SEMINCI 68 Edicion: Tercera Jornada (Lunes). Sección Oficial

 

SEMINCI 68 Edición: Tercera Jornada (Lunes). Sección Oficial 

Foto Alonso Curiel 

                          Por Jorge Alonso Curiel

Blanca Portillo con su Espiga de Honor. Foto Seminci 

El cine español siguió protagonizando este lunes la Sección Oficial de la 68 edición de SEMINCI. Además, la actriz española Blanca Portillo recogió la Espiga de Honor por toda su carrera en el teatro Calderón de Valladolid. 

El Amor de Andrea: Una adolescente que busca a su padre

Dentro de la Sección Oficial a concurso, se proyectó El Amor de Andrea, la séptima película de Manuel Martín Cuenca. Supone un punto de inflexión en su carrera cinematográfica en la que deja de lado la turbiedad, la oscuridad, el frío desgarro y los personajes inquietantes y desasosegantes que hasta ahora caracterizaban sus películas.    

Esta vez cuenta la historia, ambientada en la bahía de Cádiz, y con un guion que firma junto a Lola Mayo, de una niña necesitada de afecto que busca la reconciliación con un padre que se fue de casa. Es una obra más luminosa y realista, cercana, llena de ternura, delicadeza y buenos sentimientos, que es un canto de amor a la infancia y que habla de ausencias que causan dolor y vacío en seres que están creciendo y necesitan referentes y apoyo. 

El germen de la historia es una conversación que tuvo el director con la guionista Lola Mayo hace más de diez años, y que durante la pandemia empezó a tomar cuerpo. Con esta historia buscaban representar a la infancia "de una forma horizontal. No como futuros ciudadanos, sino como actuales personas", dijo la guionista durante la rueda de prensa posterior a la proyección, en la Sala de los Espejos del teatro Calderón de Valladolid.

En un nuevo acercamiento al mundo de la familia, en este cuento para todos los públicos, el director logra un relato lleno de sensibilidad que se ve con agrado, aunque no alcanza la altura de sus anteriores obras como Caníbal, La Flaqueza del Bolchevique, El Autor o La Hija. Se echa de menos el sello con el que tanto inquietaba e interesaba a los espectadores. No es suficiente lo que ofrece en esta nueva cinta.

Teresa: una Teresa de Jesús muy humana

Fuera de concurso, se proyectó Teresa, la cuarta cinta de Paula Ortiz (1979), de la que la semana pasada se estrenó en cines su acercamiento a Heminway en la adaptación que ha realizado de la última novela del escritor Al otro lado del río y entre los árboles. 

Basada en la obra teatral La Lengua en pedazos, de Juan Mayorga, la cinta es un acercamiento muy libre sobre la vida y la figura Teresa de Jesús. Teresa (Blanca Portillo) recibe la visita del inquisidor en el monasterio San José que tanto le costó fundar con sus hermanas. De este encuentro, dependerá lo que pase con ella, con el monasterio y con sus hermanas: la cárcel, la hoguera o la libertad.

Paula Ortiz (en el centro), Blanca Portillo (izquierda) y Asier Etxeandia (derecha) en la rueda de prensa. Foto Alonso Curiel 

La cinta indaga en Teresa como una mujer y mística llena de dudas, y en sus convicciones más profundas. "Para mí, el cine es el lugar en el que experimentar con todos los lenguajes", declaró en rueda de prensa Paula Ortiz en el Salón de los Espejos. Y no cabe duda de que es así. Su estilo tan reconocible ya lo disfrutaron los espectadores en su anterior cinta La Novia, aquella adaptación lorquiana de Bodas de Sangre. Sus películas son todo una experiencia emocional y sensorial, repleta de poesía visual y barroquismo, y que no deja de lado aspectos oníricos; todo un goce para los sentidos, que ya puede gustar o no, ya puede apabullar al espectador o no, pero de lo que no cabe duda es de que no deja indiferente. Es una cineasta con un estilo muy marcado.

Teresa, que tiene como base El Libro de la vida de la escritora abulense, es toda una potente experiencia estética y emocional para todo aquel que la vea. Pero también lo fue para Blanca Portillo y Asier Etxeandia, los actores protagonistas. "Teresa abrió cosas dentro de mí que sigo manteniendo, como esa capacidad de mirarse hacia dentro y no tener piedad consigo misma", declaró Blanca Portillo; mientras que Etxeandia calificó su trabajo como "una meditación". "Teresa es de todos, la duda es de todos y la búsqueda de lo sublime es de todos", explicó el actor bilbaíno que también protagonizara La Novia. 

De estreno en noviembre en las salas españolas, probablemente será una de las cintas del año y tendrá muchas papeletas para llevarse los grandes premios. Buena película, llena de fuerza, emoción y poesía, con grandes trabajos de los intérpretes, que recuerda a la concepción que tiene del cine Terence Malick o Julio Medem, y que gustará mucho a quienes entren en esta manera de hacer cine. Busca crear emoción y reflexión sin alejarse de los personajes, porque su cine está lleno de humanidad, y con su apuesta poética y su creación estética y visual que parte de lo más hondo de sus personajes, lo logra. Un total espectáculo. Una ópera impactante.

Desconocidos: La historia de un hombre en crisis

La última cinta a concurso fue Desconocidos, del premiado director británico Andrew Haigh (1973). En su quinto largometraje narra la peripecia de Adam, un guionista ensimismado y en crisis que conocerá a un misterioso vecino con el que entablará una relación. A partir de aquí, atormentado por su pasado, viaja a una localidad del extrarradio en la que pasó su infancia. Sorprendentemente, encontrará en la casa en la que creció a sus padres, con el mismo aspecto que tenían cuando murieron hace 30 años en un accidente de tráfico. 

Estrenada mundialmente en el Festival de Cine de Telluride (Estados Unidos), Desconocidos cuenta el viaje interior y catártico de este personaje. Es una historia triste, oscura, depresiva, basada en la novela del japonés Taichi Yamada. La idea de encontrar a los padres fallecidos y de arreglar cuentas pendientes tiene mucho interés y con ella se puede hacer una buena cinta. Pero la verdad es que Haigh logra que se salga de la sala con muchas dudas; por aspectos que pueden resultar confusos del guion y por la falta de verdadera fuerza de una historia que podría ofrecer mucho más. Destaca la banda sonora.