El Legado de Narciso Ibáñez Serrador “Chicho”
El Legado de Narciso Ibáñez Serrador “Chicho”
Sería injusto que las nuevas generaciones olvidaran la figura de Narciso Ibáñez Serrador, más conocido como "Chicho", hijo del maravilloso e imponente actor y director teatral español Narciso Ibáñez Menta. Para los que cumplimos más de cuarenta años, el nombre de "Chicho" fue y es una figura indispensable; tanto es así que se convirtió en un miembro más de nuestra familia desde los años sesenta hasta inicios del nuevo siglo XXI.
Sobre todo, porque "Chicho" fue el creador en TVE de programas inolvidables, brillantes, míticos, tan sorprendentes como adelantados a su tiempo, en la única televisión que había por entonces, en los que mezclaba calidad y entretenimiento, reflexión y humor, como Historias de la frivolidad, Estudio 3, Señal roja, Hablemos de sexo, El Semáforo, o de los inquietantes relatos de terror que emitían cada semana en Historias para no dormir.
Sin embargo, no hay que olvidar las otras facetas menos conocidas de este creador. Su talento también brillaba como guionista —que firmaba los guiones con el pseudónimo de Luis Peñafiel—, como actor, encarnando acertadamente personajes delante de la cámara, y también como dramaturgo y hasta como director de largometrajes de terror psicológico.
Nos encontramos en "Chicho”, así, a un director de gran talento y poseedor de una mirada personal que, inexplicablemente, dejó de dirigir largometrajes para centrarse en la labor televisiva, privándonos a los espectadores de poder disfrutar de más obras que no causaran indiferencia, porque, como los grandes maestros, “Chicho” sabía calar en la memoria de quienes se sentaban a contemplar su trabajo.
Sería aconsejable que las generaciones más jóvenes y las venideras no olvidaran a este genio esencial del audiovisual, que nació para agradar al público tanto como para inquietarle en todos los aspectos, y que entendió que la imagen, ya sea en formato de cine como de televisión, es todo un espectáculo lleno de posibilidades, como también la de reflejar y cuestionar el tiempo que le ha tocado vivir.
Hay que revisitar la obra de "Chicho". La obra de una persona culta e interesante, apasionado de la literatura, el cine y la televisión, que tenía un gran respeto por su oficio y por los espectadores. Maestros como él, adelantados a su tiempo, creadores lúcidos de obras repletas de humanidad y profundidad, son los que se convierten en referencia para los espectadores y creadores.
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