Entrevista a Jorge Alonso Curiel por su poemario "Las manos del sueño". Firmada por Pablo Oliva, para Globedia.com

 

Pablo Oliva, un vallisoletano que vive en Granada, bloguero y lector empedernido, me llamó hace unos días para hacerme una entrevista por mi último libro Las manos del sueño. El resultado es esta entrevista tan completa para el portal de contenidos Globedia.com, en la que se describe perfectamente el libro y a su autor, que soy yo. Te lo agradezco mucho, Pablo. 

Jorge Alonso Curiel: "Este libro es emoción y verdad; verdad de mí y de ti, que es al final lo mismo"

 

No podemos acercarnos a Valladolid como era nuestro deseo por la situación pandémica que sufrimos, y conversamos por teléfono con el escritor vallisoletano Jorge Alonso Curiel (1975) por la reciente publicación de su undécimo libro, el poemario Las manos del sueño, editado por el prestigioso sello Ediciones Vitruvio. Escritor prolífico, y que ha publicado en casi todos los géneros, esta última obra es su tercer poemario tras Es mejor el sueño (Babel Books Inc., 2007) y Reflejos en el cristal cotidiano (Playa de Ákaba, 2016), y se suma a una lista en la que se encuentran otros libros de relatos como Saber moverse (Ediciones Atlantis, 2016), La Noche del escaparate (Ediciones Atlantis, 2017) o Media Hora. Relatos eróticos y canallas (Apache Libros, 2018), u obras infantiles como Paisaje de Risas (Babel Books Inc., 2013), o a una versión lingüísticamente actualizada de El Lazarillo de Tormes (Babel Books Inc., 2014). Además, no hay que olvidarse de su faceta de crítico literario y cinematográfico que lleva a cabo en diferentes publicaciones, y su labor como articulista en diferentes periódicos.

 

–Bienvenido, Jorge, y enhorabuena por tu nuevo libro. Enhorabuena también por tu versatilidad, que es una de tus características como escritor, ya que has dado un giro completo con Las manos del sueño en relación con tu anterior obra Media Hora. Relatos eróticos y canallas. Este es un libro lleno de humor, desenfado y erotismo, y el poemario se define como una reflexión llena de claridad intimista que ahonda en la complejidad de nuestra condición mortal. La primera pregunta que te quiero hacer es por qué ese título, Las manos del sueño.

 

–Antes de nada, muchas gracias por tus palabras. El título nace de un poema del libro. En este breve poema se hace referencia de manera elegíaca a unas manos que el poeta sueña una noche y que pertenecen a una mujer que conoció y que ya no está en esta vida. Es un poema doloroso, quizá triste, pero lleno de emoción, asombro, ternura y pureza. Y creo que resume muy bien el libro y mi poesía: esas manos representan la dificultad de entender nuestra condición tan frágil y contradictoria, en todos los aspectos, y el desengaño que nos produce una realidad que no acabamos de comprender y que nos hiere.

 

–Es tu tercer poemario, ¿en qué le diferenciarías de tus dos anteriores?

 

–Los tres tienen un estilo muy marcado, que es el tipo de poesía que me interesa: me refiero a la poesía de línea clara, confesional, realista, que piensa en el lector, y que se caracteriza por un lenguaje accesible y cotidiano, y también por reflexionar sobre los grandes temas a partir de esa cotidianeidad de la vida, porque como decía Pessoa –y es una cita que repito mucho–, el arte vive en la misma calle que la vida. Se puede pensar que es una poesía autobiográfica, y en algo es así, aunque le dejo al lector pensar lo que es y lo que no es autobiográfico. Es una poesía sencilla, sobria, directa, que tratan temas como la complejidad de las relaciones personales, el amor, el desamor, la desorientación vital, el paso del tiempo o la soledad y la incomunicación del hombre contemporáneo. Son versos que reflejan emoción y quieren emocionar, porque sin emoción no entiendo el arte ni ningún otro asunto importante en la vida, porque antes de nada, somos seres que respiramos desde la emoción. Pero también es una poesía que se pregunta cosas, y por lo tanto quiere hacer reflexionar. Y reflexionamos sobre algún asunto porque nos ha emocionado, porque nos ha interesado, nos ha llegado dentro. La emoción nos desvela, decía Cervantes. Creo que mis tres poemarios representan lo que soy y la mirada tierna, pura, asombrada y con cierto desconsuelo con la que miro el mundo. Aunque creo que hay también una cierta esperanza en el fondo que se hace notar. La diferencia entre mis poemarios es que quizá cada vez, o así lo espero, hay un mayor refinamiento en mi trabajo, una mayor madurez en mi oficio, y la inclusión de algún tema más.

 

–Entonces, ¿pon nombres a esos autores que son tus referentes? ¿Cuáles son tus influencias?

 

–Poetas norteamericanos como Raymond Carver, Bukowski, Anne Sexton. Pessoa. Rubén Darío. Españoles como Antonio Machado, Luis Alberto de Cuenca, Eloy Sánchez Rosillo, Roger Wolfe, y muchos más. También la poesía clásica china, los haikus, y la lírica tradicional del Cancionero español. Todos son versos de una sencillez arrebatadora. Poetas llenos de un delicado encanto y llenos de verdad.

 

–Se pueden distinguir dos partes en el libro, en Las manos del sueño. Una primera más oscura y melancólica; y otra algo más celebrativa y esperanzadora, aunque con cierto escepticismo y resignación optimista, asunto que no tenían tus libros anteriores. ¿Me estoy equivocando?

 

Sí, creo que no te equivocas. Antes no lo dije, pero en este nuevo libro hay más esperanza. En esa primera hay una muestra de todo ese asombro que la vida nos sigue provocando constantemente y que no logramos entender, o no acabamos de asumir, y esto hace que surja la desesperanza y el desconsuelo. Pero uno no puede ahogarse, perder la partida, y debe celebrar la belleza que posee este mundo, a pesar de todo, y quiere seguir disfrutándola. Y cuando digo belleza, me refiero a todos sus variantes: la estética como la moral.

 

–Ese pesimismo ha ido suavizándose poemario tras poemario. El primero, Es mejor el sueño, lo era mucho, destacaba por su crudeza. Pero en Reflejos en el cristal cotidiano hay algo más de luz, y en este último es obvio que apuestas claramente por la esperanza en esa última parte del libro, por esa mirada luminosa sobre el mundo, aunque ya he dicho que nace del dolor y del escepticismo. Hay una evolución.

 

–Creo que al contrario de lo que le pasa a mucha gente, que va siendo más pesimista y descreída con el paso del tiempo, a mí los años me están haciendo más optimista dentro de un orden. Quizá sea inocente por mi parte creer aún en el ser humano o que los tiempos venideros siempre serán mejores, pero se vive mucho mejor apostando por el hombre y por la alegría, aunque sin olvidar lo que nos rodea y lo que has aprendido. Quizá lo más recomendable sea vivir como apuntó Cicerón, Nec spe nec metu, es decir, sin esperanza, pero sin miedo. De todas maneras, la esperanza y la alegría es lo único que nos pertenece, y a mí no quiero que me las quite nadie.

La Literatura, por una parte, es eso: reflejo de todas nuestras debilidades y pesadillas. Y debe seguir siéndolo, ya que tiene la misión de preguntarse con asombro por toda nuestra imperfección

 

–No puedo dejar de preguntarte sobre algunos versos del libro que me han llamado la atención. ¿De verdad piensas que el amor es un arma de destrucción masiva, como indicas en el poema que abre el libro?

 

–Está claro que puede serlo. Felicito a quien no haya sufrido nunca por amor, aunque habrá muy pocas personas. Creo que el amor te hace sentirte orgulloso de estar vivo, pero también puede marcarte para siempre en el mal sentido. El amor no deja de ser un misterio, las relaciones amorosas lo son. Es un terreno muy resbaladizo, inestable, que no depende del todo de uno mismo, y ahí puede producirse una herida irreparable. Es un arma muy peligrosa, puede serlo, aunque vamos una y otra vez a su encuentro, como ciegos que parecen no haber aprendido nada. El amor no deja de entrar en el apartado tan resbaladizo y complejo de las relaciones personales, y ahí no somos perfectos; intervienen asuntos como el orgullo, el egoísmo, la debilidad, el desencanto, la inocencia, etcétera, y todo ello tiene su dificultad a la hora de gestionarlo porque no somos perfectos y podemos dañar o ser dañados.

 

 –En otro poema se puede leer: "Huye de lo que ha escrito/ como el asesino/ que no puede volver/ a ver el cadáver de su víctima./ Le es insoportable./ Quizá el escritor/ sea un asesino criminal/ y no puede ni desea/ reflejarse en el espejo de la oscuridad/ que es, al fin, / la Literatura". ¿Qué piensas qué es la Literatura?

 

–Ese poema dice que el escritor no resiste leer lo que ha escrito, porque se refleja en el espejo de oscuridad que es la Literatura. Y es que la Literatura, por una parte, es eso: reflejo de todas nuestras debilidades y pesadillas. Y debe seguir siéndolo, ya que tiene la misión de preguntarse con asombro por toda nuestra imperfección y por la imperfección del mundo que nos rodea, y eso provoca dolor, aunque también verdad. Pero también la Literatura es consuelo, compañía, un refugio, placer, es una amiga entregada que lo va a dar todo por ti sin pedirte nada a cambio. Es magia que intenta explicarnos y entendernos, pero también que intenta que seamos más sabios, más humanos y sensibles, y mejorar nuestra vida. Para mí ha sido muy importante: me ha regalado un sentido en mi camino.

 

 

–Para mí el último poema, el que cierra el libro, es un bello ejemplo de esa intención de esperanza, o de la intención de no caer y resistir después de todo lo vivido y sufrido, disfrutando de la belleza, siempre en su busca, como el que regalan los atardeceres, porque ello te da una razón: "En este momento/ estás salvado, sí./ El derrumbe/ puede esperar."

 

–A pesar de todo, de todo lo sufrido, y quizá también gracias a ello, sabes que de las pocas cosas que merecen la pena, una es la belleza de las pequeñas cosas, y que esto nos hace grandes y nos enseña a vivir. Encontrar la belleza, que es sinónimo de orden y equilibrio, en todo aquello que pueda ofrecerlo, nos salva la vida.

 

–Brevemente, dinos por qué los lectores deberían leer tus versos.

 

Las manos del sueño, como todos mis libros, es una obra que habla directamente al lector, que va de cara, intentando decir la verdad. Este libro es emoción y verdad, verdad de mí y de ti, que es al final lo mismo. Escribo para entretener, emocionar y hacer reflexionar sobre tu propia vida. No dejará indiferente.

 

–Por último, ¿qué será lo próximo que regalarás a los lectores?

 

–Lo próximo será una novela. Una novela larga que espero que se publique esta próxima primavera de 2021.

 

–Muchas gracias, Jorge. Ha sido una conversación estupenda. Mucha suerte con Las manos del sueño. Nos veremos en la siguiente entrevista.

 

–Muchas gracias. Ha sido un placer.

Son versos que reflejan emoción y quieren emocionar, porque sin emoción no entiendo el arte ni ningún otro asunto importante en la vida

 

 

 

 

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