El Chico tímido de la cafetería
LA VERDAD ES QUE ES CIERTO aquello de que no hay nada más tierno en el mundo que una persona tímida declarando su amor a alguien. Hace unos días estaba sentado en una cafetería, y casualmente cerca de mí se encontraban un chico y una chica que no pasarían de los 22 años. He sido testigo -sin quererlo aunque me ha encantado serlo- de cómo el chico, muy azorado y sin saber muy bien qué palabras utilizar, le decía que pensaba en ella constantemente, y le pedía que le regalase la maravillosa oportunidad de tener algo con él. Qué ternura en ese chico, qué timidez más encantadora. Yo, sin mirarles, escuchando sus palabras como si fuera un personaje de Woody Allen que se encuentra por casualidad en una situación tan inesperada, solo quería que esa chica le dijera que sí. Y creo que el muchacho tuvo suerte: ella sonreía y le dijo que le apetecía dar un paseo con la agradable tarde que hacía, y poco después salieron de allí. Los miré por la cristalera avanzar por la calle, y ella tenía una s