Crónica de la Cuarta Jornada del PUFA (Pucela Fantástica). Sección Oficial a Concurso. Jueves 4 de julio
Foto Alonso Curiel |
Dos óperas primas, una de Japón y otra de Canadá, y la última sesión de cortos a competición, en el cuarto día del PUFA
Una agradable sorpresa tuvimos los espectadores este jueves, en la Sección Oficial del I Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror de Valladolid, con Vampira humanista busca suicida, la ópera prima de la cineasta de Quebec Ariane Louis-Seize. Un título peculiar, atrayante, que encierra una historia en la que brilla sensibilidad, humor, cierta originalidad y talento, mucho talento. Por eso no extraña que esta su primera película ganara con merecimiento, en el último Festival de Venecia, el premio al mejor director en el programa Giomate degli Autori. Pero los reconocimientos no son ninguna novedad en su carrera; ya cosechó también varios galardones con sus anteriores cuatro cortometrajes.
Vampira humanista busca suicida es una pequeña y encantadora película, escrita por la propia directora y por Christine Doyon, que cuenta la historia de Sasha, una vampira adolescente y sensible que se siente diferente. Sus colmillos no aparecen con el miedo o el hambre, y su familia, al no actuar como ellos, están preocupados. Sasha es distinta. Entonces conocerá a Paul, un adolescente con intenciones suicidas que también siente que no encaja en la realidad que le rodea. Así, se unirán dos seres incomprendidos que intentarán encontrar su manera de estar en el mundo.
Se trata de un film que refleja con acierto los complejos años de la adolescencia. Estos noventa minutos de cine sencillo que se vuelve cercano, y en el que el espectador empatiza con los personajes, logran que disfrutemos de una comedia de terror independiente que es toda una caricia que nos reconcilia con el cine, y en la que nada flojea: unas sobresalientes interpretaciones, un guion preciso al que nada le falta ni le sobra, una acertada -oscura aunque bella- dirección de fotografía y una dirección de actores que borda esta cineasta que parece estar muy dotada para plasmar el mundo interior de los personajes. Divertida, pero también dramática por momentos, es una reflexión muy humana sobre seres que buscan su camino en esa etapa tan colvulsa. Una cinta, también, que nos recuerda al cine de Jim Jarmusch y al mundo de emociones femeninas de Soffia Coppola. Hay que destacar la canción que suena en los créditos finales, una auténtica sorpresa al escuchar al mismísimo Andrés Pajares en Drácula ye ye, y que tiene relación con el argumento de este largometraje. Deliciosa. Muy recomendable.
New Religion: Segunda cinta japonesa a concurso
Una apuesta muy diferente fue la otra película que se proyectó en la Sección Oficial. La segunda cinta de terror psicológico japonesa, tras el pase de ayer miércoles de My Mother´s Eyes, de Takeshi Kushida. En esta ocasión fue New Religion, la primera cinta dirigida por Keishi Kondo, un cineasta que ha dirigido cortometrajes, anuncios publicitarios y vídeos musicales.
New Religion tiene todas las características del cine de terror japonés: Turbiedad hipnótica, dramatismo fatalista, atmósferas irrespirables, alta tensión psicológica, violencia, personajes extraños que sufren un desasosiego espiritual desesperante, perversidad, traumas de difícil resolución, personajes torturados y desesperados por su pasado, fantasmas sobrecogedores... Un cine con muchos adeptos, pero también con muchos detractores. De todos modos, un cine interesante lleno de estilo.
Narra la historia de Miyabi, una prostituta torturada por la culpa del accidente mortal de su hija ocurrido en la terraza de su domicilio. Esta mujer comenzará a visitar a un extraño cliente que solo le pide hacerle fotos de distintas partes de su cuerpo. A partir de esto, Miyabi empezará a experimentar la sensación de que su hija toca las partes de su cuerpo fotografiado y esto la llevará a perder el sentido de la realidad.
Tiene cierto interés esta película inclasificable, muy personal, que es una crítica también a la espiritualidad de la sociedad actual nipona que puede conducir a graves consecuencias. Al menos es una cinta que no deja indiferente, que agradará a los amantes del terror psicológico japonés, aunque creo que sin entusiasmar, y no gustará a otros muchos espectadores que no acaban de entrar, de sentirse cómodos, en este cine. Una película en la que destaca la creación de una atmósfera hipnótica, asfixiante y hasta onírica.
También este jueves, en Sección Oficial a Concurso, se proyectó la cuarta y última sesión de cortometrajes. En esta ocasión fueron diez obras. Nueve de producción española: Ratón de Biblioteca, de Javier Yáñez Sanz; Los Refugiados, de Alejandro Hoces Guillén; Match, de Víctor Basallote; Alicia, de Tony Morales; The Stranded, de Sergi Páez; Trapped, de Borja Moya; La Compañera, de Alejandro Maclean y Eduardo Maclean; Fin de Tramo, de Roberto Montalbo, y Apotemnofilia, de Jano Pita. Y un décimo de producción argentina: Ocularis, de Alejandro Bogado y Juanzi Amaya.
El viernes, última jornada de la Sección Oficial a competición del PUFA, el I Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror de Valladolid.
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