"Un simple accidente", de Jafar Panahi, se estrena el 17 de octubre en España

 



La última película del cineasta iraní Jafar Panahi, representante de Francia en los Oscar, se estrena el 17 de octubre en España


Jafar Panahi recibió la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2025 por Un simple accidente, subrayando la trayectoria de uno de los pocos cineastas (y el único vivo) que ha conquistado los tres máximos galardones: Venecia (León de Oro por El círculo), Berlín (Oso de Oro por Taxi Teherán) y ahora Cannes. Este reconocimiento da valor a un cine que se expresa como forma de resistencia política y testimonia el poder del arte para enfrentar la censura. Su obra, entre la poesía y el desafío, se mezcla a menudo con su propia biografía, motor de películas profundamente humanistasUn simple accidente se suma a Los osos no existen como un nuevo un acto de liberación creativa y ratifica el cine independiente como camino de contestación y denuncia. 

Sinopsis: Lo que empieza como un simple accidente, desencadena una serie de consecuencias cada vez mayores. 


 

EN PALABRAS DE PANAHI: 

 

He entrado en una nueva etapa como cineasta. Desde mi primera película, El globo blanco en 1995, hasta Offside, me concentré en mis asuntos como director. Había presiones en el entorno, por supuesto, pero podía centrarme en encontrar soluciones a los problemas cinematográficos. Después de mi primer arresto en 2010, cuando se me prohibió viajar o hacer películas, mi enfoque se desplazó hacia mis propias circunstancias. Antes, mi cámara estaba dirigida hacia afuera, pero desde entonces se volvió hacia adentro, hacia lo que yo estaba viviendo -como puede verse en las películas que hice-, desde Esto no es una película hasta Los osos no existen. Ahora que esas restricciones se han levantado, he sentido la necesidad de volver a mirar hacia afuera, solo que de forma distinta esta vez, marcada por todo lo que he vivido, incluyendo la segunda condena de prisión entre julio de 2022 y febrero de 2023. Así que la cámara vuelve a enfocarse hacia el exterior, pero con un punto de vista diferente al anterior”. 

 

Desde el principio, mis películas han tratado sobre lo que ocurre en la sociedad y en mi entorno inmediato. Así que, naturalmente, pasar siete meses en el contexto muy específico de una prisión tenía que encontrar su camino hacia mi cine. Cuando me arrestaron por primera vez en 2010, mi interrogador me preguntó: “¿Por qué haces este tipo de películas?”. Le respondí que mis películas se basan en lo que yo estoy viviendo. (…). Eso es exactamente lo que ocurrió en Taxi Teherán, especialmente en la conversación con la abogada Nasrin Sotoudeh. Pero la segunda experiencia carcelaria dejó una huella aún más profunda. Cuando salí, sentí la necesidad de hacer una película para las personas que había conocido entre rejas. Les debía esa película. Aunque hablo desde una experiencia personal, conecta con lo que ocurría en la sociedad iraní de manera más amplia, especialmente con la revolución “Mujer, Vida, Libertad” que comenzó en otoño de 2022. Mucho ha cambiado desde entonces”. 

 

UN CINEASTA PROVERBIAL 

 

Jafar Panahi (Mianeh, Irán, 1960) es director, guionista y montador, considerado una de las voces más influyentes del movimiento de la Nueva Ola iraní. Tras estudiar en la Universidad de Radiodifusión de Irán y realizar cortometrajes, documentales y películas para televisión, trabajó como asistente de Abbas Kiarostami en A través de los olivos (1994). Su debut en el largometraje, El globo blanco (1995), coescrito con Kiarostami, se estrenó en la Quincena de Realizadores de Cannes y obtuvo la Cámara de Oro, marcando el inicio de una trayectoria internacional reconocida por su mirada humanista hacia la vida en Irán, en especial la de mujeres, niños y trabajadores. Le siguieron obras fundamentales: El espejo (1997), Leopardo de Oro en LocarnoEl círculo (2000), León de Oro en Venecia, prohibida en Irán por su retrato de la condición femenina; y Sangre y oro (2003), premiada en Un Certain Regard de Cannes pero igualmente censurada en su país. En 2006, Offside le valió el Oso de Plata en la Berlinale, narrando el desafío de jóvenes mujeres que querían asistir a un partido de fútbol. Su carrera se ha visto marcada por enfrentamientos con el régimen iraní. Arrestado en 2009 y nuevamente en 2010, fue condenado a seis años de prisión y a 20 años de prohibición de dirigir, escribir o conceder entrevistas. Pese a ello, Panahi halló formas clandestinas de continuar filmando: Esto no es una película (2011), un diario filmado en su casa, llegó a Cannes escondido en un pendrive dentro de una tarta. Más tarde, Closed Curtain (2013), codirigida con Kambuzia Partovi, ganó el Oso de Plata al Mejor Guion en Berlín. Con Taxi Teherán (2015), filmada por sí mismo en las calles, obtuvo el Oso de Oro en Berlín y el Premio FIPRESCI, alcanzando un impacto cultural sin precedentes dentro y fuera de Irán. En 2018 presentó Tres caras en Cannes, donde ganó el Premio al mejor guion, y en 2022 recibió el Gran Premio Especial del Jurado en Venecia por Los osos no existen, mientras cumplía otra condena de prisión. Liberado en 2023 tras una huelga de hambre, Panahi regresó en 2025 a la competición de Cannes con Un simple accidente, con la que obtuvo la Palma de Oro, sumándose así a la escasa élite de cineastas que han conquistado los máximos galardones de los tres grandes festivales europeos (Venecia, Berlín y Cannes). Su cine, siempre en tensión entre la poesía y la resistencia, sigue siendo en 2025 un referente internacional del poder del arte frente a la censura y la opresión. 





 

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