Recordando a Héroes del Silencio




                           Por Jorge Alonso Curiel 

Escucho ahora sus canciones y parece que el tiempo no hubiera pasado. Suenan igual que el día en el que salieron a la venta para todos sus seguidores. Y éramos muchos. Claro que sí.

Las canciones del grupo español Héroes del Silencio fueron la banda sonora de un montón de jóvenes desde finales de los 80 y hasta bien entrados los 90, cuando se separaron después de su cuarto y último disco titulado Avalancha. Vuelvo a escuchar ahora sus canciones, y como el gran arte, no ha pasado el tiempo por ellas; parecen haber sido hechas esta misma tarde. 

Melodías y letras surgidas de la noche y para la noche, extrañas, en las que brillan referencias literarias y una poesía marcada por el dolor y el desconcierto que provoca la realidad y teñida de cierta decadencia y existencialismo. Canciones que rezuman pérdida, melancolía, humanidad, romanticismo; con el sello poderoso e inigualable de ser una aventura necesaria para quienes las escuchan. Un grupo tan intenso como tierno, tan desgarrado y en pie de guerra como lírico, tan rotundo como poético, tan personal como universal, tan sensible y emocionante que se convirtió en un fenómeno musical y social.

Las escucho hoy, y sé que no me equivoqué, ni me equivoco. Que Héroes del Silencio nos hicieron mejores personas, más humanas, aunque más tristes y melancólicas, no admite dudas. Nos hicieron vibrar y pensar. Muchos jóvenes de aquellos días nos dormíamos en las terribles noches de invierno escuchando sus canciones, una y otra vez, una y otra vez. Hablaban de la derrota, del paso del tiempo, de desamor, sobre la necesidad de un refugio, de incomprensión... Una música fieramente humana; comprometida con nuestras debilidades.  

Tuve la suerte de verlos en un concierto en una noche fría de noviembre en un pueblo de Burgos, y en vivo tampoco defraudaban. Todos los jóvenes necesitan un grupo de referencia, y ese se convirtió el mío. Ellos fueron uno de mis refugios en aquellos años. Les agradezco que supieran hacer una música inquietante que nos alejó de la zozobra y que nos sirvió para sentirnos menos solos. Una música que quedará para siempre, porque sí hay cosas que duran para siempre.


Comentarios

  1. Me ocurrió algo parecido: tuve la sensación de que aquellas canciones hablaban de mí. Es un grupo que lo amas o lo odias. Aún hoy me sirven de refugio.

    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Me alegra muchísimo, José Antonio, porque sobre todo son un refugio que no defraudan. Una música inolvidable. Un fuerte abrazo.

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