FONDO DE ARMARIO. "El Poder de la Mafia", de Alberto Lattuada: El peso insalvable de la tradición

Fondo de Armario. Películas para rescatar. 

 


El Poder de la Mafia, de Alberto Lattuada: Comedia negra sobre el peso insalvable de la tradición 

 

Excepto algunas aproximaciones que muestran a la mafia italiana de una manera diferente, casi todas las películas que tratan sobre esta organización lo hacen de una misma manera en la que predominan la tragedia, la violencia, la venganza y los viejos códigos de honor, haciéndonos partícipes a los espectadores de su forma tan brutal de comportarse y de responder con todo lo relacionado con sus negocios y con sus asuntos familiares. 

Pero una de esas excepciones, ofreciendo una mirada más humana y cercana, y hasta con humor, la podemos disfrutar en El Poder de la Mafia (cuyo título original es Mafioso), uno de los grandes filmes de la historia del cine italiano, rodado en blanco y negro y estrenado en 1963, y con guion nada menos que firmado por Rafael Azcona (antes de escribir El Verdugo, de Berlanga), Marco Ferreri, Agenore Incrocci y Furio Scarpelli, basado en una historia de Bruno Caruso, y que dirigió el estupendo, aunque poco reconocido, cineasta italiano Alberto Lattuada (Milán, 1914-Roma, 2005). 

Concha de Oro en el Festival de San Sebastián de 1963, esta cinta costumbrista, producida por Dino de Laurentis, tan divertida como trágica, es una muestra muy destacable de neorrealismo italiano, pero que enriquece la mirada personal del director que apostaba siempre por la sensibilidad estética y cierta poesía en los dramas y comedias de su extensa carrera cinematográfica desde los años 40 hasta finales de los 80, en la que narraba también con una preocupación social. 

Sinopsis de El Poder de la Mafia 

El Poder de la Mafia narra las peripecias de Antonio Badalamenti, magistralmente interpretado por Alberto Sordi, un honrado ciudadano que trabaja como inspector de calidad en una fábrica de Milán, lugar en el que vive plácidamente con su bella esposa y sus dos adorables hijas pequeñas. Tras unos años sin visitar Calamo, su pueblo de origen en el sur del país, en la isla de Sicilia, aprovecha unos días de vacaciones estivales y viaja allí con ellas para que ellas conozcan a toda su familia. 


Reencuentro de Antonio con su padre. Fotograma de El Poder de la Mafia


A Antonio este reencuentro le produce una inmensa alegría, incluyendo volver a ver a don Vincenzo, el capo de la mafia del pueblo, mientras que a su esposa y a sus hijas les costará adaptarse a las personas y a la forma de vivir tan diferentes que representa el sur, tan rural y anclado en la tradición, con respecto al norte del país, aunque lentamente se irán acostumbrando. 

El conflicto resultará cuando, para pagar un favor que don Vincenzo ha hecho a la familia de Antonio por un asunto de una venta de tierras, el jefe de la mafia local le pide a Antonio que lleve a cabo cierto asunto al que no se puede negar... 

Un personaje con una ‘obligación’ 

Lattuada, también guionista, fotógrafo y crítico literario, y arquitecto de formación, acierta y consigue filmar una de sus mejores películas con esta historia que refleja con soltura y humor la contraposición entre el norte moderno e industrializado de Italia y el sur anclado en la cultura rural y las tradiciones, ofreciendo una imagen real del país en los años sesenta. Como también acierta con encomiable fluidez y chispa en dar una visión mucho más cercana y cotidiana de la mafia, en clave de comedia, aunque con un fondo trágico y amargo que recuerda que esta organización no deja de regirse con normas ancestrales en las que la palabra dada, el honor y la violencia tienen una enorme importancia.  

Antonio responde a esta obligación, como respuesta al poder de la tradición y de las raíces que ya tenía olvidado al vivir en Milán, en un entorno más frío y menos humano, tan alejado de aquella manera de entender la vida, en esta sobresaliente comedia que se convierte en una fiesta de humor negro como de reflexión social, y en la que el protagonista vive su propio drama para responder por el futuro de su familia de origen a la que quiere, respeta y no debe defraudar. 


El actor Alberto Sordi, protagonista de El Poder de la Mafia, y uno de los grandes actores italianos de la historia


Destacan también, y como siempre en el cine italiano de aquellos años, todo el reparto de intérpretes, tanto protagonistas como secundarios, que crean un mosaico repleto de verdad, matices y humanidad y que enriquecen una historia que engancha desde el primer minuto, que divierte tanto como hace reflexionar, y que posee una parte final sorprendente, inesperada, muy imaginativa. Alberto Sordi, uno de los grandes actores italianos, nombre imprescindible de la interpretación de aquel país, borda un trabajo en el que encarna a este personaje desbordado por las circunstancias y que, a partir de entonces, ya no volverá a ser el mismo, y con el que recuerda, una vez más, aquel dicho de “Pueblo pequeño, infierno grande” o que donde fuiste feliz, es aconsejable no volver, aunque sea el lugar donde viniste al mundo.  

Por todo lo escrito, merece la pena encender la luz y rescatar del fondo del armario esta joyita, esta reflexión tan humorística como social, preocupada sobre la losa de la tradición y de las obligaciones contraídas como reducto en un mundo que se dirigía hacia la modernidad, y que trata incluso sobre las consecuencias fatales de la violencia.  

Todos aquellos que aún no la hayan visto, descubrirán una de las grandes películas europeas menos conocidas, pero que no les defraudará. No se pierdan esta obra maestra que no ha perdido su valor con el paso del tiempo. 

 

Ficha Técnica: 

 

Título original: Mafioso. 

Director: Alberto Lattuada. 

Productor: Antonio Cervi, para Compagnia Cinematografica (Antonio Cervi) - Dino De Laurentiis Film. 

Argumento: Bruno Caruso. 

Guion: Marco Ferreri, Rafael Azcona, Age (Agenore Incrocci), Furio Scarpelli. 

Fotografía: en Panorámica, de Armando Nannuzzi. 

Operador: Claudio Cirillo, Giouseppe Gatti, Amedeo Nannuzzi. 

Música: Piero Piecioni. 

Decorador: Cario Egidi, con Mario Ravasco. 

Montaje: Nino Baragli, con Sergio Montanari. 

Vestuario: Angela Sammaciccia. 

Maquillaje: Franco Corridoni, con Giulio Natalucci, Lollo Walther. 

Asistente de Dirección: Vana Caruso, Aldo D'Angelo. 

Jefe de Producción: Anita Galassini. 

Intérpretes: Alberto Sordi (Antonio Badalamenti), Norma Bengell (Marta), Ginzia Bruno, Katiusca Piretti, Armando Trine, Lily Bistrattin, Gabriella Conti (Rosalía), Ugo Attanasio (don Vincenzo), Cinzia Bruno (Cinzia), Katiusca Piretti (Caterina), Armando Thinè (doctor Zanchi), Lilly Bistrattin (secretaria), Francesco Lo Briglio (don Calogero), Michele Bally (Manuela di Traglia), Paolo Cuccia, Saverio Turelio, Stefano Benigno, John A. Topa, Giuseppe Stagnitti, Carmelo Oliviero, Hugh Hurd, Vincenzo Norvese, Ludwig Roth. 

Duración: 103 minutos. 

Estreno en España: Madrid, 25 de junio de 1964, en el cine Capitol. 

Premios: Festival Internacional de San Sebastián, 1963: Concha de Oro. 

 

 

 

    

 

 

 

Comentarios

Artículos más populares

Bases IV Certamen Internacional de Microrrelato 'Jorge Alonso Curiel' 2025

Tramo Señalizado. Entrevista a Rosa Palo: Una Columnista entrañable

Microrrelatos ganadores del II Certamen Internacional de Microrrelato 'Jorge Alonso Curiel' 2023

Microrrelatos ganadores del I Certamen Internacional de Microrrelato 'Jorge Alonso Curiel' 2022

El cine Vistarama y la vida de repuesto

Crítica de "La Reina del Porno": La apasionante vida de Chelly Wilson