Las Puertas de una casa agradable
Las Puertas de una casa agradable Por Jorge Alonso Curiel "Olvidaos siempre de la violencia. Sirve solo para arruinar vuestra vida. Es una placa de cemento en el que no vuelven a crecer las flores". Este mensaje –no la misma frase tan bellamente construida– ya se lo había escuchado alguna vez a mis padres y a algunos miembros de mi familia cuando comprobaban que aquel niño que yo era utilizaba la violencia sumido en el enfado ante cualquier situación que me molestaba o me irritaba, o cuando envidioso solo me quedaba la violencia contra alguien, o al perpetrar la venganza por una injusticia que me habían hecho. Ya se sabe que a los niños y a los adolescentes les cuesta hacer caso de lo que les dicen, y que además hacen todo lo contrario. Ya podían repetirme mil veces cualquier cosa que yo no lo tenía en cuenta. También es verdad que había otros familiares q