, y siempre que se dice esto de una obra artística es un halago. Para bien o para mal, esta cinta independiente, claustrofóbica, que apuesta por el desasosiego y que recuerda en alguna medida al cine del austriaco Michael Haneke, no huye de la memoria del espectador. Una cinta de la que no se puede negar su atrevimiento, su libertad a la hora de tratar un tema controvertido que tantas consecuencias origina, su buena dirección, la destacable labor de Manuela Vellés y un impactante plano-secuencia inicial; aunque, eso sí, le falta tal vez una mayor profundización en el sentimiento de culpabilidad en la protagonista para alcanzar un drama más intenso y redondo.
Merece verse este relato tan desgarradoramente humano y que abre de forma acertada un debate moral.
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